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Sin Nombre 2

Me lastimé la mano con un fierro oxidado. Me corté pero en círculo, me quedó marcado el perímetro de ese tubo. La sangre parece negra, la sangre que ahora corre por mi brazo y me mancha la remera. No siento dolor, siento esa cosquilla de aquella gota de sangre que corre mientras muevo el brazo y cambia su recorrido cuando la soplo y vuelve rodando. La gota muere en el suelo, dejando un charquito de sangre, que está agrandándose de a poco. Me miro el hueco en la palma de la mano. Voy a una lámpara, para alumbrarme y mirar que hay dentro de mi mano. Todo parece negro. Resbalo en ese charco y me sostengo con la mano lastimada en una mesa. Ahora sí, el dolor corre por todo el brazo, sube por mi cuello y sale por mi boca en forma de grito. Cuando me doy cuenta una mariposa sale del hueco. Con otra atrás, una mariposa negra.
El hueco se abre en una grieta que corre por mi brazo y abre otro hueco en el codo. Negro también. Sacudo el brazo y todo vuelve a la normalidad, ninguna herida, ningún rastro de sangre. Siento el roce de la remera en el brazo, y denuevo. Mi piel se desgarra de a poco, todo nace de ese hueco en la palma. Y duele. Ahora llegan a mis piernas, cortando todo a su paso. Y me las quiebra, y caigo. Y la sangre inunda todo, la sangre negra. Pero me muevo y no pasa nada. Todo vuelve a como era hace unas horas.
Ezer25 de marzo de 2011

2 Comentarios

  • Norah

    Cuando me doy cuenta una mariposa sale del hueco. Con otra atrás, una mariposa negra. si en verdad, todo parece como si nada ocurre, pero ocurre tanto no?

    25/03/11 05:03

  • Ezer

    Claro, las grietas nunca le dan revancha al protagonista.
    Gracias por leerme, Norah. Saludos.

    25/03/11 11:03

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