TusTextos

Condenada Cap. Iii

CONDENADA
POR SER MADRE DEL SÍNDROME DE DOWN


CAPÍTULO III
Es curioso cómo a las madres se les olvida cualquier problema al ver a sus hijas disfrutar. No sabe cómo va a solucionar las cosas, pero eso no importa en este momento. Ahora sólo quiere deleitarse viendo a sus dos ángeles durmiendo plácidamente. Duermen con la confianza de que nada es imposible para mamá. Son conscientes de que las cosas no van bien porque notan como propias las agitaciones de su madre. Porque a veces llora sin motivo aparente y porque todas las demás madres visten bien y van al cine los sábados. Pero algo dentro de sus cerebros de niñas especiales les dice que mamá sabe solucionarlo todo. Que todo lo que está pasando es transitorio y pronto tendrán una casita grande, con jardín para poder jugar con un enorme y tranquilo perro que le harán caso a todo.
Algo asusta a Beatriz. Abre los ojos y se da cuenta que está acostada con su hermanita. Su mamá está todavía en el pequeño salón. Parece que está hablando con alguien. Se levanta cautelosamente para no despertar a Olga. Se asoma a la puerta entreabierta y ve a su madre nerviosa hablando por teléfono. Dice algo como que si no paga a la señora de la casa, la van a echar. Y que si no encuentra dinero para pagar al banco, la van a denunciar y que es hasta posible que el Asistente Social le quite a sus niñas. Beatriz corre en su busca.
- ¿Qué has dicho mamá? ¿Qué te van a quitar a quién?
- Espera hija, ¿no ves que estoy hablando por teléfono?
- Sí, ¿pero qué has dicho de quitar?
- No, es mi hija que se ha despertado. Sí pero…
- ¡Mamá dime ¡
- ¡Espera hija!
Beatriz le tira de la falda interrogándole. Lucía no puede mantener una conversación fluida con su ex suegro. Está agotando todos los cartuchos que tiene para evitar la catástrofe.
- ¡Mamaaaaaá, dime qué te van a quitar¡
- ¡Por dios! ¿Te quieres estar quieta ahora? –le grita.
Automáticamente la mayor de sus hijas comienza a llorar. La inusitada forma de hablar de su madre la desconcierta y el desconsuelo se apodera de ella. Cada vez llora más fuerte y la madre intenta mantener la conversación alzando el tono de voz. Está perdiendo el control. Había sido una buena idea llamar al abuelo de las niñas para pedirle dinero prestado. Siempre han estado en una buena posición, y es probable que pudiera hacerlos partícipe del problema. La niña se tira el suelo requiriendo la atención de la madre.
- Por favor Beatriz, ¡ahora no!
Beatriz percibe que está a punto de conseguir la absoluta atención de su progenitora, y prosigue con su actitud.
- Pero Carmelo, no puede hacerme esto. ¡El dinero lo ha gastado su hijo!
- ¡Encima tienes la desfachatez de culpabilizar a mi hijo de todas tus desgracias! –le recrimina.
Ahora es Olga la que se despierta y las dos lloran al unísono. Lucía es incapaz de seguir la conversación, además de predecir la inverecunda contestación del padre de la “criatura”.
- ¡Mire, váyase a tomar por el culo usted y su hijo juntos!
- ¡Cómo te atreves!
Sin darle tiempo a otra cosa, desconecta la llamada. Recoge a su hija del suelo y se unen a la pequeña, que seguía llorando en medio de la cama. Abraza a las dos y les calma diciéndoles que ni pasa nada, ni va a pasar nada. Se lo promete. Consigue apaciguarlas y volverlas a dormir. Pero la que no puede pegar ni un ojo es ella. Le da vueltas a muchas cosas. Muchas ideas visitan su mente esa noche.
Tras varias horas de meditación, decide la solución a sus problemas. Es una solución radical, pero la situación también lo es. Y lo que no va a permitir es que nadie las eche a la calle o les quite a sus niñas. Haría cualquier cosa antes de dejar que ocurriese eso. Cualquier cosa.


Continuará
© Francisco González Bretones 17 febrero 2009
El Arqueólogo
Peico17 de febrero de 2009

3 Comentarios

  • Nemo

    Como te lo dije en el cap?tulo anterior... vamos a ver es lo que hace... yo espero que todo se resulva pero tmabi?n se que la vida es m?s dura que nuestras buenas intensiones... Bien escrito!
    Saludos!!

    18/02/09 04:02

  • Peico

    Muchas gracias por seguir mis escritos. Como t? bien dices, la vida tiene muchos recovecos y nunca sabemos por d?nde vamos a salir. Un saludo

    18/02/09 06:02

  • Danae

    Una madre desesperada abocada a una soluci?n que la violentar? ... un callej?n sin salida como tantas veces ocurre en la vida real ... Me interesa, sigo leyendo. Un abrazo, Peico

    30/03/09 10:03

Más de Peico

Chat