TusTextos

Condenada Cap. Vii

CAPÍTULO VII

El espeluznante chirrido metálico y frío, vuelve a sonar. Cierran las puertas automáticas de las celdas. Terminó el recuento de los presos y llega la hora de quedarse a solas con las cuatro obligadas compañeras. La zona común de las cinco, son tres por cuatro metros distribuidos en cuatro literas de cemento, cubiertas con un colchón de gomaespuma, una oquedad con un cubo, que hace las veces de cuarto de baño, y la humedad de una paredes sin acondicionamiento ni cuidos.
Lucía, al llegar la última, tiene que dormir en el suelo. Gracias a que una de las presas, en un acto de solidaridad, le entrega un largo cartón con un incrustado hedor a orine. Ella lo utiliza para evitar el contacto directo con el suelo.

Está magullada y soporta algunos dolores. Uno; el dolor de tener que ingresar en prisión por no tener nada para pagar la pena pecuniaria y tener que dejar a sus pequeñas solas en manos de extraños. Dos; los dolientes rastros dejados en su cuerpo, tras haber pasado por la sala de reconocimiento y de la primera pelea para hacerse respetar en el patio. Ni siquiera puede llorar. Se quedó sin lágrimas al tener que despedirse de Beatriz y Olga. Después de aquello, ya nada puede hacerla sufrir. Les prometió que muy pronto volvería a estar con ellas. No sabía cómo, pero tenía que cumplir su promesa.

Lucía ha pedido por el medio formal establecido, cumplir una pena alternativa con trabajos en beneficio de la comunidad, pero no hay plazas en estos momentos para tal fin. Por lo tanto no le queda más remedio que cumplir sus dos años y tres meses de prisión.

El desayuno se reparte a las ocho y media de la mañana. La comida a las dos y media y la cena a las siete y media de la tarde. Para Lucía el lugar más terrorífico es el patio. Allí tiene que medirse con todas las que están constantemente creando conflictos de jerarquía. Todo lo que hay allí dentro, le produce una constante ansiedad.

Comienza a coger el sueño, cuando una patada es brutalmente proyectada en su costado. Oye una voz gutural y hedionda decir; “quita de ahí estúpida, si no quieres que me mee encima de ti”. Lucía ni puede ni debe levantarse. Si lo hace será presa fácil, y lo sabe. “Tú lo has querido puta” y sin apenas terminar de decirlo; se agacha y suelta un amarillo y caliente chorro amarillo que provoca una reacción automática en Lucía. Coge por el vello púbico a la propietaria del pestilente orine, y le arranca buena parte de él. La presa cae al suelo gritando. Casi sin inmutarse y en la misma postura que tenía, Lucía dice; “Como vuelvas a intentar algo parecido, te juro que no te vuelven a quedar ganas de mear en toda tu vida”.

A primera hora un funcionario viene a por lucía. Ella no sabe qué está ocurriendo. Piensa que la llevaran a la celda de aislamiento por lo que hizo anoche. Pero recorriendo las galerías y algunas oficinas, comienza a pensar que es algo más grave. Llegan hasta la sala principal y allí está, junto con el rector de la prisión, el farmacéutico. Se le hiela la sangre. Estaba vestido de paisano, con lo que ganaba en presencia. El rector le manda firmar en una especie de instancia, y dirigiéndose a Lucía le dice: “recoja sus pertenencias y vístase. El caballero ha pagado por su libertad”.

Continuará...
(c) Francisco González Bretones 3 de marzo 2009
El Arqueólogo
Peico03 de marzo de 2009

5 Comentarios

  • Voltereta

    Por fin parece que da una vuelta la historia y comienza a mejorar, me esta encantando por las autenticas realidades que muestras.

    Un saludo Peico.

    03/03/09 09:03

  • Mejorana

    Qu? alivio. Menos mal que hay caballeros en el mundo.
    Me gust?.

    03/03/09 09:03

  • Nemo

    Unas escenas, que aunque cortas, nos generan todo el entorno y lo duro que puede ser estar ah?.
    Parece ser que a Luc?a le ha brillado un poco el sol... eso esperamos, a menos que nos salgas con otra cosa...
    Saludos Amigo!!

    03/03/09 10:03

  • Peico

    Muhas gracias Voltereta, Mejorana y Nemo por seguirme. S? ya sali? el sol para Luc?a, tiene que darle el testigo a nuevos personajes. Todos sabemos que la felicidad es tan et?rea como intensa. Luc?a nunca ser? eternamente feliz o degraciada, ya que la vida real no es un cuento que termina bien. A trav?s de las experiencias se evoluciona. Y luc?a seguir? un camino, eso s?, un poco m?s homogeneo y tranquila. Muchos besos a los tres.

    04/03/09 10:03

  • Danae

    Vaya, luz que se vislumbra al final del oscuro t?nel de Luc?a ... Y mucho que me alegro. Sigo leyendo ...

    30/03/09 11:03

Más de Peico

Chat