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El Limpiador, Asesinato En un Hotel Llamado Dolor

Los malos habitos de los seres carroñeros de ideas y razonamientos locos y desquisiados como aquellas mentes de las cuales provienen, vistas diambulando entre los intrincados pasillos de este moribundo y nauciabundo hotel, entre paredes carmesi, de asesinatos que yo he diseñado y procurando colocar en lo profundo de mi memoria como un pintor guarda sus mejores obras, de esta manera yo habituo mis asesinatos cumpliendo mi labor de limpiador de basura de este intrincado hotel lamado locura.
Este es como cualquier trabajo que se pueda ver en las calles de las locas ciudades macropolis de ideas vagas que carecen de significado para mi, hoy hay tres habitaciones por limpiar, la numero 46 con un hombre que se quito la vida con un arma de fuego enmancillando mi labor, la cual es comparable a la de un lobo en noches turbias buscando su presa y encontrandola muerta, perdiendo asi su encanto y belleza, en enfrente suyo esta la habitacion numero 48 con un hombre que rara vez sale y cuando lo hace solo tambalea, incluso en las raras ocasiones que le he visto solo he podido distinguir en sus ojos el vacio dejado por un razonamiento perdido en un mar de ideas sin sentido y llenas talvez de una gran tristeza, y finalmente en la habitacion numero 49 una mujer la cual parece muy maltratada talvez debio llegar antes que los otros dos sujetos, pero eso no tiene relevancia para mi pues hoy es dia de limpiar.
El sujeto de la habitacion numero 46 es sencillo pues el muy imbecil se arrebato la vida pero de igual manera tomo parte de la sangre de su cuerpola deposito en una vasija y para facilitar mi labor corto prate por parte del cuerpo primero los brazos luego las piernas al nivel del coksis, mientras la sangre ya cuagulada se derrama como un poco de gelatina lo haria de un tazon de un niño con pocos años de edad y para finalizar la cabeza mientras la corto al niveld el cuello bajo unos cuantos salpicazos de sangre me mira como permitiendome asimilar sus ultimos momentos llenos de dolor y pronfunda agonia, bajo un disparo que concientemente lanzo hacia su cuerpo despojandolo de vida, mientras su cuerpo se bañaba en sus fluidos y sangre dejandolo revestido en un traje digno de la señora muerte, talvez su ultimo suspiro fue mirando hacia la ventana entre oscura y brillante por las luces de los edificios de la ciudad, pues sus pupilas solo miraban en aquella direccion, bueno y dejando aquella habitacion revestida de su nueva pintura color carmesi tan llena de vida como alimentada por la sangre que habia acabado de ser impregnada en sus muros, cierro sus puera esperando volver a ser abierta por su nuevo habitante dispuesto a entregar su razon en base al porvenir de una mejor y mas grande locura cuya unica razon es el sosten de este hotel llamdo muerte portador del desosiego y la soledad cuyo acompañante siempre es la locura y el dolor.
Y dejando a los perros con aquellos trozos de carne que alguna vez tuvieron forma humana me dirijo a la habitacion 49 a donde aquella mujer maltratada, mientras camino por aquel pasillo con un cuchilo en mi mano derecha y la llave de su habitacion en la izquierda esperando a que me vea como su angel de la muerte dispuesta a curar su dolor con unos segundos de sufrimiento y luego el pago con el acallado sonido del sueño eterno, mientras giro la perilla veo en un rincon aquella mujer con una pijama razgada y el inconfundible olor al sexo consumado en aquella habitacion, ella llora desconsolada como arrepentida, pero de que??, podria haber una verdad ajena a mi en estos intricados muros carmesi, y alli como esperando a brindarme las respuestas esta una carta.
“Amor mio se que me amas como yo te he amado, pero este error no puede ver la luz del dia por ello lo he arrancado de mis entrañas como el amor que te tenia, como una flor dejada a menos de la tierra que la tuvo por tanto tiempo, asi hoy te digo adios y aunque estes a unos cuartos de mi, no me sigas no me toques ni me busques mas, no quiero saber de ti ni de tu falso amor, he olvidado tu nombre para guardarlo con mi rencor y mi dolor interno, hoy solo te digo vete y olvidate de la mujer a la cual le hiciste tanto daño.”
Asi que eso llevo al hombre del cuarto 46 al suicidio, que descubrimiento su muerte fue mas amarga de lo que pense y aquel cuarto ahora estaba lleno de gloria por aquel intenso dolor y sufrimiento envuelto en locura y desamor, que festin se dieron aquellos perros con un cuerpo digno de los mejores bufet, pero esta arma este cuchillo no era digno de tocar la sangre de otra asesina la cual me superaba con creces pues habia quitado una vida a un ser que aun no disfrutaba de los horrores de este mundo asi que salgo calladamente y traigo de nuevo en pocos minutos un tarro de gasolina y mientras lo vierto y recibiendo la mirada de aquella mujer dejando caer una mecha mostrando mi rostro lleno de felicidad pues la santa muerte no vendria por ella en sagrado silencio sino bajo un incandecente resuello de gritos, permitiendole ver su lugar de castigo por aquel crimen que esta fuera de cualquier locura y desosiego de razon, asi cerrando la habitancion y escuchando la danza del fuego mientras despoja ese cuarto de su vida mientras aquella mujer grita y pide clemencia, derramando por primera vez lagrimas no por ella sino por aquella criatura que no tuve la ocasion de mirar, me acerco al cuarto 48 donde mi ultima victima aguarda acallada su amargo final con aquel cuchillo que queria sentir el sabor de la sangre y mientras abro la puerta una sombra se avecina sobre mi, enterrando en mi cuerpo como un punzon la muerte que tanto habia buscado viendo como aquel hombre ya despojado de cordura y razon desgarra su cuello mientras veo fluir la sangre de mi ya casi moribundo cuerpo, mientras las llams incontrolables salen de aquella habitacion como si fueran los pasos de la santa muerte buscando al mercader que tantas veces le otorgo agazajos y victimas formidables, parece que es el final de este hotel y propio final en un callejon carmesi dejando llevar mi razon mientras fluye un mar de mi vida dejada en sangre y muerte, escucho debiles sonidos.
Y abriendo mis ojos una pareja espera que asigne su habitacion parecen tal felices, y parece que esperan un bebe, que fortuna talvez ellos le den un poco de vida a este hotel que solo a visto desfortuna y dolor, pero ahora la duda abarca mi pensamiento cual habitacion les dare la 46 o la 49, bueno talvez esta no sea mi decision talvez otro ya decidio por mi pues talvez ya estoy en el limite de mi cordura.
Halkonkain08 de mayo de 2011

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