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El Cielo a Mis Pies

Esta noche el aire es mas denso de lo normal. Desde mi balcón, puedo sentir los bocados que mastico y que duelen al ser tragados. Me aferro a el, y lo moldeo haciendo pequeñas figuras que se mantienen suspendidas hasta que son devoradas por mi ansia de respirar.
Observando la oscuridad de la noche, me doy cuenta de que el cielo tiene un tono celeste difuminado por la semi transparencia del osito que estoy a punto de tragar.
Los pulmones arden y las figuras se acaban. Necesito respirar.
Mi cuerpo se revela contra la gravedad y giro alrededor de las figuras como si en el interior de una piscina estuviese buceando.
Las manos bracean, y las piernas patalean, dandome impulso y tropezando con todo lo que se cruza en mi camino, mientras las estrellas me regalan luz del pasado, y unas alas metálicas surgen de mis omoplatos siseando al tiempo que me acostumbro a ellas.
Necesito mas oxigeno porque las figuras se están terminando y un vacío inmaterial, queda en sus huecos. La nada me rodea con la amenaza de tragarme convirtiendome en figurita, para luego ser masticada por otros pulmones hambrientos de oxigeno.

Un impulso de mis alas y ya esta. Estoy volando, desplazandome entre la suavidad viscosa del aire, que cuanto mas alto subo, mas delicioso se vuelve.
Caigo en la cuenta de que no quiero seguir atado a la dictadura de la gravedad. Quiero subir mas alto. Quiero llegar hasta donde nadie ha llegado nunca y respirar con normalidad.
Ahora soy un explorador celeste con alas metálicas, libre de subir y bajar a mi antojo. Ahora el cielo esta a mis pies.

Los sonidos de la tierra se van diluyendo a medida que tomo altura, dando paso al silbido sordo que la resistencia al aire de mi cuerpo produce. El siseo de las alas se vuelve mas grave y mis ojos producen unas lagrimas, que se deslizan hacia los laterales de mi cara y recorriendo mis orejas, se desploman al vacío, volviendo a la tierra, reclamando su puesto a las ordenes de la diosa gravedad.

Miro hacia abajo, para contemplar la tierra y veo lo absurdo del mundo. Babilonia y sus putas. Los perros de la guerra custodiados por el vil mandato de pequeños e incompletos semidioses con forma de hombres.
La ansiedad y los pozos negros, llenos de almas, que esperan pacientemente su turno en el infierno.


La cobardía de mis lagrimas, me insulta y su repentina fuga, hace que mi cuerpo sea recubierto de una finísima película de polvo cósmico, que me hace invulnerable.
Los elementos ya no me afectan y la gravedad ha perdido su fuerza.
Impulsandome a una velocidad increíble, cruzo la atmósfera y de repente me encuentro en el vacío.
Me deslizo lento y escucho el sonido de la nada. La soledad del universo y su grandeza. El cielo a mis pies.
La tierra tiene aspecto de manzana podrida, recubierta de gusanos hambrientos que atacan continuamente la superficie, amenazando con destruir su corazón.
Caigo en la cuenta de que ya nada me retiene aquí. Mi mundo no es este. Quiero explorar el infinito, conocer sistemas, nebulosas, planetas antiguos. Primigenios.
Quiero jugar al ajedrez con dios.

Bato mis alas y alcanzo la velocidad de la luz, dejando una estela pálida a mi paso, mientras veo pasar planetas grises, a veces con agua y otras veces sin ella. Giro a su alrededor y sigo mi camino hacia ninguna parte.
Sigo acelerando cuando entro en uno de los anillos de saturno. Me uno a su órbita esquivando los aerolitos y fundiendome con el azufre amarillo, sintiendo la vida latente en cada uno de los átomos que me rodea.

El viaje continua a una velocidad incomprensible para mi mente, y las constelaciones van quedando atrás.
Miles, millones de años luz recorridos en tan solo unos instantes. El silencio es absoluto, al igual que la belleza y no soy capaz de captar ni una milésima parte del regalo que se presenta ante mis ojos.
No existe la tristeza, ni tampoco la alegría. Aquí solo existe belleza.
Fundirme en una nebulosa y volver a surgir mas rápido aun que antes. Sentir que cada vez soy mas grande, mas veloz, mas afortunado, mas solo........

Decido descansar en un pequeño planeta con cincuenta lunas y dos soles verdes que proyectan mi sombra en una tierra verde moteada de gigantes piedras grises.
El descenso es agradable y mis alas reverberan en el silencioso vacío de un valle iluminado por las pequeñas lunas blancas.

Jamas sentí tanta soledad en mi alma. Yo solo, iluminado por la tenue luz de las lunas, sentado sobre una enorme piedra, contemplo el firmamento dandome cuenta de que ni las alas metálicas, ni el escudo cósmico, ni la velocidad, cambian mi condición.

Soy un ser humano sentado en una enorme piedra reflexionando sobre el sentido de la vida y bañandome de una luz pálida que me hace comprender que mi sombra siempre sera una extensión de mi cuerpo. Que mis manos son y serán el instrumento de mi mente y que mi cuerpo siente frío y calor. Que la distancia no existe y que mi mundo es una manzana podrida donde los gusanos acabaran por devorarme a mi también.

Si vuestros ojos son capaces de ver la belleza del firmamento, quizá podáis verme sentado sobre mi piedra y con las alas descansando en mi espalda.
Quizá comprendáis la soledad del explorador celeste que busca denodadamente su mundo cruzando constelaciones sin mas rastro que la estela que deja a su paso y que no se da cuenta de que dios jamas se dignara a jugar una partida de ajedrez con el.

Joseloi20 de enero de 2008

1 Comentarios

  • Joseloi

    Dedicado a Monicaerotica porque me da la gana

    20/01/08 05:01

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