...No recuerdo bien pero, después de dejar al gerente y caminar por el pasillo sentí que algo no estaba bien con mi mente. De repente sentía vértigos que yo mismo no me explicaba pero, creo, lo más importante era que de repente me había percatado que había una parte de tiempo que no podía explicar, unas imágenes que solo en sueños podía yo haber creado, un lugar a donde fui que nunca había visto, y yo solo seguía caminando como después de haber tomado muchas copas de más, no lo entendía y tampoco me importaba, de hecho solo recuerdo que fue a la mañana siguiente, que por fin sentía un poco de frío, y un ruido lejanos como de una música que había oído en algún sitio, en algún lugar, que me hizo sentirme mejor, mi cuerpo no se podía mover, casi estoy seguro intente moverme y mi cuerpo no respondía pero, podía escuchar ruidos, y oí decir a alguien que estaba justo junto a mí, "me conoces, sabes quién soy, ayúdame, te espero" no aguante mas y sentí tanto temor que al momento abrí mis ojos, estaba acostado en mi cama, el reloj despertador estaba sonando, y que un ligero malestar en la garganta me empezaba a molestar, y mis ojos en la oscuridad de la mañana solo pudieron alumbrar en lo obscuro el camino al maldito reloj despertador para apagarlo. Vi la hora y me levante, eran las cinco de la mañana hora de levantarse para alcanzar el camino al trabajo, no tenia carro y tenía que tomar dos autobuses antes de llegar al trabajo, el cual no era muy lejos pero, quien ha vivido en esta La Ciudad Capital del Estado Mayor sabe que el trafico no siempre está a tu favor. Como cualquier día normal en mi vida, me levante para comer un desayuno, unas hojuelas de maíz en la despensa me acompañaron esa mañana, cuando de repente se me vino a la mente, ¿hoy es domingo?, apenas ayer fue sábado, todo empezó a confundirme de nuevo, aun que ya no me sentía embriagado de ninguna forma, ahora simplemente sentía como un hueco en el estomago, como si algo me faltara, rápidamente me dirigí al cuarto, cheque el reloj despertador, el cual decía viernes, era alucinante porque diablos decía viernes, se suponía que ayer había despertado en la mañana del sábado, y que solo era que no me acordaba como diablos había llegado hasta la zona esa de los callejones. En mi apartamento exactamente en mi dormitorio había una ventana, por esa ventana del sexto piso podía ver hacia la calle, y más aun podía ver la explanada de enfrente del edificio de la reforma justo la que está en la contra esquina de mi banqueta y que los domingos hay un puesto de chácharas que se pone todo el día, claro era muy temprano según la hora del reloj, mas sin embargo me dirigí a la ventana, a ver si podía ver algo que me guiara, y me orientara un poco, apenas amanecía, pero cuando abrí la ventana me lleve una sorpresa, ni viernes, ni domingo, justo en la explanada del Edificio de La Reforma, había un desconcentran te honor a la bandera, o eso parece que vi, cuando unos militares marchaban en frente de la entrada de ese edificio de gobierno, sin mas pensé, que eso era explicito ya para mi, y que en una mañana de lunes me había yo despertado.
(Dentro de un automóvil, por las calles de la ciudad)
- Fue una noche larga, no crees asesino.
- Todos los malditos rastro del chico, eran puertas sin salidas.
Unos hombres raros, uno manejaba el coche llevando un rompe vientos oscuro de colores pálidos, y el otro un saco negro, y usaba también gafas cafés.
- Asesino, el licenciado me dijo, que había un encargo, a medio día en el almacén.
- No cuentes conmigo, sabes que no puedo.
- Ya lo habría previsto, aun así estos días nos ha dado mucho ajetreo, estate listo por si acaso.
(Elmerson)
...Mi vida, en el departamento de ventas, ya podía pensar en ello, habiendo olvidando lo sucedido, por el momento, y es que había dejado cosas sin resolver la semana anterior, que si en realidad era el primer día de la semana, era asunto que resolver, tome un desayuno ligero y tome un portafolio, de mi mesa que ocupaba de escritorio en mi recamara, nunca pude encontrar mi cartera, con las prisas, asi que solo con las llaves en mano y un poco de dinero en la bolsa, salí del edificio para tomar el autobús que pasaba justo enfrente de donde la puerta de la entrada de este edificio departamental, como cualquier día normal, en mi cotidiana vida agarre el primer autobús de las cinco cuarenta y cinco rumbo a Plaza Monumental para transbordar hacia el departamento de ventas en Satélite 5.
(Dentro de un automóvil, por las calles de la ciudad
- Elmerson, Elmerson, no tengo paciencia, y eres un estorbo. Por otro lado, ese chico, como fue que pasó.
- Te vio la cara, ja, ja, ja.
Cada hombre era totalmente diferente al otro, y su nivel de rasgos comunes y corrientes eran simplemente, totales. El que conducía, llevaba el rompe vientos, su tez era simplemente morena, y su aspecto delgado, poco alto, tal vez un doctor tuviera el mismo físico, por no tener ningún esfuerzo en su trabajo cotidiano. El otro solo un poco más alto, y de aspecto democrático, solo le quitarían su personalidad de intelectual cuando hablara con el primero, que le decía asesino.
- Tu maldito, perro de casería. - Frunciendo el seño contestaba el que iba manejando.
Una cartera en la mano del asesino mostraba una credencial en la parte de en medio, la cartera tenía un apartado transparente, y en la credencial decía.
- Calle coloniales numero 6001 interior 612 Edificio las Gardenias entre edificio de la reforma y banco nacional.
- ¿Edificio de la reforma?, ese de allá es el edificio de la reforma.
- Justo a tiempo, - dice el asesino mirando su reloj -, cinco para las seis, aun tengo una hora más, no voy a estar mucho tiempo contigo, alquimero sabiondo, andando de una vez dobla a la izquierda, mira allí dice calle coloniales, esta es la calle, de aquel lado esta un banco recuerdo haberlo visto antes.
- Ya cambio al rojo, esta ciudad es una locura con sus malditos semáforo.
- El loco eres tú.
(Elmerson)
...Era Lunes primer día de la semana, apenas podía recordar que era lo que tenía que hacer llegando, había muchos compromisos en mi mesa, había dejado un desorden, y con el maldito autobús que se había retrasado, ya tenía que planear lo que iba a hacer desde antes de llegar, apenas paso el autobús me subí en él, tuve suerte de agarrar todos los semáforos en verde, y ahora lo recuerdo bien, al pasar el primer semáforo, esas caras que había visto, dentro de un automóvil negro, se me hicieron conocidas, no lo sabía entonces pero las volvería a ver y más pronto de lo que me imaginaria, mas pronto de lo que desearía. Sin mas llegue a Plaza Monumental, donde transbordé hacia el departamento de ventas en Satélite 5, no puedo describir la alegría que sentía al verme parado enfrente de El Edificio Satélite 5, se me hacia bonito ver esa imagen podía decir que yo trabajaba allí, algo bueno había surgido de todo esto, desde que llegue a la ciudad estaba en la cumbre así era. Había un encargado de área el cual era como mi apoyo en mi carrera el era una buena persona y justo ahora era quien iba a ascender a un puesto más arriba en la empresa, y de toda mi área, yo era el más indicado para tomar, el puesto que dejaba, no lo decía yo, el mismo me contaba, que tenían una buena impresión de mi más arriba en las escala de la empresa. Hacía dos años que trabajaba ya en esa empresa y no podía salir mejor, es por eso que al ver la imagen del edificio satélite 5 me provocaba una sonrisa enorme, si lo hacía, su propia entrada principal me lo mostró cuando al entrar por ella antes de abrirla, esa puerta grande de vidrio transparente reflejaba mi imagen por el sol que reflectaba en el vidrio, ya había amanecido y en mi vida era lo mejor o al menos así me sentía, que eso era mejor que nada. Este es un edificio que almacena varios diferentes tipos de negocios, de diferentes cosas, el mío, en el que yo trabajaba era el departamento de ventas uno de los que se encontraban en el piso catorce allá por donde queda solo tres pisos más para llegar a la terraza, estábamos en la cima, y más yo que me sentía en la cima también. Sin más acababa de entrar al gran departamento de ventas en el piso catorce y ya el encargado de área me estaba hablando al tropezarme con él caminando rumbo hacia mi cubil por la parte de atrás del departamento...
- Siempre te tomas muchas molestias, alquimero.
- No hay porque destruir nada, todo esta en la mente de la presa, eso si lo entiendes.
Una cartera esta en las manos del que el asesino llama alquimero, este hombre de rompe vientos oscuro de colores pálidos mira por la ventana de aquel departamento con numero 612, la cual la coloca abierta, quedando la parte de en medio al descubierto, esta cartera es de tres secciones, y la de en medio tiene un compartimento donde se puede poner alguna credencial, El Alquimero coloca una previamente con la foto en la parte de en frente.
- Ya me tengo que ir, si dice algo el licenciado no me molestes en mi vida personal, no mezclo los negocios con el placer.
- Y donde queda la vida personal, - muestra una sonrisa, el hombre flaco del rompe vientos.
- La vida personal es un simple negocio, no molestes.
El hombre de saco negro formal, acomoda su corbata un poco, y con una mueca de reojo mira al de rompe vientos, y sale de la habitación, un sonido de metal hueco golpeado con algo se oye un poco después de que sale, dejando al hombre esbelto y moreno mirando hacia la ventana, y por su manos que recargan en la mesilla de aquel cuarto se vislumbra un nombre entre los datos de la credencial.
- Todo proyecto tiene cambios, tu eres un buen cambio a este proyecto, alguien te dio una oportunidad, ¿la sabrás aprovechar?, Elmerson.
Oh! ya no soy la única.
Me alegra,ves como te vas haciendo conocer.
seria muy bueno que subiese un avatar para identificarte.
Bueno es solo una sugerencia.
Un abrazo
Ja, si leonora, tienes razon, pero espero no por eso no dejes de pasar, un abrazo para ti tambien, estoy pensando acerca de tu sugerencia, y si proximamente gracias por la idea...
