(Dentro de Satélite 5 En el Departamento de Ventas)
Una persona sorprendía por atrás a Elmerson justo cuando caminaba por el departamento, un hombre de traje, de unos 30 de aspecto maduro y joven a la vez, traía una cinta negra en forma de moño en su traje color cafe obscuro.
- Elmerson, se puede saber dónde te habías metido.
- Disculpa. - volteando Elmerson hacia donde este hombre. - Lic. Roberto, justo estoy llegando, ¿cómo le va?
- ¿Cómo?, tampoco te has enterado, no te llamo vane.
- ¿De qué? no entiendo, estoy llegando apenas.
- Si pero Vanesa llamo a todos los del departamento ayer por la noche. La hija de Don Joaquín va a venir como al medio día.
- No termino de entender Roberto, ella siempre viene, usualmente desde temprano en estos días, - decía Elmerson con una sonrisa -. Es decir, es la presidenta de la junta 11.
Caminando por el pasillo ya venía una mujer, más o menos guapa que usa lentes cuando Elmerson respondía a este hombre llamado Roberto.
- Dios, Elmerson, apenas te encuentro.
- Enserio ¿qué pasa?.
- ¿Dónde te habías metido?, ayer te estuve llamando y no contestaste.
- Enserio pero si mi celular...
- Viene un comité, creo que van a organizar algo después de todo. - Roberto decía al mirar hacia la entrada principal del departamento, unas personas con trajes negros, entraban sin dar pautas dirigiéndose hacia la sala de juntas ubicada a mano derecha, una oficina grande, sin duda, la sala de juntas tenia los vidrios de cristal decorados color cafés, por lo que no dejan ver atreves, solo las sombras cuando están adentro.
(Elmerson)
Admirando a mi alrededor. Ya poniendo atención a los detalles que no percate al entrar, me di cuenta que todos y cada uno de los presentes llevaban en el traje o la blusa las mujeres, una cinta negra en forma de moño, Vanesa llevaba una también, aquellos que acababan de entrar. Me dio mucha curiosidad, ver a gente importante de este El Edificio Satélite, entre los que entraban por la puerta principal, jefes de departamentos, supervisores de otras áreas, sospeche lo que era obvio algo importante había pasado, y me dio más curiosidad, ¿que seria?, y antes de preguntar siquiera, Vanesa y Roberto ya estaban hablando acerca de ello...
(Dentro de Satélite 5 En el Departamento de Ventas)
- Son muchos, de ese tamaño de importante era nuestro jefe en este edificio.
- Elmerson, ten ponte esto.
- Un listón negro vane ¿para qué?, ¿por qué dices era, Roberto?
- ¿Que estás loco?, aparte de que no vienes ayer, no sabes que pasó.
- No vistes las noticias el sábado Elmer, ¿dónde te habías metido?, de repente te desapareces, tu celular me manda a buzón, no contestas los mensajes.
- Espera je, je como que no vine ayer, quedaron para algo este fin de semana, si que he estado algo fuera de foco en estos últimos días lo reconozco, no sé donde deje mi cel, no sé ni donde deje me cartera de hecho.
- Amigo, ¿fumas droga?, hoy es martes, no viniste ayer lunes.
- ¿Qué?.
- Vanesa ya estaba poniendo un listón en el traje de Elmerson, cuando Roberto le decía que no había venido el día lunes.
- ¿De qué hablas?, ja, ja.
- ¿Es enserio? - Decía Roberto y de repente alguien lo llamaba por otro lado del departamento.
- ¡Roberto!, ¡ven un momento!
- Uh, ya me llaman, los dejo.
Elmerson se quedaba solo con Vanesa.
- Ayer casi checo por ti Elmerson, - decía Vane susurrando -. te imaginas si hubiera checado tu entrada y tu no hubieras llegado.
- No lo entiendo Vane, ¿qué me paso?, ¿dormí por un día completo? apenas ayer era domingo en la noche.
- Este fin de semana te llame, de hecho desde el sábado en la mañana. - Vanesa terminaba de acomodar el listón en el saco de Elmer -. desde antes de lo de Don Joaquín.
- Enserio es que no entiendo, Ho dios. - Ya con la cara un poco frustrada Elmerson decía -,¡qué demonios!, y ayer quien hizo lo del proyecto.
- Roberto tuvo que improvisar. Si que fue desastroso en la junta, tu investigación brillo por su ausencia pero, la junta 11 no lo noto mucho, ayer no vino la señorita Joanna, te imaginaras, apenas el domingo lo velaron.
- ¿Dices que Don Joaquín esta muerto?
- Tengo que irme.
- ¡Espera! ¿Como paso?
- Fue por causa natural.
- Pero, se veía muy sano, el señor.
- Ya tenía más de 60 años, tengo que irme, te veo luego.
- Está bien.
(Elmerson)
En una mañana de un martes, estaba parado en medio de el departamento de ventas de Satélite 5. Un reloj en la pared marcaba las siete doce con sus manecillas, tenía mi mano izquierda en el bolsillo del pantalón tratando de buscar un celular que no recordaba haber traído conmigo, y mantenía mi rostro conmocionado mientras me acercaba a mi mesa a unos pasos más de donde me encontraba, mi rostro reflejaba un rastro de temor o al menos así me sentía. Hay momentos cuando pierdes la noción del tiempo y sucede que sientes como si algo te faltara y por más que piensas no das con lo que es. Algo me provocaba un malestar que lo sé, se hacía visible en mi rostro, un comité se organizaba por otro lado del mismo departamento de ventas donde me encontraba, acababan de entrar a la sala de juntas, había pasado algo inesperado, la persona más importante en el lugar donde trabajaba ya no estaba con nosotros en vida, y entonces así caminando mi mente perdió el foco del espacio, por un instante estaba yo en la recamara de mi apartamento, un espejo me mostraba mi imagen, una persona joven de apenas veintiún años de edad, un forastero en esta ciudad Capital del Estado Mayor, quien presumía un rostro sonriente llevando una corbata puesta era un día sábado en la mañana, pude jurar que vi el rostro de una persona muy confiada en si misma, y al mover la cabeza hacia abajo como diciendo que dichoso soy, recordé que un celular en la mesa del tocador donde estaba parado estaba sonando, al agarrarlo tenía un numero que a simple vista me resultaba extraño, hacía dos años que había llegado a esta ciudad y ya me daba el lujo de tener una agenda personalizada en mi celular con sus fotografías de los que eran la gente que frecuentaba, amigos, compañeros, jefes, el numero que estaba sonando tenía un detalle que lo hacía ser completamente extraño, era un numero sin nombre, ni mucho menos una foto de algún conocido sonriendo en la pantalla, simples números, un numero que tenia la lada local, y que no puse más atención en él, y sin más conteste...
(Elmerson, En la recamara del cuarto 612 de el edificio "Las Gardenias")
-¿Bueno?
En el celular se podía escuchar la respiración de alguien.
- Si bueno, ¿quién habla? - Elmerson levantaba su vista para verse en el espejo. - ¡Hey!, no le entiendo. - No se había dado cuenta de que la persona que le había llamado había colgado y entonces en el mismo celular sonaba un sonido diferente al que sonaba primero.
- Qué demonios - dice Elmerson cuando se quita el celular de su oreja para ver la pantalla -, un mensaje. - Un mismo remitente desconocido sin foto mandaba el texto, que mientras Elmerson lo leía en voz alta Elmerson aun trataba de despertar por completo bostezando casi cerrando los ojos.
- Elmerson, hay alguien en la puerta, ve. - Dejando su celular en la mesa del tocador Elmerson salía de su habitación para pasar por la cocina y abrir la puerta, Elmerson al salir del cuarto no vio que en el mismo celular que había dejado en la mesilla del tocador, una de las dos que tenía en el cuarto volvía a sonar otra vez pero, ahora con una foto en la pantalla y justo abajo de la foto un nombre que decía Vanesa.
Antes que nada un agradecimiento a las personas que leen y aveces hasta ocacionalmente se encuentran con mis escritos "gracias por darles una mirada", quiero y procurare seguir escribiendo mas pronto esta historia, sin mas quisiera explicarles que no soy un buen escritor y apenas novato ensima ultimamente no he tenido nada de tiempo para dedicarme a este que es mi pasatiempo favorito, pero prometo publicar mas seguido, ya sea poemas y mas de Elmerson, espero tan solo puedan leer algun poema de mi inspiracion, de ante mano de nuevo gracias, muchas gracias
