Es extraño el rostro duro
viejo y comprimido de las oscuras paredes
Es como si el polvo fuera la costra
o la sábana imaginaria de días que pasan
El techo es bajo y pareciera
como si con sus manos cubriera a los viejos trajes ,
a las agujas viudas y las fotos borradas ,
sin nombre que desde telarañas cuelgan .
Y puede que pase el tiempo ,
un segundo , una año , una década ,
él no envejece más que la dura extensión
de su soledad
Y la eternidad lo ha abandonado ,
ya no queda vino en la botella desnuda
ni tampoco las viejas revistas de moda le sirven ,
porque él sólo espera
detenido , insolente en su vejes
como un gran precipicio de polvo
que tranquilo espera al pétalo suave que lo derrumbe
Porque las paredes no pueden seguir oscureciendo ,
los pantalones no deben ser más el recurso que las arañas
usan para morir ,
ni tampoco debe ser su mano otra cosa que el funeral
lento y crispado
que por la arena avanza ,silente , pensativo , fallecido ,
hacia un lento hilo que en su eje gira y gira en soledad ,
sin colores que le acudan ,
ni faldas
ni almidonadas fiestas .
Su cielo ha muerto hace mucho tiempo ,
y sin embargo el viejo se levanta y descorre
los parpados de su negocio ,
preparado en su silla color roble ,
para que la muerte jamás lo encuentre durmiendo ,
jamás descuidado o en la plaza .
Es que seria de verdad injusto
pensando que todo ahí ha muerto por él y para él .
Tal como la vida ciega y los recuerdos que se parecen
a la mermelada de damasco que tanto odia .-