TusTextos

Burbujas

… sujetando más fuerte mi mano te detienes en seco. Al mirarte, sigo a esos ojos grises que me tienen robada el alma hasta encontrar el motivo de la súbita parada. Cómo no, otra cosa no podía ser. Miles de burbujas de todos los tamaños cubren el cielo durante unos instantes, mientras que, una a una, las pompas de jabón explotan.

Te observo, con la boca abierta y el brazo derecho levantado, señalando las esferas brillantes con el dedo índice, solo puedes pronunciar una palabra: «¡Mira!». Acaricio tu suave pelo dorado, es la primera vez que vienes a la feria conmigo. Damos una vuelta, mirando las paraditas llenas de algodón de azúcar y helados, o de escopetas con las que al dar al blanco ganas un gigantesco peluche. Pasamos al lado de norias, casas de terror y colchonetas para saltar. Hay mucha gente, colores y ruidos, no puedes fijarte en todo, ves una cosa y enseguida estás mirando otra, y esa sonrisa mágica no ha pensado ni un momento en borrarse de tu cara. Ahora, a nuestra derecha, hay un hombre con un gran sombrero de paja que vende globos. Al mirarlos abres aún mas la boca. Ya lo he decidido: «Escoge uno» te digo sin dudar. Los hay de muchas formas, dibujos y colores, como también de personajes de dibujos animados. Tu elección es clara, «Éste», señalando a un globo simple, de forma corriente pero de un color rojo que no puedes dejar de mirar. Y es que así eres tú, simple.

Compro un helado, de vainilla, y vamos a sentarnos en un banco. En un lado, hay una rosa, roja como el globo que con cuidado sujeta tu mano y te la enseño. La coges, como con timidez y te la acercas a la nariz, oliéndola. Te ríes y decides que te ha gustado, dándomela para que la guarde. Limpio tu boca, con un pañuelo, el helado que ahí se ha quedado, manchando también el vestidito naranja que luces junto con las coletas, recogidas con gomas del mismo color, pero con flores. Eres dulzura pura. Abro el bolso para guardar esa rosa y encuentro un tubo con jabón. Poco a poco lo destapo y soplo suavemente por las redondas del final del tapón. Cinco o seis burbujas, grandes y pequeñas, salen de allí llamando tu atención. Levantas la mano para señalarlas y se te escapa el globo.

Te miro, pendiente de tu reacción, y saludas, sonriendo, al globo, despidiéndote mientras se aleja junto con las burbujas: «Adiós, vuela y se feliz». Te siento en mi falda y te doy un beso, acordándome de…

PD: Es la primera historia que cuelgo aquí... espero que os guste =)
Emma19 de octubre de 2008

1 Comentarios

  • Munoztigre

    El olvido a veces es una prisi?n...

    20/10/08 02:10

Más de Emma

Chat