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El Ventrílocuo

Había decidido sentarse a comer al aire libre, en un pequeño barcito en el cual ofrecían comidas sencillas.

Mientras él almorzaba, su perro permanecía al pie de un árbol, unos 5 metros más allá; el perro protestaba: "claro, él come, mientras tanto yo miro, soy su mejor amigo, ¿por qué no piensa en mí?".

Una señora, que pasaba por allí, se detuvo asombrada al escuchar que el perro hablaba.

En ese momento, el dueño, le arroja un hueso, y el perro continúa: "claro, me quiere arreglar con un miserable huesito! qué vergüenza!"

La mujer se dirige al joven y le pregunta: "!estoy asombrada!... su perro habla!... no me lo vendería?"

El joven acepta, la mujer le paga una jugosa cantidad y se aleja caminando con el perro. Unos metros más allá el perro dice:

"es increíble! además de no darme de comer, tiene la crueldad de venderme?!nunca más dirigiré la palabra a nadie!"

Estela28 de agosto de 2008

2 Comentarios

  • Jorge

    ESTELA; me ha parecido muy humoristico, y agradable.
    Un Saludo...

    29/08/08 04:08

  • Adriel

    JAJAJA

    (no m?s palabras)

    Saludos.

    29/08/08 08:08

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