Con la sosegada tarde, un recipiente lleno de recuerdos
llega a mí, tranquilo, amistoso, con cordial argumento.
Mientras el trasiego de experiencias que voy experimentando, me traen
un mal sabor, sabor amargo, a incertidumbres, a miedos,
nunca sabré por mucho que viva, como es el mundo, su interior.
No tengo secretos, desertores de mí, mis verdades me invaden
insomne, sin resuello, con el exausto deambular por la noche
en las sábanas ingrávidas, que atosigan mi existir.

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4 Comentarios

• 

  Creatividad

  Mucha sinceridad en tu escrito. El mundo es una gran bola de inquietudes que a veces se puede ver. Besitos

  30/11/19 02:11

• 

  Luia

  La noche y su vivo centro que golpea hasta agotarnos...
  
  Abrazos

  01/12/19 02:12

• 

  Regina

  Gracias compañeras, un saludo muy cordial.

  01/12/19 09:12

• 

  Mefisto

  El ocaso de la vida es un momento para sumergirse en los recuerdos, si son buenos o malos no importa, en ese último momento solo hay que disfrutarlos. Arrepentirse es inútil en la vida aún más cuando ya se nos a ido, solo queda afrontar el atardecer de nuestra existencia con la mayor felicidad posible, por eso creo que mientras tengamos tiempo debemos enfocarlo en lo que amamos, queremos y soñamos, para no envenenar esos últimos instantes con tristes lamentos.
  Creo que me dejé llevar por este tema, pero como sea es muy bueno tu texto Regina.

  07/01/20 03:01