Yo elijo qué ropa ponerme y cuál quitarme.
Yo elijo sacarme fotos desnuda, semidesnuda o con ropa.
Yo elijo matarme de hambre o no dejar de comer comida grasienta.
Yo elijo a quién me quiero follar...
El hueco que deja una persona en nuestra alma cuando se va es insustituible. La mayoría de las veces
resulta doloroso, otras, en cambio, puede llegar a ser hasta beneficioso.