SonrÍe
Entre en su cuarto lentamente, estaba tan oscuro que no distinguía ni la claridad de sus ojos, la escucho reír por lo bajo y mi corazón se agitaba al sentir su presencia. Cada vez que sonreía se iluminaba el cuarto, apartaba la oscuridad en un instante para mostrar la fuerza de su ser, busque enseguida un asiento para apreciar su belleza, me senté lentamente enfrente de ella y me acurruque entre las sombras, no dije nada, solo la miraba como iluminaba todo a mi alrededor con esa sonrisa que me transmitía tanta energía y tanto amor.
Estallaba el cuarto al sonreír y nuevamente las sombras se reincorporaban, era una batalla entre la oscuridad y su luz, era la imagen de un árbol de navidad encendiéndose en la oscuridad, dejando mostrar su belleza y alegría y ocultándose nuevamente para volver a sorprendernos en su nueva claridad. En su luz podía verla a ella por unos segundos, estaba radiante, su vestido negro, su pelo oscuro y sus ojos brillosos detrás de esos marcos que le asentaban a la perfección, estaba tan hermosa como siempre y me dejaba llenarme con su ser, me regalaba esa sonrisa, esa alegría, esa luz, ese amor, era todo para mi.
Estuve horas y horas apreciándola, tanto que el tiempo que divague en sus ojos logro perderme entre sombras y destellos, me sentía tan completo, que no había otra cosa en el mundo que me llenara tanto como ese cuarto, llegue en un momento a sentirme tan satisfecho que el egocentrismo de que ella me iluminaba con su ser se apodero en mi mente y me hizo sentir único. Y ella estaba ahí sonriéndome , mirándome y yo a ella, demostrándonos que el vació de esta soledad se llenaba en cada chasquido de sus labios para dar vida a su sonrisa de luz.
Reposado en mi asiento me inclino un poco hacia atrás y sin querer golpeo algo detrás mío y cae al suelo, me levanto de la silla, ella deja de sonreír y las sombras se apoderan del cuarto, voy tanteando el suelo y siento un objeto cuadrado de madera, creo saber que es, y lo acomodo en la repisa otra vez, de pronto ella sonríe con mas fuerza y en un estallido de luz logro ver un cuadro y una fotografía de él. Justo detrás mío, justo enfrente de ella, justo a tiempo para darme cuenta que su luz no era para mi, justo a tiempo se oscureció el cuarto para dar lugar al dolor, consumirme entre las sombras y desvanecer mi presencia dejando lugar solo a la claridad de su sonrisa!
