Cincuenta seis


A Rosa María:

Por ser el ser excepcional que es.

Cincuenta seis

Cincuenta seis




Vino del viento
Traída por un cigüeña altiva
Y ya las nubes, envidiaban sus ojos.

Entre algodones y sortilegios de felicidad
Una niña, corría con su molinillo al viento
Giraba la rueca, como gira la vida
Y la vida le trajo los cuentos
Que su madre le contaba en la niñez.

Había Príncipes, todos ellos agasajándola
Pero uno venido de la tierra del no lo entiendo
Adorno su vientre con las semillas de su existencia
Nada en la vida la hizo tan feliz nunca, nunca.

Ella que destronó a Ava Gadner, no quiso su corona
Amó a su Príncipe, como amo su prole
Hijos de un Dios absoluto, que la llenaron
En esos días, donde la esperanza la traicionó.

Ella siente la dulzura como las abejas buscan la miel
Reina es del panal de los acontecimientos sentidos
Esos que a veces caen por su mejilla,
Elevándola sobre los designios del mundo.


Si toca una piedra, se convierte en oro
Si te habla, te convence, si calla, solo puedes arrodillarte
Ella no camina, levita, ella cura las heridas del alma
Cincuenta seis, otoños, primaveras, veranos, inviernos
Solo hay vida en ella, viento, lluvia, nieve, amor [---]

Cincuenta seis pasos sobre la vida,
Sobre la mía, la suerte de haber compartido algunos,
Para su Príncipe y sus hijos, lo que ella más quiere,
El resto, y todos los que han de venir.

Lo más hermoso, está por venir[---]
Aún está por venir Rosa,
Rosa María, de nuestra alma.