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Al Fin de Cuentas Yo No Soy una Princesa... ;)

Carmen luce sus rasgados ojos marrones pintados sobriamente y sus labios apenas adornados con un suave brillo incoloro.
Mira con impaciencia hacia las agujas del reloj que parecen no querer colaborar para que el tiempo vuele.
Su larga y lisa melena castaña desciende en cascada a su espalda, creando suaves ondas al compás del aire.
Otea el horizonte; mueve ligeramente la cabeza en una negativa impaciente.
No. No llega.
Da media vuelta y la falda de gasa azul que se ha enfundado esta mañana hace un suave y elegante circuito alrededor de sus piernas blancas y finas. Se nota que no está acostumbrada a los tacones; casi tropieza al girarse.
Hoy tiene que ser un día perfecto. Precisamente por eso va tan arreglada, precisamente por eso se ha puesto tacones y no bambas, precisamente por eso lleva falda y no sus vaqueros desgastados de siempre, precisamente por eso se ha pasado dos horas enteras planchándose el pelo la noche anterior… Precisamente por eso está enfadada al ver que él llega tarde.
Después de tanto tiempo sin verse, es ilógico que se retrase.
Cinco años han pasado desde que se despidieron en el aeropuerto cuando él se marchó a Hong Kong a trabajar, destinado allí por su empresa.
Todo había sido muy de repente; como cuando una mosca entra en un aula infantil y en un segundo siembra el caos absoluto. Apenas hubo tiempo de despedidas.
“El lunes me voy” y el lunes se fue.
Y ella no pudo hacer nada más que verlo partir.
Carmen resopla y vuelve a dar otra vuelta, y entonces lo ve. Lucas. Con su andar despreocupado de siempre. Con su traje y corbata, tan señorial como recordaba.
A Carmen se le olvida respirar. Los pulmones hace siglos que cesaron en su trabajo y el corazón bombea sangre a un nivel desmesurado.
Da un paso dudoso.
Lucas la ve en la distancia. Abre mucho los ojos. Nunca la ha visto así de preciosa.
Lástima que sea tarde. Lástima que el tiempo sea capaz de cambiar tanto las cosas.
Carmen corre hacia él, pero los malditos tacones se le rompen y va a parar al suelo. Él acude en su ayuda. La sienta y le aparta el pelo de la cara. Está hermosa. Su tersa piel tiene un poco de polvo a causa del accidente pero eso no es suficiente para ocultar tanta belleza. Lucas, con gesto dulce recoge los zapatos y se los da, justo antes de besarla en la frente. Los ojos de ella lo siguen inexorablemente, humedecidos y a la vez incrédulos.
Se acerca a su cara e intenta besarlo.
Lo necesita. Necesita borrar los cinco años de sufrimiento, de noches a solas en su cama recordando cada instante vivido con él, cada llamada sin respuesta a China, cada lágrima…
Necesita volver a sentir su lengua en su boca, abrazarlo y sentirse segura.
Él esquiva de forma cortés el beso y pone la mejilla.
Carmen empalidece. Se queda fría.
Es entonces cuando una alianza dorada en la mano del hombre capta su atención. Es una alianza. No se lo puede creer.
Lucas descubre la dirección de la mirada de la joven y se mete la mano en el bolsillo de la americana. Se levanta y le extiende una mano a Carmen.
Ella no reacciona, está con la mirada perdida en el vacío, divagando entre recuerdos que va a tener que eliminar de su memoria tan pronto como salga de allí.
Lucas la zarandea con delicadeza. Ella lo mira con una expresión cercana al pánico. Sus pupilas están dilatadas. Tiembla. Baja la mirada. Agarra el bolso blanco de marca y se lo acerca suavemente al pecho.
-Carmen…-murmura a media voz Lucas mirando a lado y lado de la calle. Siente vergüenza, temor ante la idea de que ella pueda echarse a llorar.
Pero, de pronto, Carmen se pone en pie.
Él se aparta.
Levanta la vista. Efectivamente, está llorando.
-¿Puedes explicarme por qué llevas esa alianza?-exige con la voz entrecortada.
Él pasea sus ojos por todos lados, no se atreve a mirarla a la cara. Sus ojos azules también están comenzando a inundarse.
Entonces los ojos de ambos coinciden. Él carraspea.
-Me casé hace un año, Carmen.
Y aunque ella ya se esperaba esa obvia respuesta, es como si le hubieran clavado un cuchillo y le dieran vueltas sin parar a la par que le echan sal a la herida abierta.
Casado. Palabra que implica que le pertenece a otra. Otra mujer posiblemente mejor para él. Con más clase, dulzura y temperamento. Otra mujer que, sencillamente, no era ella.
-¿Por qué no me dijiste nada cuando te llamé?-pregunta, apagada. Pero algo se acciona en su interior. Ahora todo tiene sentido-. ¿Era por eso que no me cogías nunca el teléfono?
Lucas asiente sin mirarla a la cara.
-Eres patético- espeta ella.
Lucas puede ver el odio y el rencor en sus ojos marrones. Duele.
-No digas eso, yo…
-¿Tú qué, Lucas? ¿Cuándo esperabas decírmelo? ¿Cuándo tuviera sesenta años y no pudiera rehacer mi vida? Eres un cobarde…
-Tengo treinta años, ya me tocaba, sentía que me consumía y, en la distancia, dejé de sentir lo que sentía contigo. Ya no extrañaba a la loca colegiala que me trajo de cabeza a los veinticinco. No sabía cuándo iba a volver y tampoco pensé que me esperarías. Conocí a Lin en la empresa. Es una mujer segura de sí misma. Estaba separada y lucía siempre una eterna melena negra y sedosa anudada en un elegante moño chino. Siempre con discretos vestidos oscuros de seda. Tan adulta, tan madura. Encontré en ella todo lo que había echado de menos en ti. Así que me enamoré, por algún motivo ella se enamoró de mí y a día de hoy vivo en Hong Kong, con ella y mis dos hijas-finaliza la exposición sacando su cartera y buscando una foto. La saca, la mira con ternura y se la entrega a Carmen.
Carmen ni siquiera le dirige una mirada a la instantánea y sigue mirándolo a él.
-Es la prueba. Son ellas.
Carmen baja la vista y toma el objeto. Mira a las niñas primero.
Es una extraña combinación la chino-española, pero aún así le parecen preciosas.
-¿Cómo se llaman?-pregunta, extasiada.
-La mayor es Noemí. Tiene tres años y Lin, al ser nuestra primera hija, quiso ponerle un nombre español. La pequeña es Xiaomei, tiene un año, y, siéndote sincero, es mi ojo derecho.
Carmen asiente, fuera de órbita, dispuesta a analizar cada detalle.
Mira a la que ahora conoce como Noemí. Tiene una media melena completamente lisa, y una tonalidad de piel no del todo clara, pero tampoco oscura. Goza de un excepcional dorado blanquecino que la dota de una belleza increíble en una criatura de su edad. En la foto se la ve con un vestido sencillo blanco y unas sandalias finas del mismo color.
Intenta adivinar el color de los ojos. No puede ser. La genética lo impide. Pues parece que no. Noemí, una niña medio china, medio española, tiene los ojos azules de su padre.
Mira ahora a Xiaomei. Descansa tranquila y sonriente en los brazos de su madre. Tiene una mata de pelo negro como el carbón y una piel blanca parecida a la porcelana. Va vestida con un suave body, que, a simple vista, parece de algodón. Será tan bonita como su hermana; eso se aprecia de lejos.
Y vuelve a analizar los ojos.
-Imposible…-sentencia ella, totalmente incrédula. Lucas la observa, sin saber a qué se refiere.
Efectivamente, la pequeña de la familia mixta tiene, contra todo pronóstico, los ojos azules.
Es el momento. El corazón le da un vuelco. Es el momento de ver a la madre. De ver al ser que le robó lo que más quiere en el mundo. Lin.
Una mujer hecha y derecha, sin lugar a dudas. Ciertamente, en la foto luce un vestido discretísimo de color marrón, aunque el pelo le cae libremente a lado y lado de su cara redonda y dorada. Las cejas duermen relajadas sobre sus ojos rasgados y marrones. Es preciosa…y adulta. Mil veces mejor que ella, que apenas tiene veinte años.
Le devuelve la foto y clava la vista en el suelo. Se carcajea.
Lucas la mira, sin comprender qué le pasa.
-Ella te ha dado todo lo que yo no tengo manera de darte. Se casó contigo, te hizo padre y te hizo feliz. Tres cosas que yo no soy capaz de hacer. Tengo veinte años, así que no busco casarme ni mucho menos ser madre, aunque sí procuré hacerte feliz todo el tiempo que estuve contigo. Has sido el centro de mi mundo porque siempre pensé que eras un príncipe, mi príncipe. Pero no tiene sentido.
-Carmen…
-No digas nada. No tiene sentido que un príncipe me quiera. Después de todo, yo no soy una princesa.
Foryou139627 de mayo de 2012

8 Comentarios

  • Davidlg

    jajajaja pues que mejor que no te quiera un príncipe, así te encontraras a alguien bueno y sobre todo real jejeje los príncipes pierden su nobleza a los pocos días de conocerlos. Saludos! =P

    27/05/12 10:05

  • Jovenpodros

    O mantien su nobleza hasta el final, no dejándose pisar por nadie..en cierta forma todos somos príncipes y princesas(si lo ves como metáfora), todos merecemos lo mejor... independencia, crecimiento, amor (romanticismo)...dosis de locura RISAS A CARCAJADAS XDD y por supuesto lo más importante una mirada tan penetrante y furtiva que haga temblar el planeta entero. y bueno un ingrediente especial muy especial..que no es amor es algo más poderoso..y muy pocos lo ven(pero ese me lo reservo).

    Saludos :)

    27/05/12 11:05

  • Foryou1396

    jajajajaja solo es un relato xD
    Espero os haya gustado =)
    Saludos

    28/05/12 06:05

  • Lambedxirroguen

    Es un excelente relato, gran hilo conductor, te atrapa de a poco pero no te suelta mas, buen desenvolvimiento de los personajes, atrevidas expresiones de tus personajes, aunque les mantienes su aura de misterio y aunque el final era esperado supiste espetarlo para que fuera monotomo, fue un agrado leerte , saludos.

    28/05/12 04:05

  • Lambedxirroguen

    perdón quise decir *supiste espetarlo para que no fuera monotomo xD :)

    28/05/12 04:05

  • Foryou1396

    jajajajaja me alegro muchísimo, Lambedxirroguen, de que te haya gustado y te haya atrapado. Gracias por leerme y comentar! *-*

    28/05/12 06:05

  • Davidlg

    si ya se pero es bonito emocionarse o no? a veces es bueno adentrarse en las historias, así descubrimos cosas de nosotros mismos que permanecen ocultas a nuestra consciencia. Intentalo!

    ahhhh el otro lo leo cuando despierte, disculpame es que fue un día muy pesado y ya pasa de la media noche un beso amiga!

    29/05/12 08:05

  • Foryou1396

    ajajajjaja Daviiiiid graaciias por leértelo todo! :3
    Descansa!
    Besos! =)

    29/05/12 01:05

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