De tus apetencias
soy el fruto prohibido
eres enigma que me llama
muy quedo,
con apetito de intimidad
insinuación intensa,
estoy aturdido
y arando en este desierto,
vulnerado de fatiga
en un intento de encontrarte,
y rasgado por todos lados,
en pos de la dicha,
enajenado
atando cabos,
urdí quimeras,
sondeando respuesta
a el porque llegaste
a mi entraña,
un circunloquio desmedido,
y sin importarme nada
me he lanzado
vertiginosamente
al más hermoso caos,
¡Tú!
He llorado, te he idealizado,
peleando con la naturaleza,
todo por dar lo mejor de mi,
y mira... solo trozos de angustias
es lo que poseo para ti.