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Violetero Sobre Laca China

Abrió la puerta. Sonrió de un modo simple y vago. Había puesto un anuncio y trataba de vender un violetero antiguo.
-Pase, ahí está - ¿Le gusta?
Era una pieza original, pintada a mano, del mismo color que los ojos de su dueña.
-Se lo dejo barato- ¿Le gusta?
Me fije en la mesa lacada. Violetero y mesa formaban un perfecto conjunto. Le ofrecí dinero. Lo aceptó en silencio, como si el verdadero valor no consistiera en una cantidad, sino en el tiempo y la experiencia.
-¿Le interesa también la laca?
Le dije que no, esbozando una sonrisa simple y sencilla. Me abrió la puerta. Guardé el violetero en el bolsillo. Cuando cerró una parte de su vida le había sido arrebatada.
Grekosay12 de mayo de 2010

3 Comentarios

  • Serge

    Grekosay:
    Parece mentira pero en las cosas que usamos se impregna parte de nuestra vida, hay cosas que adquieren un valor sentimental que rebasa el valor monetario.

    Me encanto.

    Sergio.

    12/05/10 07:05

  • Gabrielfalconi

    me encanto con la sencillez que hablas de los recuerdos que encierran los objetos.
    ademas.... parceria que continuara este excelente microrelato....cuando hablas de los ojos de la vendedora....se llvó sus ojos tambien???
    abrazo

    12/05/10 08:05

  • Aroint

    Parece ser que frente a los momentos de la vida que no nos gustan queremos borrarlos. Imaginó, ya que es un cuento totalmente abierto a interpretaciones, que cuando consiguió vender aquel trozo de vida no deseado, se dió cuenta de su propia pérdida.

    Siempre interesante leerte.

    Saludos y cuídate

    13/05/10 05:05

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