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Servicio Domestico

Apoyado en el quicio de la puerta, a punto de prender un cigarro, el exorcista duda si ir más allá y penetrar en los confines del mal.
Los detallados informes que cayeron en sus manos acerca de aquel caso, no le indujeron exactamente al entusiasmo.
Otra batalla trivial, pensó para sí. Pero había que comer, y tenía por costumbre hacerlo todos los días. Antaño pensaba que Dios se ocupaba de los suyos, pero la obscena realidad le revelaba concienzudamente que a quién hay que servir en la tierra es al diablo.
-in nomime patris, et filii et spiritus sancti- avanzo hacia el engendro buscando con la mirada un cenicero.
Orwell24 de agosto de 2009

4 Comentarios

  • Nemo

    Buen relato, Orwell!...
    Saludos!

    25/08/09 12:08

  • Mejorana

    Orwell, es un texto genial. Me has arrancado una sonrisa.
    Me has recordado aquel poema de Machado en el que decía:
    Brotas derecha o torcida
    con esa humildad que cede
    sólo a la ley de la vida
    que es vivir como se puede.

    Te doy mis felicitaciones y mi más sincera bienvenida a esta página, deseándote buenas amistades y exitos sin cuento.

    25/08/09 07:08

  • Orwell

    a mejorana.
    acabo de llegar y nada mejor que un buen comentario sobre mis escritos.
    gracias.

    25/08/09 09:08

  • Orwell

    a nemo.
    gracias por tu comentario.

    25/08/09 09:08

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