TusTextos

Semana de Despecho

|| Oh maldita culpa ¿te traigo café?, aunque quiero que te marches, seré cortés.
No te preocupes, maldita culpa, que yo invito esta ronda sin que hoy haya monda.
Sin petulantes introducciones ni vagas divagaciones.
Iremos al grano, de tal error vano.
Sin victima ni victimario.
Porque el primero murió, y el segundo huyó.
Huyó para su tristeza esconder y su error deshacer. ||

Heme aquí, maldita culpa, la homicida sin disculpa.
La autora del maltrato sin trato; Pues, de lengua venenosa y de palabra mentirosa…
Somos ambas las sombras inocentes de intenciones pestilentes.
¿Lo maté sin desdén?
¿Destruí su corazón?
Aunque procure ser neutral, mi escritura me hará la principal.
Y será de él la culpa, impuesta por quien exculpa.

|| Oh maldita culpa ¿te traigo café?, aunque quiero que te marches, seré cortés.
No te preocupes, maldita culpa, que yo invito esta ronda sin que hoy haya monda.
Sin petulantes introducciones ni vagas divagaciones.
Iremos al grano, de tal error vano.
Sin victima ni victimario.
Porque el primero murió, y el segundo huyó.
Huyó para su tristeza esconder y su error deshacer. ||

La historia fue antes, en una tarde circundante.
Dónde el orgullo mata y el prejuicio ataca.
Con una pregunta, admito, ya difunta.
Redundante y cortante.
Respondió: “No tiene caso” y a responderla se rehusó.
“¿Tienes algo?” insistí y refunfuñó entre dientes.
No imaginé que sacaría la ira allí presente.

Enseguida se paró y sin titubeos exclamó:
“Princesa del disimulo” así me intitulo.
“¿A qué te refieres?” pregunté a falta de verdades.
¡Oh maldita culpa!
Me señaló como traidora, y como una me trató.
Me sacó de los cuentos de hadas y a la realidad me inició.
No supe ayudarle cuando pude
Y ahora pago el precio de cada una de mis horas.

|| Oh maldita culpa ¿te traigo café?, aunque quiero que te marches, seré cortés.
No te preocupes, maldita culpa, que yo invito esta ronda sin que hoy haya monda.
Sin petulantes introducciones ni vagas divagaciones.
Iremos al grano, de tal error vano.
Sin victima ni victimario.
Porque el primero murió, y el segundo huyó.
Huyó para su tristeza esconder y su error deshacer. ||

Entre rudas pronunciaciones y largas plegarias
quedó la discusión, para al momento de la conclusión
la pata meter y lo prohibido proclamar…
“Si tanto estorbo, al infierno échame y tu camino sigue…”
Y con ello, maldita culpa, te conocí.

Un “lo siento” y un “no quiero” vino a nuestros labios.
Dulces recuerdos nos rodearon.
Olvidamos en el instante al atacante
y lo retornamos en el ser amado.
Al final del día, acatamos en silencio:
“En una semana el amado
pondrá fin/inicio a lo anhelado”

|| Oh maldita culpa ¿te traigo café?, aunque quiero que te marches, seré cortés.
No te preocupes, maldita culpa, que yo invito esta ronda sin que hoy haya monda.
Sin petulantes introducciones ni vagas divagaciones.
Iremos al grano, de tal error vano.
Sin victima ni victimario.
Porque el primero murió, y el segundo huyó.
Huyó para su tristeza esconder y su error deshacer. ||

Oh maldita culpa, mi amor nunca acabará, menos tú lo matará.
Incluso en la tempestad, hasta le ofreceré amistad.
Incluso en el dolor, daré amor.
Sin poder revertir lo dicho, espero en este nicho.
Aguardando aquel viernes de locura eminente.
Por una respuesta, por una oportunidad.
¿Habrá sentencia o libertad?
No sé en esta historia qué seguirá.
Pero en una semana
¿Todo terminará?
Myownstory17 de septiembre de 2013

Más de Myownstory

Chat