Yo Digo que No
Hay gente que dice
que le gustaría haber sabido
en el momento del último beso,
que era el último beso.
Lo habrían disfrutado más,
lo habrían grabado más a fuego en sus memorias.
Yo digo que no.
Que hay que vivir las cosas según vienen,
hacer lo que podamos en cada instante
y ser conscientes a cada segundo
que hoy podría ser la última vez
que ves a esa persona,
que la abrazas
o que le dices quererla.
Así no te quedará esa sensación de impotencia,
ese querer y no poder
porque el tren pasó
y te quedaste en el andén
mirando con la boca abierta.
Besa siempre con esa intensidad,
abraza siempre sin dudar,
sonríe y habla con dulzura a quienes te rodean...
Justo como si fueras a perderles al día siguiente.
Yo lo he hecho,
He aprovechado cada minuto con la gente que me rodeaba
como si no quedaran más días que vivir.
Por eso hoy,
aunque todavía escueza un poco,
como es natural,
puedo mirar atrás sin sentirme incompleta o culpable.
Viví y aprendí al máximo
de los pocos meses
en los que tuve la suerte
de cruzarme con alguien excepcional,
a quien deseo lo mejor de esta vida.
Alguien increíble
que toleró todos mis defectos
y amó cada pedacito de mí,
así como hice yo con él.
Abandonó mi camino
dejándome como una mejor persona
de lo que era,
y jamás se lo agradeceré suficiente.
Y aunque el amor siga apretándome el estómago,
sé que es lo ideal para ambos
y que,
con tiempo,
estaré bien.
El ave vuela alto de nuevo,
y me quedo en el suelo
disfrutando de su vuelo mágico.
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