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La Vaca de Calambrias

Historia de terror y suspenso
Hospital de la ciudad.
Un detective conversa con la única sobreviviente de una horrible masacre en una pequela ciudad a unos kilómetros.
— ¿entontes, srta. Milena… que fue precisamente lo que sucedió ene se lugar? — pregunta el detective David Rosales— se que debe ser traumático, sobretodo en este momento, y con esto habiendo sucedido tan recientemente, pero, su colaboración es fundamental…
La joven, herida, ensangrentada y nerviosa, responde reclinándose en la camilla de su habitación.
— entiendo…, pienso colaborar con usted, detective… quiero que atrape a ese criminal que le hizo esto a mis amigos…. — dice con una expresión de tristeza y bajando la mirada — … fue horrible, no se imagina…, ni en sus peores pesadillas se lo imaginaria… es digno de una película de horror…
— ok, comience…, díganos que sucedió exactamente, todo, antes de que usted escapara de ese edificio…— dice el detective.
Milena asienta y comienza narrar lo sucedido.
Ese mismo día, 2 de la tarde.
Un auto avanza por la carretera en las afueras de la ciudad, en su interior un grupo de jóvenes.
— Milena conducía, a su lado estaba Mauricio quien estaba dormido, en la parte trasera, iban Felipe y Esther, su enamorada, al lado de ellos Eliza, los 3 dormidos.
Una noche antes, y parte de la mañana habían estado en una feria en un pueblo a unos kilómetros, festejando, era fin de ciclo en la universidad y habían ahorrado para ese viajecito, y darse un gusto, un gusto que se dieron al pie de la letra, habían festejado como locos, realmente hacían honor a su titulo de universitarios fiesteros, a pesar de ser mitad de ellos de la facultad de psicología y la otra mitad de medicina, pues se llevaban bien y sabían divertirse, obviamente no eran los mas aplicados de su facultad. Con excepción de las chicas.
— chicos… — dice Milena, percatándose de que la gasolina se estaba agotando. — chicos… despierten, tenemos problemas…
El primero en despertar es Mauricio, amigo de Milena, ambos estudiantes de medicina.
— ¿qué pasa, Mili? — dice bostezando y con una cara de resaca tremenda.
— es el combustible, se está acabando… — los chicos en la parte tarcera se despiertan también —- buenos días, muchachos…
— habla mas bajo… — dice Felipe — me duele todo, hasta las sejas…
— eso te pasa por exagerar con el ron… — le increpa Esther, regañándole.
— ya, no me regañes… tu también tomaste…
— pero no como tu… mírate, esos ojos… patreces un zombi…
— ya callence dejen dormir… — dice eliza girándose y acurrucándose en su lugar.
— chicos, escuchenme, se nos termina el combustible… — continua Milena.
— Pues ldeten el auto y llénalo con el galon que tenemos atraz… — dice Felipe y se acurruca junto a Esther…
— oye tarado…. — le dice Milena — ¿no recuerdas que hiciste ayer con la gasolina? — le rpegunta irónicamente.
— que… — responde este confundido y mirando a Esther.
— Pues…. — esta le contesta — pus… intentaste prender un pastizal roseando la gasolina escribeindo mi nombre….
— lo que fue una rotunda estupidez… — dice Milena, quien acostumbra ser muy directa. — … para estar en el 5to ciclo de psicología eres un demente…
— Ya, ya. Ya…. — responde Felipe y mira a Esther… — al menos… ¿lo hice bien? ¿Escribí tu nombre, amor? — le pregunta.
— No… casi ocasionas un accidente… y… fue realmente una tontería… hasta te atamos…. — le dice esther.
— yo lo até… — Dice mauricio.
— Lo mismo que nada, tus ataduras son estúpidas, eres bueno en ciencias, pero no eres capaz de hacer un simple nudo que contenga a un ebrio…— le responde Esther sarcásticamente.
— ay dios… les juro que ya no tomo más… — dice Felipe.
— todos hemos dicho eso…. Hace tan solo 2 semanas… — agrega Mauricio.
— ok, escuchen — continua Milena — según creo, con lo que tenemos pues… no llegaremos muy lejos, a lo mas unos 15 minutos más… — detiene el auto y saca su cabeza por la ventana y ve a s alrededor — creo que… si, a un kilometro, quizás menos… había una gasolinera…¿recuerdan?
— ¿la del símbolo en forma de estrella no? — agrega Mauricio..
— si, esa… — Milena baja del auto — ire a llenar el anque y regerso, ¿ok?
Mauricio baja del auto también.
— ¿Qué? No, claro que no… ¿Cómo vas a ir tu?... déjale eso a los hombres… yo voy… — dice sonriendo.
— no seas machista oye… yo fácilmente peudo ir… no hace calor, y tengo ganas de caminar… — dice abriendo la maletera y sacdo el galon. — y en todo caso quien debería ir… — se agacha a la ventanilla y ve a Felipe — … eres tu oye…
— no… que vaya maurcio… yo quiero dormir… — responde.
— si, durmiendo eres mas útil… — le dice y se dspone a avanzar. — escuchen, esperen aquí y yo en unos 30 minutos debo estar regresando…
— espera, Milena.. hablo en serio, quédate, haz estdo conduciendo toda la mañana y bebiste anoche, no haz dormido… yo si, déjame ir… — rodea el auto y le quita el galon.
— No lo se, no quiero dormir, de verdad, me voy a aburrir… ya sabes como soy…
— Vamos, además, así cuidas a estos locos de psicología…. — le susurra y guiña.
— oye, te escuchamos… — dice Esther.
— perdón chicos…. — responde Mauricio sonriendo.
— ok, ve tu, pero llamame cualquier cosa ¿si?... que voy en seguida… — dice milena.
— hecho, te llamo… así que das el alcance con el auto. — le guiña y comeinza a caminar.
Unos minutos más tarde dentro del auto.
Esther y Felipe dormían, mientras Milena y Eliza conversan.
— ¿Cómo te sientes? Anoche… bebiste mucho más de lo necesario… — le dice milena amablemente.
— tu también besito mucho… y estas bien… — le responde sarcásticamente.
— vamos, no seas así… se que estas enfadado por lo de Pablo, peor ya olvídalo… es decir… todos ayer bebimos por alegrarnos, peor tu… estabas con una cara… y no dejaste de mensajear… y estoy segura que le estuviste mensajeando a el, eres una boba…. Te haces daño tu misma…
— para se r estudiante de de medicina… te crees la psicóloga… ni Esther me dice esas cosas… ya deja de ponerte en ese plan, Milena…
Milena sonríe.
— si, quieres desquitarte conmigo, adelante, pero con tal de que saques tu cólera… no haces nada reprimiéndote y hundiéndote en la depresión…, vamos, parte de este paseo era animarte… y hasta ahora todos se han animado, menos tu…. Es mas, pareces mas depre aun…
— tu eres linda, popular… tus padres tienen dinero… un enamorado que trabaja en un banco, tus padres están en Francia…. Eres alta, bonitos ojos… toda la facultad de medicina y la de psicología, se mueren por ti…. Es fácil decirme “anímate”, así… que cállate…— mira por la ventanilla….
— ay, Eliza, tu y tus cosas, ¿sabes? Eres una chika linda… ¿ya? No tines nada que envidiarme, así que por favor, ya deja de pensar eso…¿Cuánto nos conocemos? Quizás…un año y algo… siempre he sido amable contigo…
— eres amable con todos… no me hace especial nada…. — responde con dureza. — no soy especial para nadie… ni para el que decía amarme… pobre idiota… hasta a el le gustabas…. — susurra.
— ¿Qué? Eso es ridículo…
— es verdad… y ya no me digas nada… quiero dormir… — dice y se acurruca.
— siii, ya cállense… — dice Felipe abrazado y acurrucado con Esther.
Milena hace un gesto de desconformidad y se gira hacia el timón. Mirando el camino.
Un rato más tarde, Felipe esta orinando en un árbol a unos metros de la autopista, Esther estaba a unos metros de el.
— ¿que viaje, erdad, amor? — dice terminando de orinar, se acerca a Esther. — fue divertidísimo.
— si, me divertí mucho…. — dice sonriéndole, pero una sonrisa no muy convencida que Felipe nota.
— ¿pasa algo? ¿estas bien? — le pregunta.
— no… ¿Por qué? — pregunta ella.
— pues te veo… extraña…, estas rara… ¿de verdad estas bien? — la toma de la cintura… — ¿he? — le reitera la pregunta y le sonríe.
Ella le baja la mirada y luego la levanta, mirándolo a los ojos.
— escúchame, Felipe… yo… — entonces algo interrumpe la conversación.
—¡¡Felipe!! — grita Milena, llamándolo.
— ¿Qué pasa? — responde este.
— estoy intentando llamar a Mauricio, ya ha pasado una hora no regresa… no debía tradar tanto, y no contesta… me comienzo a preocupar… — se acerca un poco.
— mmm…. Quizás estaba mas lejos d elo que pensamos… — agrega Esther.
— Eso esplica el tiempo, ¿pero por que no ersponde…? — pregunta Milena.
— quizás… no hay señal, ya sabes que su celular es una poqueria… quizás ya se malogro, finalmente. — sonríe.
— esto es extraño… les juro que si en 15 minutos mas, no aparece en el orizonte o responde, voy a por el… — Dice milana mirando en dirección a donde partio Mauricio.
— eres una exagerada, Milena… ¿Qué le puede haber pasado? — pregunta relajado Felipe.
— no se, y no saber me corroe.
Milena se queda mirando al horizonte…
Unos minutos mas tarde, dentro del auto, Milena seguía intentando llamar.
— no te preocupes, milena… ya debe estar en camino, quizás su recepción es mala… — intenta calmarla Esther.
— no, por que timbra y me llamda al busón, escuche…
Milena marca y deja en altavos, entonces finalmente Mauricio conetsta.
Pero no esra lo que esperaban.
—¡¡¡¡Ayudenme, ayúdenme!!!!!! ¡¡¡por favor!!!!! ¡¡¡ayudaaaaaaaa!!!!! — se escucho la voz de Mauricio gritando, y sonido de golpes muy fuertes.
Todos ahí en el auto se quedaron realmente asustados, sorprendido, luego de eso se corta la comunicación, antes de que pudieran decir una sola palabra.
— ¡dios! — exclama Milena — ¡dios miod… no, no no!!
Tanto Esther como Eliza se quedan paralizadas y muy asustadas.
— ¿que le pasó? — pregunta Felipe sorprendido también.
— ¡¡no lo se, pero… no creo que sea una de sus bromas….!! — Milena intenta marcarle nuevamente, pero esta vez el celular no respondía y simplemente lo mandaba al buzón, el celular estaba apagado. — ¡¡mierda, no!! — Milena arroja el celular.
— tenemos que ir por el … — dice Esther.
— si, condice, hasya dodne lleguemos, de ahí… corremos a la gasolinera… — agrega Felipe.
Eliza solo estaba asustada ahí sentada, muy sorpendida.
— SI, si, esta en peligro…
Rapidamente milena se gira, enciente el auto y parte lo más rápido que puede.
Ya eran cerca de las 5 y 10, el auto se detiene en plena autopista.
— ¡¡maldito auto!! — grita Milena y baja rápidamente.
Sus amigos la siguen.
— ¿vamos a dejar el auto aquí? — dice Eliza.
— sí, no hay otra…. — doce Milena quien había comenzado a avanzar.
— ¿pero y si se lo roban? — pregunta nuevamente Eliza.
Esther se cerca de ella.
— Eliza, puede que algo malo le haya pasado a Mauricio… el asunto no interesa… — la toma de la mano y avanzan, los 4 rápidamente por la carretera.
Cerca de 30 minutos después logran ver la gasolinera a un lado de la carretera.
Rápidamente Milena se acerca a la gasolinera y entra en la tienda, donde se encontraba un vendedor, solamente estaba el, no parecía haber nadie más.
— ¡¡¿Dónde esta Mauricio?!! — pregunta agitada al vendedor quien la ve asustada.
— ¿perdon? ¿aque Mauricio se refiere? — responde este bastante extrañado.
— Un joven de cabello oscuro, no muy alto, venia a compra gasolina… — dice Felipe.
— ¡¿Qué le han hecho?! — exclama Milena.
— Tranquila… — dice Esther tratando de calmarla.
— Esperen, esperen… ya recordé… si, — dice el vendedor — un joven vino hace unas cuantas horas…. 3 como mucho, pero… se fue al pueblo, ya que aquí no había gasolina…. Se nos terminó toda… estoy esperando a que llegue el camión repartidor… pero aun nada, debio llegar hace un día ya…
— Pero… — agrega Milena — ¿A dónde se fue? ¿a qué pueblo? — pregunta.
— al que esta aquí a unos 10 kilómetros… — le responde el vendedor.
— ¿Qué pueblo? — pregunta milena nuevamente — ¿el pueblo mas cercano según el mapa que tengo en el gps, esta a unos 90 kilometros… mas o menos…
— ese debe ser VALLY, yo me refiero a WILSON. — responde el vendedor cogiendo un mapa que tenia en su aparador. — Ven, esto de aquí…, este es Wilson, esta a unos 10 kilómetros mas a o menos… hacia el noreste, ahí hay gasolinera y otros servicios, es un pequeño pueblo, peor esta implementado… aunque ene stas fechas por lo de las celebraciones del mes muchos d elos poblerinos se van d viaje, pues… nunca esta vacio… ¿ustedes deben saber, cierto? No son los únicos jóvenes que han pasado por aquí… seguro también vienen del festiva en CALIBRIAS…
— si, pero eso e sotro tema, — dice Milena — ¿entonces ese chico, Mauricio se fue a WILSON…. Esta seguro?
— si, tan seguro como que yo mismo le vendí un mapa…
— ok… — dice Felipe y coge el mapa — véndanos este,… — paga — y vamos… debemos ir a ese pueblo… seguro algo le pasó por ahí….
— por el tiempo, algo le pasó allá, no en camino… — agrega Milena.
— ok, entonces… ¿iremos a Wilson? — pregunta Esther.
— que pregunta… claro que iremos — responde Milena arranchandole el mapa a Felipe y slaiendo de la tienda.
— ¡Una cosa más! — grita el vendedor —¡la señal telefónica en este lugar y en Wilson es horrenda… a partir d elas 4 de la tarde… se coerta hasta eso de las…. 12 de la noche… mas o menos…. Se peuden comunicar solo en un radio de 20 kilometros… no mas, incluso menos… así que… sus celulare son le sserviran de mucho si necesitan llamar a alguien fuera de esta área…, su mejor opción es utilizar teléfonos públicos o fijos… nada celular… solo cableado…
— Gracias — responde Felipe y parten.
Para llegar al pueblo tenían que pasar por una enorme zona de sembradíos y granjas, en el camino conversaban, temian por su compañero mientras avanzaban lo mas que podían.
— estos lugares descampados, solitarios me dan miedo… — comenta Esther.
— si, lo se, a mi también — agrega Felipe.
— Ya callence, — dice Eliza — se esta haciendo de noche, hay que apurar el paso…, aun estamos bastante lejos…. Y eso que emos caminado bastante ya…
— hay que apurarnos, y llegar, sea lo que sea que le haya pasado a Mauricio mientras más nos demoremos en encontrarlo será mucho peor… — comenta Milena muy consternada.
— ¿Qué crees que es lo que le haya pasado? — pregunta susurrando Esther a Felipe.
— la verdad o ignoro, se escuchó como una especie de golpes, ¿no? Yo creo que lo han asaltado…
— se escuchó como eco, estaba en algún cuarto o algo… — dice Esther… — ¿y si lo han secuestrado? – pregunta.
— no lo creo, eso es extraño… no creo… tu… ¿crees?
— pues, no sé, es extraño todo esto… estoy muy asustada… muy asustada…
— a mí se me quitó toda la resaca en una… estoy muy preocupado en serio.
— ¡¡la carretera!! — Dice Milena al ver la carretera a lo lejos — ¡según el mapa, ya estamos bastante cerca!! — dice.
Llegan a la carretera que divide los sectores, al cruzarla llegarían al pueblo en al menos 40 minutos más, bajando por una enorme colina en dirección al pueblo.
— Ya casi se ve el pueblo… — dice Eliza mirando hacia abajo.
— Vamos de una vez, — dice Milena saltando el barandal y bajando, pero entonces algo los detiene.
Un auto de la policía a lo lejos los interrumpe.
Este se detiene cerca de ellos.
Dentro de la patrulla se encontraba el detective rosales y en la parte trasera un sujeto esposado.
— ¡¿Qué hacen por aquí? — pregunta el detective.
Milena se acerca a él.
— detective, lo que pasa es que un amigo nuestro fue a Wilson a conseguir combustible para nuestro auto y… vamos por él, ya se tardó y tememos que le haya sucedido algo… nos llamó y se escuchó un grito extraño… creemos que le sucedió algo…
— ¿y dices que esta en Wilson? … no es mi jurisdicción, yo soy de VALLY… pero puedes hablar con cualquier policía de la central en Wilson, ahí te ayudaran a encontrar a tu amigo…, normalmente Wilson es una pequeña ciudad muy tranquila… aunque ene stas épocas hay poca gente…
— Si, por lo de CANABRIAS… -- responde Milena.
— escuchen, tengan cuidado ¿si? Vayan a la delegación, y que les ayuden a buscar a su amigo…
— Ok, oficial… — se despide y este se va.
Milena regersa con sus amigos.
— ¿Qué te dijo? — pregunta Esther.
— peus… que vayamos con cuidado que vayamos a la comandancia… aya tenemos que ir primero… vamos… demonos prisa.
Bajan la colina hasta una especie de parque y avanzan rápidamente hacia el pueblo.
La noche les llega antes de que ellos lleguen al pueblo, por lo que tienen que darse prisa, de hacerse más noche, no podrían hacer mucho.
La primera impresión al llegar al pueblo es que este estaba totalmente vacío, no vieron ser alguno.
— este lugar me da meido… — dice Esther abarzadaa Felipe — Milena.. ¿no te parece extraño?
— se que las personas de este pueblo, como muchos otros… peus viaja a Calibrias pro la celebración, peor… de verdad parece que este lugar esta abandonado… — comenta Felipe.
— No puede estar abandonado … — dice Milena — las luces se acaban d eprender, — señala el alumbrado publico. — ya son las 6:00PM, alguien debe estar por aquí… es solo que… estos lugares alejados de la sociedad tienene otras costumbres, quizá esta hora ya para ellos es mas tarde… tranquilos… además,… Mauricio debe estar por aquí…
— peor la sluces se prenden automáticamente… — comenta eliza.
— no ene stas zonas tan alejadas… y fiera del mapa… debe haber un mecanimo no autónomo… ya dejen de dcir tonteras y vamos a la comandancia… — dice Milena.
— ¿y donde esta esa? — pregunta Eliza.
El lugar a simple vista se veía normal, un pequeño pueblo, bastante implementado, edificio medianamente modernos, grandes, elegantes, pero clásicos, se veian luces en las calles, y las casas alguna, iluminadas, pero era totalmente silenciosa, solo se escuchaba una extraña canción a lo lejos, que no se podía saber de dónde procedía.
— ok, vamos por ahí, debemos caminar alguien debe saber decirnos algo… debe haber alguien por ahí, vamos…
Caminaron unos minutos por ahí entre las calles hasta llegar a una plaza.
— ahora si estoy segura de que no hay nadie en este lugar…, — comenta Eliza.
— Eso es imposible… — insiste Milena. — ¡¡¡Hola!!! — grita.
— No grites… — dice Esther.
— Pues si nadie sale, es por que no nos han notado… — dice y continua gritando — ¡¡¡¡alguien que nos ayudeeee!!!!
Pero sus gritos eran inútiles.
— Esto es ridículo... — corre a la entrada de uno de los edificios, donde estaban las luces encendidas. — ¡¡¡hola!!! ¡alguien, ayudenos! — toca el timbre, pero nada.
— Vamos a ayudarla… — dice Eliza y va con ella a tocar puertas y a llamar a alguien.
Lamentablemente nadie respondía, era como si los ignoraran, nadie salía ni por las ventanas.
— ¿Qué sucede con este lugar? — se pregunta Milena.
Se reúnen nuevamente al medio de la plaza, desde donde veían a su alrededor todos los edificios y las calles aledañas, sin ningún alma.
Se sientan en unas bancas.
— esto comeinza a asustarme, chicos… — comenta Esther.
— ¿y que quieres? No nos vamosa ir hasta encontrar a Mauricio. — le dice Milena algo enfadada.
— nio dije que nos vayamos… — replica Esther.
— ya calmence… — interrumpe Felipe. — encontraremos a Mauricio, y pues… la gente quizás soloe s algo… temerosa, yo que se… o quizás no haya nadie.. es una probabilidad…
— ¿y la luces? ¿y esa extraña música? — pregunta eliza.
— Bueno — contesta Felipe — yo muchas vecs dejo la luz de mi apartamento encendida y mi madre, peus… deja la radio rpeida cuando sale… oara los ladrones…
— eso funciona para una casa… peor no para toda una… especie de pueblo en medio de la nada… — explica Esther. — yo tengo meido y… no se como nos vamos a regersar…
— no regresaremos sin Mauricio.. — dice Milena cuando algo la interrumpe….
SU celular suena nuevamente.
Mauricio decía en la pantalla, rápidamente esta responde y sus amigos se acercan para escuchar.
— ¡¿mauricio, eres tu?! — responde.
— ….—luego de unos segundos de pausa responden, pero no era la voz de Mauricio —… Hola, no, no es Mauricio…. Su amigo esta… digamos…. Dormido… — se ríe burlonamente.
— ¡¿Qué sucede quien eres y que demonios le hiciste a Mauricio?! — grita Milena.
— Lo importante no es quien soy, si no… quienes fueron ustedes…
— Eso no teien sentido… — dice Mielna.
— Si se quedan en WILSON… importara quienes fueron, mas no quienes son… así que… ya lo saben…. Ahora, dejen mi ciudad… o se arrepentirán… su amigo cometió el error de entrar aquí… ustedes no cometan el mismo error, les doy 15 minutos para que se larguen… o se arrepentirán….
—¡¡¡quien eres!!! ¡¡responde!! ¡¡donde esta maurici….!!? — le corta.
— Dios… que sucede aquí,… — dice Esther muy asustda al igual que los demás.
— NO se, pero… sea lo que sea, ese que hablo… tiene a Mauricio…
— Es un loco o algo así… — dice Felipe.
— Debemos hacerle caso e irnos… — dice Esther…
— No, claro que no, el tiene a Mauricio… — Milena le marca nuevamente — ¡¡escuchame!! ¡¡vamos a llamar a la policía!!! ¡así que dinos donde esta neustro amigo! — le grita.
— Milena… — responde esta vez Mauricio…
— ¡¡Mauricio!! — grita milena y sus amigos se acercan.
— milena… este sujeto…e sta loco… vayance… lárguense de ese lugar… lárguense… vayance… — grita y entonces el otro sujeto parece tomar la vocina — … escuchaste a tu amigo… ¿verdad? Háganle caso, les quedan 15 minutos… y si llamas nuevamente, tu amigo se muere.— corta.
— No… — dice Milena. — ¡¡¡noooo!!! — se desespera.
— ¡¿Qué vamos a hacer?! — pregunta Eliza.
— si, debemos… hacer algo… — agrega Felipe.
— No sé, no se… ¿por qué me miran a mi…? — pregunta Milena y se sienta nuevamente.
— tu nos trajiste… — dice Esther, ahora… decide… nos vamos…, tenemos que irnos… ¿verdad Felipe? — le pregunta.
Este la mira y no responde.
— No podemos irnos… — dice milena con la cabeza en las rodillas…, levanta la mirada y se pone de pie —… debemos buscar a Mauricio y a ese sujeto… — dice decidida.
— ¿estas bromeando, cierto? — le responde Esther.
— No, tenemos que encontrar la comandancia, y pedir ayuda… no podemos irnos… no sin el, es nuestro compañero…
— SI, pero ya escuchaste a ese loco…
— no importa, es un loco justamente, ¿crees que debemos dejar a Mauricio a su merced?... vayamos a buscar la comandancia… no debe estar muy lejos, este lugar es pequeño…
— ese loco… puede estar observándosenos ahora mismo… si ve que nos quedamos, ya lo escuchaste… nos amenazo prácticamente…
— escúchame Esther… ¡si quieres lárgate! Pero yo me voy a quedar a buscar a Mauricio, el haría lo mismo por cualquiera de nosotros…
— Espera, Milena… — dice Felipe, — no iras sola…
— ¡¿qué?! — exclama Esther.
— Escucha Esther, es verdad lo que ella dice, Mauricio es nuestro compañero, lo conocemos desde la secundaria…, los 5 aquí nos conocemos desde la secundaria, bueno… excepto Eliza que la conocimos en la universidad, pero… somos amigos, debemos apoyarnos, y sabes que haríamos lo mismo por ati si estuvieras en peligro… así que… se que vendrás… además no te puedes ir sola, no tenemos movilidad ni nada en kilómetros… y no podemos simplemente robar un auto…
— yo voy con ustedes — dice Eliza alcanzando a Milena.
— ese es tu problema, Felipe… — se acerca a el y le susurra mientras Milana avanza con Eliza — … siempre te pones de parte de cualquiera… de cualquiera, menos d emi parte… sabes que no quería venir a este estúpido viaje…, sabes que Milena y yo nunca nos llevamos bien… y sabes que Mauricio es un idiota…. Y ahora te sigues poneindod e parte de ella… se que aun te gusta…. Y por eso vas como un perrito faldero tras ella,… ¿sabes? Iba a esperar a que regersemos a casa, pero te lo diré ahora, ¿ok?... lo nuestro se terminó… — le dijo eso y se fue tras Eliza y Milena.
Felipe se queda paralizado, estaba consternado, no entendía que estaba sucediendo.
Solamente fue pensativo tras de ella.
Más tarde luego de caminar por las calles unos cuantos minutos, por fin encuentran una señal de vida.
— ¡¡hey!! — grita Milena al ver a lo lejos a un hombre con unas maletas.
Corren entonces hacia el.
— Buenas… tardes… pensábamos que este lugar estaba abandonado o algo así… — dice Milena al hombre ya entrado en años.
— pues, creo que con excepción de mi, lo está… — responde el anciano.
— no enteindo… — responde Milena.
— Pues si, hoy es Domingo, domingo 23, todo el pueblo se ha hido a CALABRIA, es el ultimo domingo… de la fiesta de la VACA, … y ya voy tarde….
— espere, espere, no enteindo… — dice Eliza.
— se ve que no son de este lugar…
— venimos de la ciudad…
— Ok, todos los años, el ultimo domingo de este mes, el dia 23, la población entera viaja a calabrias, a rendirle pleitecia y pedirle sus deseos a la vaca de CALABRIAS, es milagrosa, madres, hijos, hermanos, todos viajan y le llevan regalos a la gran VACA…
— si, sabíamos eso, que la vaca de calabrias es una gran tradición, pero… no sabíamos que todo este pueblo… viajaba… — responde Milena.
— lo hace, este pueblo se llama WILSON, en honor a MILTON WILSON, según la historia fue quien crio a la vaca de canabrias, la vaca de dios, que alimentó a todo un pueblo impidiendo que este desapreciera, todos aquí nacemos religiosamente vacanos… así que me voy, no hay nadie en este lugar, al menos hasta el amanecer, debemos regersan con el sol solo así nuestros deseso se cumplirán y ustro pueblo será bendecido otro año mas…, ahí todos regresan, a mi me quedan al menos unas 7 horas para llegar, Sali tarde… pero igual llego, si llego… — dice avanzando hacia su auto en la esquina.
— Oiga, escúcheme… — Milena va tras el y lo detiene.
— ¿Qué ocurre jovencita? — pregunta.
— ¿la policía también se va? — pregunta.
— la policía si, también, todos, ¿Qué entiendes por todos nacemos vácanos? … coloca sus maletas en el maletero y se dispone a entrar en su auto.
— vaya… — dice Mielna.
— no se les ocurra robar nada, muchachos, aunque espo depende de ustedes, ya que sean concientes que hay una maldición, si alguien roba algo ene sta ciudad… crean o no en este viejo, es su problema… que Calabria los guie.
— dios…, que gente y sus creencias… — comenta Esther.
— sea lo que sea, estamos solos entonces… — dice Eliza.
— La vaca de calabrias… ¿alguien de ustdes sabia sobre la celebración y este domingio en particular? — pregunta Felipe.
— Pues… — responde Mielna, — sabia que era un dia de celebración, alcohol fiesta y una gran religiosidad cultural, pero no que habían lugares que viajaban a rendirle homenaje a la vaca… es algo, tan rustico…
— ¿y ahora que? Ya sabemos que no hay policía… — dice Esther.
— pues… — responde Milena — nada, debemos bsucar a Mauricio, eso no cambia nada, no lo dejaremos… ahora depende de nodotros nada mas…
El celular vuelve a sonar…
Milena duda en responder, pero finalmente reponde.
— aun siguen aquí… bueno, se los había advertido, … ahora lo que les suceda a partir de ahora, será absolutamente su responsabilidad — rie macabramente y cuelga —…
— Maldito loco hijo de… — dice Felipe.
Milena ve el meido en los ojos de sus compañeros.
— Miren, hay que,… mantener la calma, busquemos un… teléfono publico y llamemos a la policía de… VALY, tengo el número aqui en el mapa…, vi un teléfono por alla…
Avanzan por la calle hacia la esquina donde había una caseta telefónica.
Al avanzar no podían evitar ver a su alrededor, sabiendo que quizás estaban siendo observados…
Milena coge el teléfono, introduce la moneda y marca entonces.
— ¿hola? ¿Comandancia de policía de VALY? — pregunta.
— Si, buenas tardes…¿en que le ayudamos? — responden.
— escúcheme, estamos llamándole desde… WILSON, tenemos un problema aquí, somos estudiantes de la universidad UFR, de la ciudad, estábamos en un paseo y uno d enuestros compañeros ha sido secuestrado, aquí en Wilson, necesitamos ayuda…
— este numero es de la policía de VALY; si esto es una broma, le rogamos no volver a llamar, todas las llamadas son rastreadas. — responden.
— No es una broma, estamos hablando en serio…, nos hemos quedado varados aquí, y el pueblo esta vacio por la celebvracion de canabrias…
— ok, en este momento es imposible ayudarlos, pero enviaremos una patrulla en unas horas… por la distancia, espere en la comandancia del lugar.
— ¿Unas horas? No es posible, tenemos a nuesro amigo secuestrado y nos han amenazado también, necesitamos su ayuda ya… — insiste Milena.
— Wilson esta a 4 horas de VALY, haremos lo que podamos, espere e la comandancia, nos comunicaremos para confirmar cualquier novedad y verificar la veracidad de su lalamada.
— escuche esto es urgente… mandenos ayuda lo antes posible a WILSON, ni hay nadie, no hay policías, no hay nadie… por favor…
— Haremos lo que podamos, acerquece a la comandancia mas cercana por favor,… gracias. — le cortan.
Milena arroja la bocina del teléfono publico.
— ¡Maldito centro telefónico de la policía!
— ¿qué dijeron? — pregunta Felipe.
— que esperemos… que mandaran ayuda en unas 3 horas… maldición…
— Podríamos estar nuestros para ese momento… — dice Esther…
— No digas eso… — le responde Felipe.
— ¡tú ni me hables…! — lo calla Esther rápidamente.
— ok, ya no perdamos tiempo… — Milena avanza hacia el centro de a calle — … en este lugar, por algun lado esta Mauricio, debemos encontrarlo…
— ¿y el loco ese? ¿Qué tal si esta armado? — pregunta Esther.
— Pues… es un riesgo que debemos tomar… tenemos 3 horas al menos para que llegue la polica si es que mandan a alguien, y hasta el amanecer para ver a mas personas… así que… estamos solos, y debemos actuar ya.
— nada mas falta que digas que hay que separarnos… — dice sarcásticamente Esther.
— es lo que vamos a hacer… — responde Milena.
— ¿es una puta broma? — responde Esther.
— No, no es broma… los celulares… nos mantendresmos comunicados, pero como dices, si ese loco de verdad esta por ahí, bsucandonos… o nos va a buscar, pues mejor será dividirnos, es lo mas inteligente…
—¿de verdad te parece inteligente? Nos vas a matar a todos… ay que quedarnos aquí, o buscar la comandancia… o cualquier cosa, menos… separarnos…
— Ya escuchaste a ese loco, según el, todo lo que nos pase es nuestra responsabilidad… nos amenazó…
— Creo que.. — Eliza interrumpe, — ese sujeto que habló, lo que quería era asustarnos, para que… nos vayamos… no creo que… de verdad venga a por nosotros… usemos la lógica, lo que sea que este haciendo o haga con Mauricio no quiere que nosotros nos acerquemos…
— Pero nos llamó el… — Agrega Felipe — quería que sepamos que tiene a Mauricio y que es un demente… quería asustarnos, o hacer que vayamos a por el… sabe que no hay más gente aquí…, lo que significa que sabia que nos quedaríamos…
— pero si usa la psicología iversa, sabe que iremor por el… y estará esperándonos… así que lo mejor seria hacer lo contarrio a lo que el peinsa… — dice Eliza.
— Pero él sabe que lo buscaremos,…. — dice Felipe, y Milena lo interrumpe.
— ¡ya dejen esas cosas… ¡ mientras perdemos tiempo pensando y pensando… pues Mauricio puede estar… dios sabe en qué situación… ¿nos separamos y buscamos? O me largo a buscarlo sola? — mira a Eliza y a Felipe.
— yo voy contigo… — dice Eliza acercándose a Milena.
— Gracias… — responde esta.
— esto me parece una locura,… — dice y camina unos pasos a un lado.
— Yo iré con Esther, aunque… ella no quiera…. — dice Felipe — escuchen chicas, vayan con cuidado, ¿sí? Cualquier cosa llamen…
— Ok, Felipe, Esther, cuídense, y créanme, no nos va a pasar nada, solo hay que ser valientes… por Mauricio…
Se despiden y se van por una calle a la derecha, cruzando.
Felipe se acerca a Esther.
— Sé que no me quietes hablar, sé que estas enfadada, ok…, y sé que no es el momento, así que vamos, busquemos a Mauricio, no te preocupes… yo te cuidare… — le dice tomándole el hombro, esta retira el hombro y avanza hacia la esquina de la calle.
Milena y Eliza caminan por la calle y conversan.
— ¿crees que… de verdad ese sujeto que hablo…. Nos haga algo? — pregunta Eliza.
— Creo que es un loco… no sé qué sea capaz de hacer… tu eres la psicóloga… — le responde.
— Pues si sufre de alguna especie de… patología, como la histeria o la paranoia o simplemente es un loco de mierda…. Pues…. Si, es capaz de hacer cualquier cosa… incluso matarnos…
— ya, no digas esas cosas… sea lo que sea mantengamos la calma…
— nada de calma…, me siento como en una película de horror… con esa estúpida música que suena, ¿de donde proviene por cierto? — dice deteniendoce.
— No lo se, es como… si viniera d etodas partes… se escuchaba mas fuerte en la plaza… seguro alguien dejo su música, ya sabes, como dije Felipe….
— si, peor tan alta…
— no esta alta, lo que pasa es que este lugar esta vacio…
Continúan caminando.
Por otro lado Esther y Felipe.
Llegan a una especie de pequeño parque en medio de edificios y tienedas.
— ¿de verdad quieres terminar? — le pregunta Felipe.
— no es momento para preguntar esas cosas, Felipe… no es el momento, y sí, ais que ya déjalo… — le responde.
— ¿es… es por lo que me dijiste? ¿he? ¿de verdad crees que… me importa mas Milena que tu?... yo hice este viaje por que quería estar a tu lado, no por estar al lado de ella… además, tu sabes que ella esta enamorada de maurcio…
— ¿Qué pena verdad? — responde sarcásticamente.
Felipe sonríe.
— además, no solo se trata de eso — continua Esther —, ya no me siento atraída por ti como antes, la magia se murió poco a poco… y ya no mas, ya no aguanto mas… haz cambiado, yo también… llegando a la ciudad, si llegamos, pues… me mudare del apartamento…
— No, vamos, no me digas eso… — la toma del brazo, ella quita el brazo.
— Ya basta… busquemos a Mauricio o encontremos nuestra muerte de una vez… — dice y sigue avanzando.
Felipe va tras ella, cabizbajo.
Mientras Milena y Eliza siguen avanzando por la calle, entonces el celular de Eliza suena repentinamente.
— ¿Quién es? — pregunta Milena.
— Es… de un numero publico… — dice Eliza conetstando — ¿hola?
— Eliza, soy yo… pablo…. ¿Me…. Escuchas? — dicen por el celular.
— ¡¿pablo?! ¿Eres tu?... — responde ella muy ilucionada.
— Si, … ¿Dónde estas?... intente llamarte todo el fin de semana,…. Yo… llamame… — se escuchaba lejos y con ruidos — .. necesito decirte algo, llamame… no te escucho,… tus mensajes si me llegaron… llamame, por favor… — mas nterferencia.
— Pablo… yo estoy fuera de la ciudad… pablo, ¿me oyes? — insistia, per la señal parecía irse, no se escuchaba.
— Llamame… llamame…. — solo se logró escuchar.
Se cortó.
— ¿era pablo? — pregunta Milena.
— Si, pensé que que mis mensajes no le llegavan, — le marca, — parece que si… — la llamada no entra, solo se escucha un sonido de poca señal , retrocede unos pasos — necesito llamarlo…, necesito llamarlo, Milena…
— Oye, espera… ¿Dónde crees que vas? — pregunta yendo tras ella.
— Voy a la caseta telefónica, quizás de ahí si pueda comunicarme, no tengo más que un palito de señal aquí… y quiere que le llame…, pero... ¿vas a regresar? Debe haber alguna caseta más adelante…
— No, no, de aquí a buscar, no, quiero llamarlo ya… — continua regresando hacia la calle.
— No vayas, no hay que separarnos…
— ven conmigo entonces… — le dice.
— ¡Perderemos tiempo, ya olvídalo! — le grita — vamos, debemos seguir…
— No, ve tu, de ahí te alcanzo, yo te llamo, a ti si puedo hacerlo desde donde sea… — dice y se va corriendo.
— Que boba que es… — mira hacia ambos lados de la calle, no sabía si ir tras ella o continuar, pero finalmente continúa luego de ver su celular.
Eliza corre y llega en unos minutos hacia la caseta telefónica, introduce unas monedas y entonces marca el número de pablo…
— responde, amor… responde… — su corazón lacia muy emocionado.
Finalmente luego del tercer intento, responden.
— ¿Hola? — responden.
— Hola, Pablo… hola…sabia que me llamarías, ¿leíste mis mensajes verdad? — dice ella.
—… — pablo se queda en silencio unos segundos y contesta. —… ¿de que hablas, que emnsajes? ¿y cuando te he llamado? ¿estás loca…?
— pero… me llamaste, ¿es uno de tus chistes? … — responde confundida.
— No, claro que no… no te he llamado, es mas, ya había borrado tu numero, y por favor… ya no me llames, que es patético…. — le cuelga.
Eliza quefa muy confundida, sorprendida.
— pero… — avanza al centro de la calle… — ¿Qué pasó? … yo… entonces levanta la mirada y ve algo que la deja paralizada.
Ahí frente a ella, en la vereda al lado de un poste de alumbrado, estaba parado un sujeto, tenía la cabeza cubierta con una especie de mascara de trapo, sus ropas andrajosas, grandes, rotas, mirándola con la cabeza de lado, en su mano derecha tenía un largo palo ensangrentado.
— Dios… — susurra Eliza, paralizada, sin poder hacer nada más que quedarse en silencio, víctima del pánico. —… no… no… — retrocede unos pasos, lentos.
Mientras el sujeto frente a ella comienza a avanzar lentamente…
Eliza entonces intenta correr hacia su derecha, por la calle, — ¡¡¡ayuda!!! — grita unos segundos antes de ser alcanzada por el extraño sujeto quien la golpea con el palo fuertemente haciéndola caer al suelo. Donde vuelve a golpearla duramente hasta aparentemente dejarla inconsciente.
— ¿escuchaste algo? — dice Felipe deteniéndose en la calle.
— parecía un grito… dios… les dije que no era buena idea… les dije que no debíamos separarnos… — dice Esther
— espera quizás, no sea nada… voy a llamar a Mielna, seguro están bien…— Felipe le marca a Milena, esta responde rápidamente — ¿están bien? — pregunta.
— Fue Eliza, me dejo y se fue a la caseta telefónica, estoy yendo para allá ahora mismo… creo que le sucedió algo… no responde el celular… dios no debi dejarla sola… no debi dejar que se fuera…
— ¿pero por que se fue? — pregunta Felipe.
— De ahí de cuento, nos vemos en la caseta telefónica. — le dice y corta.
— ¿Qué te dijo? — pregunta Esther.
— me dijo que… Eliza se separdo de ella, se regerso a la caseta… tenemos que ir… — dice Felipe avanzando de regerso.
— ¿estas loco? — dice Esther.
— ¿Qué? Claro que no, pero no podemos quedarnos aquí… les peude suceder algo, si no es que ya les pasó…
— si vamos, estamos muertos… ya esto es una locura, escúchame… ¡¡vámonos, hazme caso una maldita vez!!! — le grita.
— ¡No! No se como puedes… como puedes ser tan dura de corazón, puede que estén en peligro las chicas, tus amigas… si, si, n te cae Milena y Eliza tampoco…. ¿sabes? Creo que no te llevas bien con nadie… ¿si te quieres quedar... ¡quédate! — le dice y retrocede — yo iré por ellas, no las dejare… así como tú me dejas a mi… — continua avanzando.
— ¡¡te van a matar, demente!!! — le grita… — ese loco debe estar por ese lado… aprovechare y… me voy por este lado, al diablo con esto, no me moriré por culpa de esos bobos… — dice y continua en camino contrario.
Un rato más tarde Felipe llega al lugar y encuentra a Milena ahí sola, observando una mancha de sangre en el suelo. Sangre de Eliza.
— dios…. ¿Qué le abra pasado? — pregunta Felipe.
— No lo se, se la llevaron… — mira a su alrededor, luego se percata de que no está Esther. — ¿y Esther? No me digas que la dejaste sola….
— ella se quiso quedar, no quiso venir… está muy enfadada…, me enfade también y… la deje sola…
— ¿Qué estas demente?
— ¿es la frase de hoy o algo así? — dice sarcástico
— Estamos siendo acosados por un criminal…. Y la dejas sola… no sabemos donde puede estar ese loco… o si esta solo…. — su celular suena entonces, era el número de Eliza. — debe ser el… — responde.
— Hola… Milena…
— ¿Dónde está mi amiga? ¿Dónde está Eliza? — pregunta. — ¿Qué le hiciste, maldito idiota? — le dice.
— les dije que se largaran, y siguen aquí… se ve que aprecian su vida muy poco, pero muy poco…
— ¡¡¡¿Qué le hiciste a Eliza?!!! — grita Felipe.
— Lo mismo que le share a ustedes tres, así que… prepárense… — se carcajea y corta.
— Mierda… tenemos que ir por Esther, estando sola es una víctima fácil… vamos por ella… — avanzan rápido. — ¿Dónde crees que pueda ir? — pregunta, se detiene y se dispone a llamarla.
— Estuvimos hablando de buscar el lugar de donde proviene esa extraña canción…, se nos ocurrió que quizás encontraríamos algo interesante ahí… — responde.
— ¿crees que siga con esa idea? — le marca, pero ella no responde.
— ¿no responde? — pregunta Felipe.
— No, …
— Que obstinada, lo sabía, no va a responder… solo nos queda que si este dirigiéndose hacia allá. — dice Felipe.
— Parece que… el sonido viene del sur… como de por allá, pero… los edificios pueden bloquear y distorsionar la perspectiva del sonido…, se escuchaba más fuerte en la plaza, ¿verdad?
— Si, pero, cuando Esther y yo llegamos al parque que esta por ese lado — señala — el sonido se escuchaba más claro,… vamos hacia allá y después seguimos el sonido con más calma…
— Ok, vamos… — responde Milena.
Cruzan la calle y corren en el sentido contario de regreso a la plaza.
Mientras Esther avanza por las calles siguiendo también el ruido, pensaba que llegando al ruido encontraría a alguien, alguien quien los ayude, luego de avanzar un rato muy asustada entre las calles, llega al lugar de donde parecía provenir el sonido, un edificio de apartamentos, grande, las luces estaban encendidas, pero solo de los pisos superiores.
Se detiene frente al edificio y grita tratando de ser oída por alguien, pero nadie responde.
Se acerca a las rejas y estas estaban abiertas.
Entonces un sonido llama su atención.
Algo suena entre los arboles del pequeño jardín cerca a la acerca frente al edificio, esto la alerta.
— ¡¿Quién anda ahí?! — pregunta asustada y coge lo primero que encuentra a mano, una piedra y se pega a las rejas, mirando desesperadamente a su alrededor
Entonces desde los arbustos, muy golpeado y ensangrentado aparece Mauricio.
— Esther… soy yo… — dice esforzándose por hablar y acercándose.
— ¡Mauricio! — rápidamente Esther se acerca y lo ayuda a sentarse en la acerca con mucho cuidado.
— ¿dónde están los demás…? Tenemos que largarnos… un maldito psicópata me atrapó, me golpeó y me ató, por suerte logre escaparme mientras se iba… debemos irnos, el sujeto… es un demente… — le dice.
— Lo sé, pero… nos separamos, ellos… espera, les voy a llamar… — saca su celular y llama a Milena.
Esta no demora en responder.
— ¡¿Esther?! ¿Dónde estás? — pregunta.
— Escúchame, encontré a Mauricio, milena…
— ¡¡que!!
— Si, esta herido, muy golpeado, debemos… — La interrumpe.
— ¡Pasamelo!
Esther rápidamente le da el celular a Mauricio.
— Milana, — responde este — debemos largarnos,… este lugar es peligroso… el sujeto qye me atrapó anda pro ahí…
— Lo se, se llevó a Eliza…, tenemos que ir por ella, tu y esther… busquen la forma de escnderse donde peudan… Felipe y yo buscaremos a Eliza…
— Milena, no, debemos irnos… ya debe haberla matado, yo escape de suerte… no vayas… vámonos ya…
— No puedo dejar a eliza… Escondete muy bien con esther, ya nos veremos mas trade, te juro que estaremos bien… no se preocupen…
— Milena… — Le corta. — Dijo… que nos escondamos, que ella y Felipe irán por Eliza… — le die a esther.
— ¿crees que puedes caminar? — pregunta esther.
— Si me ayudas, pues si… — intenta levantarce con ayuda de ester. — tenemos que… buscar un escondite, ese demente puede estar por todas partes, conoce perfecatmente este lugar, atajos, todo…
— ¿Dónde nos escondemos? — pregunta Ester.
— Pues… — mira a su alrededor — en este edificio… de donde proviene esa música, es perfecto… no imaginara que nos metimos ahí…
— las rejas están abiertas, pero… ¿tú crees? — pregunta Esther algo dudosa.
— Es psicología inversa… vamos… y de paso averigüemos de que piso viene esa música.
Se dirigen entonces al edificio.
Por otro lado Milena y Felipe siguen avanzando siguiendo el sonido.
— hay algo raro, Felipe… — dice Milena deteniéndose en plena calle — se escuchó el sonido bastante fuerte por donde estaba Esther… pero ella no está por esta zona…
— Entonces… hay 2 lugares de donde proviene esa música…, — dice Felipe.
— Si, pero… ¿porque?
— no lo se, yo solo se que…
Algo llama la atención de Milena entonces.
Ahí en una esquina a unos metros, estaba observándolos el sujeto de la mascara, Milena se percató de su presencia y le grita.
— ¡¡¡felipe, ahí esta!!!! — grita y corre donde esta el sin temor alguno— ¡¡¡Ven aquí!!! — grita
El extraño sujeto al verla correr hacie el escapa rápidamente.
— ¡¡Milena, espera, no vayas, espera!! — grita Felipe yendo tras ella, pero esta corre muy rápido.
Milena persogue al sujeto por unos callejones y por la calle, el extraño corría a toda velocidad, Milena también, moviéndose entre callejones, cruzando rápidamente los jardines y parques, milena no lo podía perder.
Pero Felipe no era tan rápido y rápidamente pierde de vista a Milena en uno de los callejones.
— maldita sea… Milena…— dice llegando a las justas al parque —… Milena… ¿cómo mierda corre tan rápido?
Se detiene y mira a su alrededor, para ubicarse, pero no conocía nada, no sabía dónde ir.
Entonces por detrás del aparecer el sujeto enmascarado, Felipe gira y lo golpean con un enorme palo haciéndolo caer. Pero este golpe no fue suficiente para hacerle perder el conocimiento, cuando nuevamente lo intentan golpear este patea a su atacante, y lo arroja, ambos entonces se ponen de pie y se lanzan uno contra el otro, forcejean fuertemente, golpeándose.
— ¡¿Dónde está, Eliza?! — pregunta Felipe ahora claramente teniendo el control de la situación, y golpeando en la máscara duramente al sujeto extraño. — ¡¡responde!!
El sujeto golpea a Felipe y esta baja la guardia, es golpeado nuevamente, pero se repone, se lanza contra el enmascarado pero este saca un cuchillo y se lo encaja a Felipe en el estómago repetidamente hasta hacerlo caer…
— ¡maldito… asesino…! — dice, poco antes de recibir una patada que lo deja inconsciente y desangrándose.
Por otra parte Esther y Mauricio entran al edificio y suben poco a poco las escaleras, tratando de llegar al piso donde provenía la música, el luchar estaba oscuro y silencioso, que a cada paso a Esther se le encogía el corazón.
— Creo que… mejor nos vamos, me da mucho miedo… — dic Esther subiendo lentamente al lado de Mauricio.
— Ya estamos aquí, y estamos más seguros… dentro que afuera… y el sonido parece provenir del piso de arriba.
Llegan y efectivamente, el sonido provenía de ese piso, el 5to, de una habitación al final del corredor.
Se acercan lentamente, tratando e hacer el menor ruido posible lentamente, poco a poco, paso a paso, el corazón de Esther estaba a mil.
Al ir acercándose notan que la puerta estaba abierta, por la luz que provenía de la habitación.
Mauricio abre la puerta lentamente.
Ingresa el primero, y rápidamente nota que no hay nadie, solamente un enorme parlante que daba a la ventana con la música a todo volumen.
— Vamos, entra… no hay nadie, — dice Mauricio.
Esther entra algo asustada.
— ¿porque colocarían el parlante así? — pregunta Esther.
— No lo sé, quizás para ambientar el lugar, que se yo… para confundir… no se… ¿me prestas tu teléfono? — pregunta Mauricio.
— Claro, — Esther se lo da – a mí también me preocupan los demás, aunque no parezca…
Mauricio cierra la puerta y marca a Milena.
— Milena… ¿Dónde estás? — le pregunta.
— yo estoy donde debo estar… — responde sonriendo en un cuarto.
Frente a ella, Eliza atada en una silla, amordazada, en llanto, Felipe en el piso, atado y desangrándose. Al lado de ella, como si nada, el enmascarado.
— perfecto, yo igual... — sonríe, lo que a Esther le parece extraño. — ok, entonces continuemos con el plan como debe ser… te espero aquí en unos 20 minutos… sonríe macabramente.
Cuelga.
— ¿Qué… porque sonríes…? — Esther comienza a sospechar que algo no anda bien y se aleja un poco de Mauricio.
— cálmate, Esther, no pasa nada… — le dice y se lanza contra ella.
Por otro lado Milena conversa con el extraño sujeto.
— Creo que ya es hora de que te quites esa mascara… — le dice al sujeto.
Quien se la quita rápidamente, dejando al descubierto su cara.
Eliza queda perpleja a ver que se trataba de Pablo.
— ¿te sorprende verme? — le dice acercándose a Eliza y quitándole la mordaza de la boca.
— ¡pablo! ¡Por que! ¡¡por que Milena? ¿¡por que nos haces esto?! — grita Eliza.
— ¿por que? — repite Milena. — Pues… por que hoy es un día muy importante, la vaca de Calambrias necesita… sangre… sacrificios… — se carcajea.
— ¡tu no eres de esa religión! — le grita Eliza.
— Claro que no, estúpida… es simplemente que esta es mi venganza… para todos ustedes…, para Felipe, para Esther… contra ti… no, pero eso ya es problema de pablo, el quizo que fueras parte de este… llamémosle… plan…
— ¡no entiendo…! ¿Qué no son tus amigos? — pregunta Eliza…
— Claro que no… jamás lo han sido… Esther siempre me detestó, siempre me molestaba en la primaria, me quitó mas de un novio en la secundaria…, siempre estuve bajo su sombra… hasta hace poco… , por culpa de ella, no fui a la fiesta de promoción… ni al vaije, toda la secundaria se la pasó agobiándome… maltratándome… — rie, — ahora esta es mi venganza…, — ve a felipe — y felipe, el siempre se burlo de las cosas que ella me hacia, siempre, jamas fue capaz de ayudarme, nunca… hasta que crecí y me puse linda, ahí si… el muy maldito muchas veces intentó conquistarme, pero… no, no conmigo, … yo tenia para el un castigo peor… este…
— ¿pablo… pablo… yo que te hice? Yo… yo te amo…
— pero yo no a ti — le responde este… mientras Milena comienza a rosear combustible por todo el cuarto — yo amo a Milena… y lo sabes…
— pero…
— pero nada, ya me tienes harto, solo me meti contigo por ella, para estar cerca ya que ella se juntaba contigo… aunque lo hacia solo por que eres amiga de Esther y felipe, pero igual… ella me dijo que le ayudara a eliminar a estos idiotas y entonces, ella y yo, estaríamos juntos… — sonríe — ¿verdad Milena? — gira a ver a Milana y esta le encaja un cuchillazo en el estomago.
Eliza grita de la impresión.
— ¡¡Milena!! — Dice Pablo sorprendido —…pero…¿Qué demonios haces…? — se desmaya por la pérdida de sangre.
— Pobre estúpido… — mira a Eliza — te dije que era un estúpido… — le sonríe.
—¡¡estás loca!! — le grita.
— y tu eres un cadáver…, hueles eso? Es gasolina… — sonríe, — morirás carbonizada…
Milena se va a de la habitación.
— no… no te vayas… no te vayas… no me dejes aquí… no me dejes…
Eliza grita mientras Milena sale del cuarto y arroja dentro un encendedor, el cuarto comienza a arder, mientras los gritos de Eliza solo son opacados por la música de la radio que seguía sonando.
Un rato más tarde Milena llega donde estaba Mauricio con Esther, Esther había atado a Esther fuertemente.
— ¿listo? ¿Ya ardieron? — pregunta Mauricio.
— Si, deben estar muertos justo ahora. — dice dueña de una gran soltura de huesos.
— ¡¡son unos desgraciados!! ¡¡¿Dónde está Felipe?!! — grita Esther.
— ya escuchaste, está ardiendo ahora… — sonríe Mauricio. — ¿Dónde está, pablo? ¿Se regresa a la ciudad ya? — pregunta a Milena.
— Si, ya se fue…, ahora debemos deshacernos de esta perra y crear nuestra perfecta cuartada… — dice sonriéndole y acercándose para darle un beso.
Se besan.
— Una vez… que regresemos, cumplirás lo tuyo, ¿verdad? Estaremos juntos por… — antes que Mauricio termine la frase, es acuchillado también por Milena.
Este cae de rodillas.
— ¡¡¿pero que haces?!! — dice muy sorpendido.
— unos pequeños cambios de planes…, no puedo dejar testigo alguno…. Sería muy riesgoso…, además… no me gustas, solo me fuiste útil… para ser estudiante de medicina… eres… muy estúpido….
— Maldita, loca… me engañaste… — Mauricio se llena de rabia y se lanza contra Milena. —¡¡te voy a matar!!
Comienza a atacarla, el dolor parecía no importarle, Milena luchaba por sacárselo de encima, pero este le había sujetado la mano del cuchillo, y no podía más que resistir los golpes de este que estaba enfurecido, pero poco a poco perdía fuerzas por la sangre que estaba perdiendo, hasta que Milena logra sacárselo de encima golpeándolo en la cara, y dándole un cabezazo, finalmente este queda inconsciente, pero le dio unos buenos golpes a Milena.
Por si fuera poco, Esther se había logrado liberar aprovechando la pelea y golpea a Milena cuando esta gira a verla, le da un fuerte golpe en la cabeza con un palo que estaba ahí en el suelo, dejándola atontada.
— te dije que Mauricio hacia nudos muy malos… — comenta.
Esther entonces aprovecha para escapar por la puerta, rápidamente corre por su bienestar.
Corre y baja las escaleras lo más rápido que puede.
Milena se reincorpora y recupera a conciencia, ve a su alrededor, no podía dejar que Esther escape.
Así que corre rápidamente tras ella.
Esther estaba ya afuera, y comienza a avanzar en dirección a la plaza, para poder escapar de ese lugar. Milena con un enorme palo va tras ella, no la podía dejar irse.
En unos minutos solamente la alcanza en el parque.
Esther estaba agitada y cansada, milena estaba golpeada y cansada también, pro igual llega donde ella y se acerca con el palo.
— No escaparas, ¿entiendes? Hoy pagaras todas las cosas horribles que me hiciste pasar en primaria y secundaria… siempre te creíste la chica popular, la que todos querían… ¿verdad? Ahora serás un muerto asqueroso como tus amigos…
— ¡¡estás loca!! — le responde a unos metros de ella — ¡¡eso pasó hace años, muchos años!!
— ¡¡Aun así!! ¡¡Jamás me voy a olvidar, estúpida!! — se lanza contra ella.
Esther evita el golpe de Milena y comienzan a forcejear y a luchar con todas las fuerzas que les quedaban aun, se jaloneaban, se mordían, se golpeaban, milena tumba al piso a Esther y comienza a golpearla duramente, Esther no hace más que protegerse, mientras esta le da una lluvia de golpes, entonces Milena en su locura comienza a golpear la cabeza de Esther contra el suelo, dejándola inconsciente, no se detuvo hasta confirmar que estaba muerta y un enorme charco de sangre la bañaba.
Arrastra el cuerpo de Esther el apartamento junto con Mauricio, les prende fuego también.
En el hospital, algunas horas mas tarde.
— entonces, dices que… lograste escapar de ese psicópata y corriste, corriste hasta llegar a la autopista donde te encontré…
— sí, así es… logre escaparme con las justas luego de que me capturó a mis y a mis amigos… — termina de narrar Milena.
— ya veo… debiste haber pasado un momento realmente horrible — un policía ingres aa la habitación y llama al detective un instante, le dice algo al oído. Entonces regresa con Milena. —… creo que te tenemos buenas noticias, Milena…, después de todo….
— ¿Qué noticia? — pregunta algo extrañada.
— Aunque no sé si sean del todo buenas, no te ilusiones, ¿ok? Pero… al parecer uno de tus amigos, una chica… está viva, sobrevivió al incendio… y… la están trayendo de urgencia aquí ahora mismo… dios quiera se salve… — dice sonriendo el detective.
Milena no puede mas que intentar dibujar una sonrisa forzada sabiendo que su juego no salió como esperaba.
Fin.

Franck Jimmy palacios Grimaldo
Domingo 6 de Junio dle 2012
Franckpalaciosgrimaldo07 de mayo de 2012

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