-Pero que esperabas? - me dijo con voz firme casi gritando- QUE ESPERABAS? ¿Vos no entendes que le importas tres pelotas? Él ya te olvido nena, así que mejor acostúmbrate.
Traté de no darle importancia y seguí dibujando sobre la hoja blanca como una nube. De pronto las lágrimas cálidas brotaron como en cadena transparente como formando un bordado de tristeza.
-Y ahí estas, otra vez llorando. - replico mientras se acomodaba en el sillón.
-y bueno, ¿Qué queres? ¿Yo tenía la fantasía? Si, la tenía. No te voy a mentir. Después de tanto tiempo. Además, yo lo saludé para su cumpleaños- dije mientras dejaba el dibujo para mirar hacia la ventana
-Pero él no te ama- me interrumpió- El ya no te ama- volvió a decirme con voz más calmada.
-Y no me importa. Mientras lo ame yo, no me importa si se olvida que existo.
-Lo peor es que te vas vos misma olvidándote que existís.
-Bueno déjame en paz. Tengo que entregar este dibujo y ya voy atrasada. Ahora desapareces y me dejas crear tranquila.
-Yo me voy, pero vuelvo a tus pensamientos a dormir un rato. -
Dicho esto, se escabullo por mi oído y la escuche cantar bajito hasta que se fue bien adentro del cerebro. O del alma, no sé. Pero estaba segura que iba a volver.
