El destino es una sucesión
de eventos pasados, no futuros.
Es un sol de azar
que nos dicta el ritmo
al que han de crecer
nuestras raíces y tallos, y hasta
la disposición de nuestras hojas.
Y sin embargo, no somos arboles.
Pero casi.
Este casi no es amargo
todo lo contrario,
es chispa de dulce esperanza
que ilumina la existencia.
Ese pequeño halo
capaz de morir en penumbra
y nacer cada mañana,
capaz de cambiarnos,
capaz de girar un grado
el eje de ese maldito sol.
Me gustó. Realmente es como tú lo describes: el destino es una sucesión de cosas que previamente nos han ocurrido en la vida y que nos llevan a una realidad grata o ingrata.