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Atsha Ul

16-Mayo-2007

...cayó como un sol radiante, redondo, dorado, como un trueno veloz y brillante. Cayó de más allá del cielo, de fuera, del espacio, y con una velocidad de luz y una fuerza de explosión volcánica se clavó y se introdujo en la tierra, en ese suelo que abrió su boca enormemente y se lo tragó.

Un sonido como de diez mil trompetas sonando armónicamente al mismo tiempo salió del enorme cráter y resonó por todo el valle lleno de árboles durante un par de minutos.
Fue grande el escándalo, pero más grande fue el silencio que lo prosiguió. Los animales, las plantas, las aves e insectos así como el viento, las aguas y hasta la misma tierra parecieron haber guardado luto por un momento.

Y fue dentro de este silencio que el crujir de la tierra respondió. Toda la tierra gritó de la misma forma en la que grita un volcán y de la misma boca de la tierra salió la gigantesca estructura dorada, la monumental torre de Atsha Ul. Que peculiar que Atsha Ul haya escogido precisamente la forma de un conector de audio; una estructura alta, cilíndrica y coronada por una forma semi esférica. ¿Habrá sido acaso que Atsha Ul recordó su antigua vida como humano y lo que en esta vida de humano desempeñó como profesión? Tal parece que sí, porque de la punta de la torre se abrió una plataforma y de ella salió Atsha Ul, y estando de pie recorrió su brazo extendido de izquierda a derecha y frente a él se materializó todo un equipo completo para mezclar música. Atsha Ul llevó sus manos a sus oídos y sobre su cabeza se materializaron unos audífonos y fue entonces que él comenzó a mezclar. De la torre empezó a salir una hermosa melodía que inundó todo el valle.
El dios que alguna vez fue un humano no había olvidado lo que en su vida fue su gran pasión, la música, y lo que en su vida humana fue su profesión; ser un Dj.
Los Galantir nunca habíamos pensado que un humano, un simple humano, lograra alcanzar el estado antario, y es por esto que no aceptabamos del todo a Atsha Ul. Pero él fue muy astuto, pues su música nos ha llegado al alma y es así que todos los días cuando el sol se oculta, nosotros, los Galantir, los que evolucionaron y ascendieron, nos dirigimos al valle que ahora rige Atsha Ul y nos dejamos llevar por el ritmo de esta música celestial.
Escavenger17 de julio de 2009

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