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-¡Papá, papá!
-¡Ven aquà princesa!
Pato corrió a donde su padre que se encontraba de rodillas en el jardÃn, saltó sobre él y le dio un gran abrazo que los hizo caer y quedar acostados sobre el césped, ese césped duro y puntiagudo que fastidia cuando te acuestas en él, pero que no es más que un pequeño detalle que no podrÃa arruinar la felicidad de un rencuentro.
HacÃa dos semanas que Fernando se habÃa ido en un viaje de negocios y ahora por fin volvÃa a su familia. Nunca antes habÃa pasado un solo dÃa sin ver a su hija y este viaje habÃa resultado increÃblemente duro para él. HabÃa imaginado tanto ese momento donde volverÃa a verla y darle lo que tenÃa para ella que no le importó que aun no hubiera entrado a la casa, abrió su maleta ahà en el jardÃn en medio del césped aun mojado por la lluvia de hacia un par de horas y sacó una muñeca, Pato abrió aun más sus grandes ojos para detallar por completo aquella muñeca de trapo que llevaba puesto un vestido azul, porque él sabÃa cuánto odiaba Pato el rosado; y lo abrazó fuertemente sin soltar la muñeca, él la levanto en sus brazos y dio vueltas con ella.
SofÃa solo miraba desde la ventana jugar a su esposo y a su hija, sin siquiera atreverse a hacer el mas mÃnimo ruido que pudiera interrumpir aquel mágico momento, solo los miraba con esa mezcla de felicidad y de celos, porque no podÃa evitar sentir celos al ver a su esposo con su traje de oficina tirado en la hierba con aquella niña de profundos ojos azules que habÃan robado en él esa mirada de ‘‘niña de sus ojosÂ’Â’ que antes pertenecÃa a ella, pero sus risas eran tan fuertes que le tocaban el alma y no le quedaba más que esperar paciente su turno. Finalmente vio sus ojos encaminarse a la casa, primero a la puerta y luego a la ventana, y ahà estaba ella, regalándole una hermosa sonrisa y una lágrima. Fernando suelta a Pato por un momento y saca un pequeño cofre de la maleta, se agacha y se lo muestra a Pato, todo lo que SofÃa podÃa ver era aquel cofre rojo un poco alargado, la alegrÃa de su hija y la mirada de su esposo que ahora no se despegaba de ella, dijo algo a Pato sin dejar de mirarla y la señaló, Pato dejó caer la muñeca en el césped, tomó el cofre en sus manos, lo cerró y corrió hacia la casa.
El corazón de SofÃa empezó a latir muy rápido, fue a la puerta que seguÃa abierta y vio a Pato correr hacia ella con su cabello negro revuelto por el viento y aquella sonrisa que no dejaba de ser hermosa aunque le faltara un diente. Y asà como el primer rayo de sol interrumpe a la oscuridad por la madrugada, asà fue el ruido de ese carro negro acercándose desde lo lejos, casi imperceptible hasta el momento en que te obliga a darte cuenta de que hay algo que se aproxima con extrema violencia. Fue entonces cuando Pato se detuvo y miró hacia atrás, vio como el carro se detuvo y aquel hombre cuya piel parecÃa quemada por un sol de cien años sacó un arma y disparó en dirección a su padre. Pato tomó un buchado de aire muy corto y rápido y se puso la mano en el pecho, lentamente abrió la otra mano y dejó caer el cofre. El carro se alejó hasta desaparecer entre los edificios y Pato se quedó ahÃ, inmóvil, sin poder borrar el rostro de aquel hombre de su mente. Su madre gritaba, pero Pato no la escuchaba, se habÃa quedado en el primer disparo, en ese pequeño instante, no habÃa escuchado los otros dos disparos, no habÃa escuchado al carro irse y no habÃa escuchado a su madre gritar. Y estaba de pie, con los ojos abiertos enfrente de su madre arrodillada llorando sobre su padre con las manos y la ropa llena de sangre, pero ella no veÃa nada, miraba pero no veÃa ni entendÃa nada, asà como cuando abres un libro en una página cualquiera y ves la hoja llena de letras pero no la lees y no tienes la más remota idea de lo que dice el libro, asà veÃa Pato aquella imagen.
La gente empezó a acumularse alrededor de SofÃa que seguÃa de rodillas llorando sobre su esposo. Marta una de las vecinas que habÃa escuchado los gritos de auxilio, habÃa llamado a la policÃa y a una ambulancia. Tomó a Pato entre sus brazos para llevarla lejos de la escena, pero no sin antes asegurarse de que los ojos de SofÃa ya la habÃan visto cargándola. Marta era madre y era esposa y entendÃa perfectamente que SofÃa necesitaba estar ahà con su esposo pero que no podrÃa hacerlo sin saber que su hija estaba segura, por eso esperó con Pato en sus brazos cubriendo su rostro dulcemente contra su cuerpo, ahà de pie mirando desde lejos hasta que finalmente la mirada desorientada de SofÃa buscando a su hija se cruzó con la de ella, SofÃa solo tuvo que asentir con la cabeza para que Marta entendiera que podÃa llevársela de ahà y que tendrÃa que ser madre sustituta por esos momentos, ya que cuando se es madre no se puede ser mujer y SofÃa necesitaba ser mujer, su esposo, padre de su hija y amante, estaba muriendo frente a ella.
La ambulancia no tardo en llegar, los paramédicos no pudieron impedirle a SofÃa que subiera a la ambulancia con ellos, en esos momentos ni siquiera Dios podrÃa separarla de su lado. Una vez en la ambulancia por más que intentaron detener el derrame y normalizar su estado, la vida de Fernando se fue agotando, y fue justo en el momento en el que un hombre curioso levanto el cofre rojo abandonado en la hierba, lo abrió y admiro los 2 brazaletes plateados que contenÃa, uno grande y uno más pequeño, justo en ese momento Fernando pronunció sus últimas palabras: “las amo más que a nada, cuÃdala”; lo dijo solo asÃ, sin dificultad alguna, como si la vida no se le estuviera escapando, y entonces se fue, dejando atrás su cuerpo, como los brazaletes se fueron en el bolsillo de aquel hombre, dejando atrás el cofre rojo.
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Luisrafael
Perfecto, Folicega! No te preocupes por tu forma de escribir, puede y debe gustarle a cualquiera. Te sigo, un abrazo. :D
29/08/11 06:08
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Asun
Repito la opinión de Luis Rafael, me parece perfecto, muy bien escrito y dejando tan buena sensación que espero que no tardes en dejarnos leer la continuación.
Besos de una impaciente.
29/08/11 09:08
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Buitrago
Has llegado a angustiarme, buen relato, bien redactado y llevado
Felicidades y un abrazo
Antonio
29/08/11 09:08
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Emitevicencio
Buen texto Foli...me gusta la sensacion de suspenso que le imprimes...saludos!!
29/08/11 07:08
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Norah
En verdad me ha encantado, voy a seguir tus letras...y te pido disculpas si te hoce mal de algun modo.Cariños.
29/08/11 08:08
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Norah
UfA, si te hice.
29/08/11 08:08
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Cimoni
Cautivante...aunque con el final triste, como la realidad, a veces se es Feliz otras no.
Un gusto
Saludos
30/08/11 03:08
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Indigo
Lograstes centrar totalmente mi interés, de modo que lo leà sin pausa. Perfectas las imágenes que causas.
Saludos Folicega.
30/08/11 05:08
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Folicega
Gracias a todos por los comentarios, me alegraron la noche.
Un abrazo,
Norah, ningun mal me has hecho, me alegra que te haya gustado, y cariños pa ti también!
30/08/11 06:08
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Primopep
Ha sido un grato placer descubirte. Estas cosas suelen pasar asÃ: uno te lee y comenta y el otro devuelve la visita. A veces ambos pierden el tiempo; otras, como es el caso, no. No creo que hay más que añadir: Me gustó mucho y está muy bien escrito. Para mÃ, por ejemplo, me es más difÃcil narrar en tercera persona. Lo hago de vez en cuando pero me cuesta más. Tú lo bordas.
Un abrazo.
02/09/11 11:09
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Folicega
Qué agradables palabras Primopep, de esas que en realidad te dibujan una sonrisa, gracias!
Y es precisamente porque también se me dificulta mucho escribir en 3ra persona que me resulta tan grato tu comentario.
Abrazo.
03/09/11 04:09
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Luedrag
me encanto tu relato pude sentir y vivir el relato me parecio exelente tomare nota de como lo aces por que en particular me gustan muchos los relatos gracias por tu comentario de apoyo un abraso
08/09/11 07:09
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Alfarache
Interesante texto de amena lectura y triste final, que consigue la
atención del lector; ¿ porque ese litulo?
Un afectuoso saludo.
09/09/11 09:09
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Folicega
Luedrag, eres mas que bienvenido, un abrazo.
Alfarache, estaba sorprendida de que nadie me hubiera preguntado aun por la razón del tÃtulo. Ese tÃtulo corresponde a la primera parte de una novela de 3 partes, empieza a cobrar sentido mas adelante. Gracias por tu comentario y dos saludos afectuosos para tÃ.
09/09/11 10:09
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Tfnmad
Ganas de más es lo que deja esta lectura.
Genial forma de enganchar ;)
10/09/11 12:09
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Leonhart
muy bueno
21/09/11 01:09
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Whenshesmile
me gusto mucho. ñ·ñ
03/11/11 09:11