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Los Postes de la Luz

Antón , veía pasar los postes de la luz, por la ventanilla del autobús, mientras sus compañeros dormitaban .

Tras varios años, de partido en partido, de ciudad en ciudad, el paso de los postes, constante y monótono , le resultaba relajante.Cada vez quedaban menos. Desde que empezara a jugar y a viajar, hace casi quince años, habían soterrado la mayor parte.

Quince años, que rápido. Y ahora, estaba a punto de terminar .La vibracion del cristal acunándole , le hacía sentir a gusto. Relajado, podía pensar, repasar recuerdos y ver el tiempo.Ya no leia, ni estudiaba. Solo música y recuerdos.

En esos quince años, muchas habían sido las ciudades por las que había pasado.

El hotel , el pabellón, poco mas conocía, pero había estado allí, y a su manera, las había hecho suyas.

Saboreó la entrada en la ciudad el día anterior, cuando por primera vez , había recordado a Laura sin tristeza.

”Si, matado, llevamos mas horas de viaje que … pero bueno, estamos entrando en Murcia, si, hace buen tiempo, el sol está saliendo, está precioso, no se, iremos al hotel, a descansar un poco, luego tenemos entrenamiento… Si, te llamo luego…. Si, yo también…”

Sus recuerdos estaban llenos de ciudades. El viaje a Mérida, después de dejarlo con ella, a Santander, el primero después de morir su padre.

La habitación del hotel de Logroño, preparando la última asignatura de la carrera.

Esos recuerdos dibujaban su mapa del mundo.

“¿Eso es conocer España?. ¡Para conocer las ciudades tienes que vivir en ellas¡”

“Si, como el Andrés. Lleva aquí veinte años y mira, todas las semanas igual, de casa a la facultad, de la facultad a la cafetería, y pa casa. ” ”Para lo que hay que ver…”

” De veinte veces que estas en un sitio, recuerdas, cuantas, dos? Así que mira, eso que te ahorras”. “Dejalo, son maneras distintas de verlo”

El autobús se desvió de la autopista, y entró en un área de servicio.

“Antón, ¿te ayudo?”

Antón saltó a la pata coja hasta las escaleras, y bajó del autobús.

“Gracias” - Cogió las muletas y caminó con el resto del equipo hasta la cafetería.

Empezaba a oscurecer, y todavía quedaban varias horas de viaje.

”Deja , siéntate si eso ya te pido yo, ¿Qué quieres?”

”Que pasa Antoñete, duele?”

“Solo cuando me río.”

Miró la rodilla, rota, vencida, por segunda vez en ese año. Y esta vez sería para largo.

“Un bocata lomo con queso”

“Pues ya ves ” - El “Fangu” se incorporó en la cama del hospital un año antes- ” Me han arreglado los ligamentos, me pusieron un tornillo y me tocaron el cartílago”

“Para seis meses que tengo sin posar la pierna” “Y de jugar…” ”¿De jugar? De caminar mas bien, si no me queda cojera, que me de con un canto en los dientes. Ya ves”

“Pero bueno cabrón, ¿tu no venias a animarme? ¿Qué coño haces con esa cara? ¿Me has traído algo?”

Antón sonrió mientras acomodaba , como podía , la pierna en los asientos del autobús.

Tocó la tapicería del asiento delantero, deslizó los dedos por la humedad condensada en el cristal de la ventana, acomodó la cabeza y miró las luces lejanas de los pueblos.

Tenía un largo camino por delante.
Gllamazares19 de diciembre de 2007

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