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Seiko 3000 - Capitulo 72 - ¡bienvenidos a Bahía Cost!

Había pasado más de una semana desde que abandonaron el cuerpo de dando en el campo de Hylera. Mirella se había recuperado gracias a la ayuda procedente de Tiberio y de sus dos compañeros de las US. El grupo había pasado varios días resguardados en una casa de un amable anciano que les proporciono cobijo hasta el miércoles 4, cuando decidieron marcharse.
Quisieron que los tres soldados se llevasen el maletín a Admenistrion, donde el amigo de Salvador les contó que estaban casi todos los demás reunidos formulando un recurso para el debate de la energía en Balcania.
Aguantándose las ganas de ir, Salvador consiguió que se llevasen el 2º libro original de Pandora con ellos, el mismo viernes, cuando llegaron a las llanuras de Salvatoria
- Habéis hecho un gran favor a la causa, por eso debo pediros este favor
Es lo que esgrimió Alcoida a Tiberio entregándole los viejos libretos en una funda. Alcoida había cambiado bastante, ahora era más entregada y más espabilada…
Colaboraba en todo y con todos. Hablaba, sobre todo, más con su hermano. Salvador había cambiado de indumentaria, el calor le había obligado a hacerlo. Vestía camiseta corta y ahora se distinguían sus dos espadas más que nunca. Su mochila poco podía esconder salvo su pistola y algo de munición, más ropa de muda y algún cacharro de supervivencia. Cassandra tenía un pequeño problema con su ropa puesto que parecía haber engordado o crecido, y el vestido corto que tenía, se le quedaba “muy” corto. A Salvador y a Fran le encantaba pero a Roberto no, varios golpes tipo “tutor” acabaron con los babeos de los dos muchachos y decidieron a Cassandra a cambiar de vestimenta. Cuando salio del pueblo de Sintu, a la tarde del sábado, estaba totalmente cambiada. Se había cortado el pelo y había escogido unos pantalones cortos y un top sugerente. Mientras Alcoida y Mirella aplaudían su elección, los dos de siempre, se quedaron boquiabiertos ¡Aquello era más bello que su anterior vestido! Un soberbio puñetazo doble les devolvió la cordura al instante. Roberto seguía igual que siempre. Su poblada barba no paraba de crecer aún cuando se afeitaba. Y el pelo, tres cuartos de lo mismo. Daba igual si se lo cortaban, volvía a crecer poco a poco… en el mismo día. Fran tuvo que guardar su abultada capa y vestir corriente, aunque era normal por qué siempre iba tapado. Era casi pálido. Su melena, grisácea, acentuaba más la palidez.
Era domingo 8 cuando ya estaban de camino hacia Bahía Cost.
Los amigos de Salvador habían apañado el furgón para que la policía no les detectase y les recomendaron que se hicieran pasar por mecánicos de Almindrens, para no levantar sospechas. Aunque anidaran por delante de la misma comisaría, no les detuvieran pese a ser fugitivos en otro país.
Con Tiberio y tras haberse descubierto el cadáver de Dando en Hylera se habían enterado que el gobierno había conseguido prologar su caza y captura y que iban detrás de sus cazadores, en un cambio de rumbo auspiciado por ODISEUM. Sólo les duraría hasta que La Junta Superior de Jueces dictase una sentencia en el debate de la energía, en Agosto, casi tres meses para buscar los libros de Pandora.
Y gracias a algunos aldeanos que visitaron en Sintu, se enteraron que la familia Niala estuvo en Bahía Cost hasta hacía escasos años.
Era el turno de Alcoida para conducir mientras que el resto de los chicos dormían junto con Cassandra. Mirella, recuperada, era la acompañante y se mantenía despierta a esas horas de la noche. Alcoida no pudo contenerse.
- ¿Qué harás a partir de ahora?
- Ya no tengo casa, ya no tengo familia… Pero me forjare otra vida en Bahía Cost
Alcoida la miro. Aunque se quejara de su herida, jamás le flaqueó su determinación
- Ojalá pudiera ser tan valiente como tú, Alcoida…
La Aimier la miró y entonces entendió porqué en sus ojos, brillaba la convicción
Llegaron poco antes del amanecer a Bahía Cost. Aunque Mirella había aguantado estoicamente a los brazos de Morfeo, poco antes de llegar, se había quedado frita. Alcoida buscó por si sola un aparcamiento en un hotel apartado del centro. Aunque estuvieran a las puertas de un evento mundial y anual, parecía ser una mañana fresca de primavera en la que ni un coche circulaba a aquellas horas.
- Esto de trasnochar nos va a matar… - dijo Alcoida después de aparcar.
Salió del furgón dejando una nota para que no se preocupasen y se dirigió a la recepción del hotel Hellion, un gran hotel de 4 estrellas. Preocupada por lo que serían sus precios, le sorprendió lo barato que fueran. Reservó tres habitaciones, a pesar de que Mirella tuviera que soportar al pervertido de Fran en una habitación doble y se arriesgo a dar su nombre verdadero. El recepcionista no advirtió nada extraño y le dijo que a partir de las 12 de la mañana, las habitaciones estarían libres. Le dijo que gracias a las carreras, habían bajado sus precios dado a que Bahía se llenaba, literalmente, hasta la bandera. A toda la gente de Las Partidas le entusiasmaba el campeonato.
Sin esperar a que se despertasen, Alcoida decidió ir a dar una vuelta por la playa. Mientras amanecía y yendo hacia el puerto deportivo (que estaba al este) le tropezó con una joven muchacha con el pelo largísimo. De no ser por eso, le habría parecido ver a la hermana gemela de Mirella. La chica empezó a disculparse rápidamente
- ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No iba atenta…!
- Tranquila, a todas nos pasa
- Es que estoy tan aturullada por el almindren que no se que hacer… - Y, luego, tras darse cuenta de que había hablado más de la cuenta esto, se puso roja
- Ey… Estás muy tensa – descubrió Alcoida – No soy de la competencia. Ni quiero saber nada de problemas. Tú eres piloto ¿no? ¡Pues da gracias a que puedes pilotar uno de esos Almindrens! ¿Qué chica no ha soñado con ello?
- Tienes razón… - murmuró aquella chica – En fin, he de decirte las gracias. Esas palabras me han dado fuerzas para seguir con esto.
- Me alegra oírlo – afirmó Alcoida con la mejor de sus sonrisas
Mientras el sol iba subiendo poco a poco, el mar se iba clareando y de un intenso tono rojo a un apacible amarillo iluminó la escena. Alcoida se giro para ver el espectáculo. El puerto deportivo albergaba a cientos de camiones enormes que guardaban los Almindrens y los simuladores de cada equipo. Una enorme nave estaba amarrada al norte y daba el aspecto de un inmenso zeppelín.
- Maravilloso ¿Verdad?
Alcoida se dio cuenta que aquella joven permanecía a su lado. Se apoyó en el borde de un mirador contemplando la escena. La joven se giro y se percató de algo
- No debes haber visto nunca esto desde tan cerca, seguro
- No sabía que fuera tan bonito…
La joven devolvió la vista al complejo.
- Soy piloto de Integra & Co. Los ganadores del año pasado. Me llamo Marina Cielo
Al saludarla dando un apretón de manos, Alcoida notó que la conocía. Pero no ella…
- ¿Marina?
La voz de Salvador sorprendió a las dos, estaba justo detrás de ellas. Había salido a dar una vuelta y no se fijo en las dos chicas (a Alcoida no la reconoció por su nueva ropa) hasta que marina dijo su nombre. Se le inundaron de recuerdos al joven Aimier. Marina, en cambio, comenzó a sollozar…
- Ivon… Salvador…
- ¿Qué? – preguntó extrañado por la sorpresa y por que Marina le llamase por ambos nombres. Que él recordase, sólo le conocía por Ivon
- ¡Salvador!
Y salió disparada hacía los brazos de su héroe. Nunca pudo ofrecer su ayuda puesto que estaba muy atosigada con su trabajo, pero jamás pensó que el día que su jefa Atenea le había dado libre, se encontraría con su gran amigo.
Jonás, varias horas más tarde, resopló de alivio cuando Icíar le informó al llegara a Novo, que Marina había dado con Salvador. Aunque más bien, a la inversa.
Keitaro31 de agosto de 2009

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