Cenizas de mí que se van, y otras que vuelven a mi ser.
Todos nos equivocamos, eso es verdad.
Pero una cosa tan útil en nuestra perturbada vida es aprender de nuestros errores.
Nunca debí acercarme a tí, nunca debí coger tu mano, nunca debí besarte, nunca debí perderme en esos ojos. Nunca debí enamorarme de tí.
Solamente quiero verte sufrir, verte hundido en lo más profundo de la tierra. Si, es verdad, tu me buscaste y yo te encontré.
Un tesoro que encontré maldito en una isla con acantilados extremadamente vertiginosos que no sabias cuando iban a acabar.
Quiero perder tu rostro. Y no quiero volver a sentir lo que el viento se llevó.
No quiero verte. Nosé cuando nos juntara otra vez el destino y vuelva a ver tu rostro... No sabre mi reacción.
Seguramente mi cara parecera un volcán en erupción.
No quiero sentir esa sensación. No quiero que mis pómulos pálidos se vuelvan rosados al verte.
Quiero que te borres de mi memoria y volar alto y ser libre de tus mortíferas cadenas.
Quiero que esos vagos recuerdos se disipen de mi memoria.
Solo quiero olvidarte para no recordarte nunca jamás.
