Crónicas de la Cama - 1 - El
Contárselo al Mundo Entero
-¿Ey? ¿estás despierto?
Segui haciéndome el dormido desde ese momento.
- HabÃa estado pensado en cuando se lo diras a todos...
Solo imite el sonido de un ronquido, no muy convincente. Empezó a zarandearme
- Se que estas depierto asi que hazme caso...
- No se que decir a partir de ahora...- fueron mis primeras palabras.
Ya hacÃa un sol radiante que inundaba la habitación desde hacia unas cuantas horas. Era la mañana del dÃa XX despues que nos lanzasemos los dos a la vez a "inspeccionar" nuestros cuerpos. Ella era unachica estupenda. y yo, un enclenque pazguato que no sabÃa nada hasta aquella "primera" noche. HabÃan pasado algunas semanas y las visitas eran, cada vez, más frecuentes. Siempre acabamos en la cama.
No era atractismo animal, ni adicción a "eso" pero si notabamos una fuerte necesidad de vernos. Nuestra relación era sin duda, algo más que relaciones todas la noches. Comenzamos a compartir gustos a la semana pero siempre acabamos en la casa de uno o del otro. incluso una vez no pudimos evitar el frenesi y ocurrio en los baños... de un restaurante.
Ahora estabamos en mi casa. Era un fin de semana de un puente. El ático era espacioso y como a mi me gustaba. Note el cuerpo de ella encima del mio...
- ¿Qué pasa? ¿Solo me haces caso si me pongo as�
- Sabes que esa es una de mis preferidas
Ella me beso directamente, algo ansiosa por encontrar respuesta.
- ¿Que sucede? - me pregunto alarmada y con mala cara
- ¿Hago el desayuno? - pregunte sin mas rodeos
- Ehhh... Por mÃ, vale...
La pregunta que la lanze la confundió bastante.
Sin más me levante y me ate una pequeña sabana a la cintura. Mi cuerpo no estaba esculpido en un gimnasio ni falta que hacia. Antes de dirigir mis pasos a la cocina me pare al baño. Tras hacer una descarga, mire al espejo. Un rudo tio con barba incipiente y pelo corto me devolvia la mirada. ParecÃa darme espolones.
- ¿Que coño te pasa? ¡SabÃas que este momento llegarÃa tarde o temprano!
- No estoy... todavÃa decidido - dije mentalmente a mi puñetera conciencia.
Desde que salia con mi chica, parecÃa haberse apagado y solo me "hablaba" cuando surgÃa ese tema
El contarselo a cualqueira.
Sin más fui pensando en que harÃa esta vez de desayuno. Para cuando cruze el umbral de la puertas de la cocina, me quede petrificado.
- ¿No te importara si esta vez soy yo quien lo haga, no?
Respondió mi chica mientras asia una sarten. Solo tenÃa un delantal como pieza de ropa.
- ¿Qué?
No sabria que contarle al mundo si les dijera que me acuesto con la persona más importante del mundo. Ella era una verdadera princesa.
