En ocasiones, no sé porqué,
cuando veo mecerse una hoja en las manos de madera de un árbol,
siento que está viva
y que el suyo es un movimiento inteligente y a la vez elegante.
Me quedo muda, estupefacta y alucinada : qué bonito es todo...
Siento una armoniosa vida desplegándose ante mí ,de la que soy parte.
Después observo cómo la persona que está delante de mí
come un bocadillo de calamares y flipo de la perfección de esa masticación , del sabio movimiento de los labios y de nuevo me encoge la hermosura y gracia de todo..
¿Es que nadie más lo ve?
¿Es que nadie más se asombra de la belleza y ritmo y encaje milagroso de todo?
Parece ser que no, pues veo a todo el mundo, yo casi siempre, embebido en su vida -ficción-sueño- obsesión y ajena a un concierto fantástico en el que vive cada instante.