TusTextos

Introducción al Arrepentimiento.

Uno.
-O.
27, Marzo, 97.
“En algún lugar del mundo los hilos rojos tienen un comienzo”

Suelo arrepentirme de las cosas que he hecho en la vida, pude haberme tomado una taza de café esta mañana, pero decidí que el té era mejor opción, recuerdo que mi madre decía que el té no me iba a matar como el café, en verdad tenia un trauma con eso, nunca la entendí muy bien, odia las cosas que llegan a alterarte, prefiere los relajantes, las píldoras y esas cosas.

Solía montarme con ella en los columpios, desde niños, aún en los momentos frágiles estaba ahí, no es que tengan algo especial, es que nos daban un escape del suelo.

¡Oh, glorioso escape!

Vivo a base de analogías, tal vez sea la edad, tengo 22, 22, tal vez sea que soy un alma vieja como decía la abuela, ojalá no hubiera muerto cuando tenía 10, tuvo que tomarse la molestia de desvanecerse ante mis ojos.

Marie, Lucy, Eleanor.

No me siento solo, mi madre estará en uno de sus retiros espirituales en “no me importa que lugar”. Ella hace mucho tiempo que me ha olvidado, la abuela desde algún lugar me está esperando.

Estoy muriendo.

No es todo como lo pintan, es solo dolor y tampoco veo esa luz blanca de la que todos hablan, bueno, una duda menos, sólo sé, que quisiera que ella estuviera aquí, oh querida Lu, perdoname, por todo, tal vez no fui lo que querías en su momento, que cuando tu versión en otro universo te vea pensará que te odio, tengo mis problemas, pero me comporto como idiota, eso, ya no importa, quisiera poder decirle a la enfermera que grita mi nombre que deje de hacerle cosas a mi cuerpo, es culpa mía.

Así que eso es dolor.

Si lo pones en estadísticas, ¿cuál es la probabilidad de que haya caído de un puente y siga vivo?
Sentiría mi error mil veces, bueno, lo siento, el traje azul y el abrigo color ocre que llevo puesto me pesa y me quema, y pensar que son mis ropas más cómodas, pensé que moriría a tu lado, no importa, tal vez no es mi camino.

Ya no griten mi nombre.

¿Cómo decidió llamarme mi madre?

No lo recuerdo, el nombre no importa, veo hilos rojos en el cielo, siento que en mi dedo anular sigue atado uno, tal vez alucino, tal vez no, no importa, estoy listo.

Perdoname por dejar el hilo antes que tú.
Olivertate20 de marzo de 2015

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