Nadie Me Toma En Serio.
Habría como unas trescientas personas en aquel aula, puede que más. La prueba consistía en un examen de conocimientos y un par de psicotécnicos. Para ello se nos había citado en Sevilla, en el campus de ingeniería, creo recordar.
Para controlar que todo fuese según lo previsto había allí dos personas, una mujer y un hombre. El hombre iba más o menos a lo suyo, comprobando los DNI y esas cosas. La mujer, supongo que para mantener el control, había adoptado un rol como de encargada de un campo de concentración nazi. En plan yo soy el poli malo. Aquí se hace lo que yo diga. ¡Heil!
-Les recuerdo que están prohibidos cualquier tipo de dispositivos electrónicos. Los teléfonos móviles deben estar apagados so pena de quedar excluido de la convocatoria el que desobedezca.
Ni buenos días ni nada. Así nada más vernos.
La piba hablaba en castellano, pero os juro que a mí me parecía que nos gritaba en alemán. Con ese tono enérgico que tienen los discursos que se dan en ese idioma.
-Tampoco está permitido tener nada sobre la mesa. A excepción del bolígrafo y el DNI.
Nos miraba como si nos estuviese perdonando la vida, en serio. Estaba claro que era sólo un papel. Su forma de hacerse respetar y que la gente se comportase. Y funcionaba, ya te lo digo yo. Nos tenía allí a todo el mundo acojonado.
En esto sonó un pitido: tic, tic. Como la alarma de un reloj. A la colega se le cambió la cara. Como cuando Hitler se venía arriba en los mítines.
-¿He escuchado una alarma? -chilló-. Les recuerdo que el uso de dispositivos electrónicos es causa de expulsión inmediata de la prueba.
Varios de nosotros nos miramos. Como es habitual, en este tipo de exámenes, uno se lleva un reloj Casio con cronómetro para controlar el tiempo. Todos teníamos el mismo modelo: Casio F-91w. Un clásico.
Se alzaron varios brazos para preguntar, uno de ellos el mío.
-¿Sí? – me preguntó la piba. Que le podía haber dado la palabra a cualquiera, pero me tocó a mí.
-Esto… -le pregunté-. ¿Los relojes Casio, esos indestructibles que regalaban con los paquetes de magdalenas, también están prohibidos?
Os juro que mi pregunta la formulé lo más serio posible. Porque, bueno, entiendo lo de los smartwatchs, pero con un Casio poca trampa se puede hacer. Que casi dan sólo la hora y a veces mal Pero, claro, técnicamente también son electrónicos, que los ha hecho un japonés o un taiwanés, de ahí nuestras dudas. Pero ocurrió lo que me ocurre siempre, cuando hablo o cuando escribo, que la gente se ríe.
Carcajada de toda la clase.
Y la piba sargento mirándome con rencor. Porque, bueno, siempre hay un payaso en todas las clases. Pero os juro que esa no era mi intención. Ser el payaso de ésta, quiero decir.
-Yo no lo hubiera descrito mejor -me dijo el que se sentaba detrás de mí, meado de risa, y que encima también tenía el mismo reloj.
Un minuto de carcajadas, no exagero. Luego la piba se puso en plan sargento y las risas poco a poco se fueron extinguiendo, aunque le costó un rato volver a la normalidad. Echó en falta un martillo de esos que usan los jueces para llamar al orden. Y nos dijo que vale, que los Casio no eran inteligentes y que podíamos usarlos. Y no me quitó la vista de encima el resto de la prueba. Te tengo calado, chaval, decían sus ojos. Así todo el examen.
Menos mal que no era ella la que lo corregía.
