La Aventura y la Experiencia.
La aventura abrecaminos y acuna a la siguiente. Es el hoy, en el corazón desbocado y el deseo de una mañana aún más apasionante.
el experimentar, en cambio, solo nos muestra uno de dos posibles resultados: positivo o negativo. Y este resultado termina siendo archivado, tarde o temprano, en uno de los infinitos cajoncitos de la memoria.
La aventura, en cambio, se vive siempre. Antes, durante, y en la añoranza de repetirla. Más fuerte aún, de ser posible. Sobrevive, latente, bajo la piel, entre las manos, el olfato, la boca; y en todos lados y en todos los rincones.
Como si al morder un bombón al cual intuíamos viejo y lleno de licor cristalizado...¡oh!-sorpresa-, el licor fluye, líquido e incontenible, descendiendo por la comisura de los labios hacia el mentón y explotandonos en un orgasmo bucal y etílico.
La aventura no busca resultados. No busca caminos plagados de flechas indicadoras. Ni siquiera busca el camino. Lo hace, lo desanda, y lo deja.
Y no lo olvida, aunque jamás vuelva a transitarlo.Vivir, para mí es una aventura, una hermosa aventura...
