Podría Ser un Pacto

Apago mi cigarro imaginario,
arropo con cariño mi duermevela.
Despacho a tus dos sicarios,
aparto la mirada de tu estela.
Extraigo del baúl mi diario,
viento en popa y a toda vela,
rescato, con brío, de mi olvido
las letras que no me has pedido.
Y si te atreves,
a echarme en cara,
que no quieres
que te persiga,
te juro de antemano
que lo siento,
y no lo juraré en vano.
Puedo parecerte violento,
pero quizá, ya no exista
un mejor momento.
Ya no intento entenderte,
y paso de bailarte el agua.
Haré de martillo, solo para verte
construyendo tu propia fragua.
No quieres viajar conmigo,
lo respeto pero no lo comparto;
espero que no te moleste
desnudarte de tu piel de lagarto.
Intenta comerme con la mirada,
cancelar la tregua que nos unía.
Ser la cruz de mi encrucijada,
y llevarme por la peor vía.
Te devolveré, todos y cada,
uno de los golpes que decidas dar.
Serán, solo, en defensa propia,
tres por semana, los días impar.
Y además en un hotel de tu calle.
Alquílate un piso en la inopia,
cómprate un bonito detalle.
Fabriquemos del otro una copia
y seguro que saldrá más rentable.