No recuerdo dónde lo vi o lo oí, pero sí que era lo que me venía a la mente cuando intentaba pensar en el infinito.
“
- ¿Creéis que sabéis lo que es la eternidad?-dijo el sacerdote en el púlpito, con voz cavernosa y manos huesudas-. Pues bien, imaginad a una pequeña hormiga inmortal. Imaginad a esa hormiga paseando sobre este mismo púlpito.

Extendió un dedo señalando la trayectoria imaginaria de la hormiga.

- Imaginad sus pequeñas patas desgastando día tras día, año tras año este púlpito, hasta que lo redujese a escombros. Se pasearía sobre los escombros hasta reducirlos a polvo y luego a nada. Imaginad que continuase con esta iglesia, y luego con la ciudad y el continente. Imaginadla acabando su trabajo, paseando sobre la última piedra que quedase en el planeta hasta desmigarla también. ¿Cuánto tardaría?

Dió un tiempo para dejar a la audiencia pensar en cuánto tardaría.

- Pues aún en ese momento, la eternidad todavía no habría empezado.
“

Seguir AutorRecomendar Texto Agregar a Favoritos

2 Comentarios

• 

  Fede

  MUY MUY MUY BUENO.
  
  Yo soy un enfermo de la eternidad, me quiebra la cabeza el concepto de su existencia.
  
  Saludos!
  
  Fede.

  12/12/07 05:12

• 

  Unsusurro

  Escuché el mismo concepto exactamente, explicado de otro modo a un querido profesor de Sociología en la facultad. La imagen mental es poderosísima. Te da conciencia de la magnitud infinitesimal de nuestra existencia individual. Es brillante. Tendrémos que seguir buscando su origen para reconocerle el mérito a su autor. Gracias por recordármelo.

  13/12/07 04:12