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¿para Qué la Poesía?

¿PARA QUÉ LA POESÍA?

por Ricardo Gómez López



Pregunta que tal vez rebota en las neuronas adormiladas de ciertos transeúntes mundanos, que vagan en la semiinconsciencia del misterio y de la magia de aquellas palabras ordenadas meticulosa y artísticamente por algún arquitecto de la imaginería, de un vaticinador de esperanzas, aquel guerrero del romanticismo que esgrime el lenguaje de los sueños para depositarlo bajo la piel de lo cotidiano y decirnos poesía.

La poesía abre mundos a nuevas sensaciones que nos envuelven con un manto invisible pero palpable, “El verso cae al alma como al pasto el rocío” (Pablo Neruda).

La palabra justa en el lugar preciso, la metáfora espontánea, el hambre original del decir comparativo; la imagen de lo inexistente que cobra vida; manada de tropos que galopan verso a verso hasta llegar al poema.

Tejer palabras con ritmo, música, contenido y sentido, es hacer danzar estrellas en racimos de luz, invitándonos a una verdadera orgía con Venus, bajo el arco iris de una sólida y fructífera poética. La historia y el devenir de los tiempos quedan retratados en el poema: dolor, ausencia, amor, lo filial, lo prohibido, el desajuste social, todo lo abarca el poeta, que, con aguda visión, además se transforma en un verdadero cronista de su época.

Para muchos tal vez la luna sea simplemente aquel pálido satélite terráqueo que estimula el romanticismo, luna que no da dividendos, que no se puede comercializar (aún). Para el poeta, esa luna que no es de queso, que no abriga; estéril, tal vez es un silencioso espejo del sol que cobija el aullido de la noche y que nos abre su ojo selenita para iluminar soledades...

La poesía, al igual que la música, está plagada de estilos; solo hay que encontrar la sintonía con aquel poema que haga resonancia en nosotros. Si hoy se lee poca poesía, será por falta de apreciación o por ignorar el lenguaje y códigos poéticos, entonces hay que abrir las ventanas del alma y aprender a saborear con la médula de lo inmaterial.

Tal vez se escriba por escribir, pero no hay duda que la poesía nos ayuda a respirar mejor. Se puede vivir con un sólo pulmón, ¿y no sería mejor con tres? “Porque escribí, porque escribí estoy vivo” (Enrique Lihn). “La matemática aburre/ pero da de comer, en cambio la poesía se escribe para vivir” (Nicanor Parra).

Más poeta que aquel que nos ofrece ramilletes de versos para soñar despiertos -o remecernos seso y piel-, es quien intenta cotidianamente vivir en poesía. Todo gesto cotidiano, por muy simple que este sea, puede llegar a ser un gesto poético.

A este grande poema de humanidad, donde latimos día a día, aún le faltan demasiados versos para rasguñar el sonreír duradero. El misterio nos invita a abrir puertas interiores y que el corazón sea el traductor de un próspero y gozoso devenir, pero de sensibilidades, con la única arma que esgrima el ser humano: la poesía.
Ricardo04 de enero de 2008

3 Comentarios

  • Ruger

    Chapeaú.

    Genial ( Propio de genios)

    04/01/08 03:01

  • Molina

    increible texto, que razón llevas
    espero seguir aprendiendo de tu notable experiencia

    06/05/08 10:05

  • Yitzjak

    Me permito agregar esta cita de Octavio Paz: "¿no sería mejor transformar la vida en poesía que hacer poesía con la vida?".

    (El arco y la lira. Advertencia a la primera edición).

    Abrazo grande,

    22/07/15 02:07

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