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Wells y Comte: la Guerra de Los Mundos

Una ley natural que olvidamos es que la versatilidad
intelectual es la compensación por el cambio, el peligro
y la inquietud. Un animal en perfecta armonía con su
medio ambiente es un perfecto mecanismo. – H G Wells


Introducción: Este texto constituye un análisis de la novela de ciencia ficción “La guerra de los mundos” realizado en base a los conceptos vistos en clase correspondientes a los autores clásicos de la sociología. Como concepto escogí la ciencia en términos de Augusto Comte, apelando a la esperanza que el llamado abuelo de la sociología tenía en el avance del positivismo como corriente de pensamiento, llegando incluso a idealizar una doctrina que nos llevaría a una mejor sociedad.

La guerra de los mundos: Es una novela de ciencia ficción escrita en el año 1898 por el autor Herbert George Wells, obra que dado su éxito fue merecedora de innumerables adaptaciones a diversos medios. Es una crítica notable a la violenta colonización que se dio en la época victoriana de los continentes africano y americano, el exterminio posibilitado por la superioridad tecnológica que borró todo rastro de varias culturas, todo en nombre de la razón. La historia se desarrolla en el apogeo de la revolución industrial de Inglaterra, cuando unos alienígenas aplastan Europa dejando al final de la novela un escenario post-apocalíptico de muerte y destrucción.

La sociedad europea de la primera mitad del siglo XIX, Augusto Comte y su visión de la sociedad: El filosofo francés Augusto Comte describió todo un plan para salvar a la humanidad, idealista y dogmáticamente se empeño en generar una ciencia que permitiera a la sociedad subir un escalón en su evolución. Inspirado por los acontecimientos de la revolución industrial quiso comprender las sociedades humanas y generar una ciencia o disciplina científica que permitiera comprender y mejorar la sociedad industrial sobre todo moralmente. Comte consideraba que el desarrollo intelectual del hombre como especie pasaba necesariamente por tres niveles evolutivos consistentes en formas de comprensión del medio en que se desenvuelve.

En este esquema, el conocimiento positivo es el eslabón superior y definitivo en la evolución humana, siendo las formas teológicas y metafísicas de conocer simplemente pasos que avanzan desde las formas primitivas de percepción, interpretación y búsqueda de la realidad. En esta misma línea, las ciencias también seguirían un orden jerárquico, estando su sociología en la cúspide gracias a la complejidad con que trabaja y que permite establecer síntesis muy completas y abarcadoras.

Si analizamos un poco esto, el autor en cuestión podría justificar las practicas colonizadoras mediante las cuales se adoctrina y subyuga a las culturas “inferiores” argumentando desde nuestro estado evolutivo superior y en definitiva supremo. Comte sostiene que la sociedad en su nivel superior está basada idealmente en el predominio de la producción industrial y de la observación que predomina por sobre la imaginación y formas de pensar inferiores.

H.G. Wells y su visión de la sociedad: En la novela, el afán del hombre moderno de posicionarse sobre los elementos de la naturaleza como raza superior le parece algo absurdo, una ocupación que propicia la ceguera y la vanidad mas absurda.

“Pero tan vano es el hombre y tanto lo ciega su vanidad, que hasta fines del siglo diecinueve ningún escritor expresó la idea de que allí se pudiera haber desarrollado una raza de seres dotados de inteligencia que pudiese compararse con la nuestra.”

La ocupación principalmente observacional y tan contemplativa del hombre lo convierte en un ser iluso y extremadamente optimista, arropado cómodamente en la ciencia que el mismo ha forjado como un placebo que le priva de la reflexión y en cierto modo le lleva a actuar y a mantener hábitos mentales irracionales.

“Con infinita complacencia, la raza humana continuaba sus ocupaciones sobre este globo, abrigando la ilusión de su superioridad sobre la materia. Es muy posible que los infusorios que se hallan bajo el microscopio hagan lo mismo. Nadie supuso que los mundos más viejos del espacio fueran fuentes de peligro para nosotros, o si pensó en ellos, fue sólo para desechar como imposible o improbable la idea de que pudieran estar habitados. Resulta curioso recordar algunos de los hábitos mentales de aquellos días pasados.”

De hecho, el autor identifica las actitudes plenas de inconsciencia y acciones brutales de los marcianos que llegan a conquistar y destruir Europa con las que han tenido las personas “modernas” contra los animales de este mundo y con las culturas primigenias, basándose en su superioridad de especie. Como yo lo comprendo, esta destrucción no es un acto racional, de hecho, la propia ceguera e incomprensión nos lleva a generar mal-estar a toda forma de vida, invadiendo y destruyendo tal como los extraterrestres lo hacen en la tierra.

“Antes de juzgarlos con demasiada dureza debemos recordar la destrucción cruel y total que nuestra especie ha causado no sólo entre los animales, como el bisonte y el dodo, sino también entre las razas inferiores.”

Notamos aquí un fuerte contraste en las formas que tienen estos dos autores de ver la sociedad influida por los procesos de industrialización, por un lado tenemos un optimismo sin límites que llega a límites tales de proponer una religión basada en el control de la socialización versus una visión pesimista que da cuenta del límite irracional que alcanza el pensamiento positivista, de la ceguera y parcialidad de esta forma de ver la sociedad presentando la ingenuidad del ser humano al creer un control de la naturaleza y sus elementos.
Kafkizoid102 de diciembre de 2012

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