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El Color de una Chica Olvidada: Parte 2

Al día siguiente lo esperé en la biblioteca tal cual dijo, de la nada apareció detrás mio diciendo mi nombre
- Hola Jaz
- Te tardaste demasiado. ¿Vamos a entrar?
- Ja ja ja, ¿crees que te cité aquí para estudiar?
- Estamos en la biblioteca ¿no?
- Ven, sígueme- dijo alejándose.
Me guió hasta una banca que se encontraba casi saliendo de la universidad, se sentó y se puso cómodo, me senté a su lado y él empezó a hablar
- Este es uno de mis lugares favoritos
Al ver que no respondí continuó y mirándome dijo
- Sabes, si hubiese sabido que eras tan hermosa, después de casi arrollarte te hubiera invitado a comer.
Sonreí y no supe qué responder, nunca un chico me había cortejado, pero no quería parecer primeriza o tonta, por lo que decidí responder con algo diferente
- Y ¿dónde está tu moto?
- Está sucia y rota, la llevé al taller
- ¿Te accidentaste?
- No, solo se arruinó…cuéntame de ti Jaz, ¿por qué tanto misterio?
- ¿Misterio? Si nos acabamos de conocer
- Conozco a casi toda la universidad y nadie me había hablado de ti
- Es porque tengo una mala reputación y no soy de hacer muchos amigos
- Eso lo supe ayer, ¿la conoces?
- ¿Te refieres a la rubia?
- Si
- Estábamos juntas en el colegio, ¿y tú qué tanto la conoces?
- Unos amigos me la presentaron…¿qué tanto la odias?
- No la odio
- Conozco el lenguaje de las chicas, tu mirada decía que la odias
- Es una estúpida
- ¿Qué te hizo?
- Sólo lo que haría una completa idiota
- ¡Vaya! no se meten contigo ¿no?
- El que me la hace, la paga- dije esperando que él se retirara con una excusa y ya no lo volviera a ver; para mi sorpresa sonrió, cruzó sus brazos detrás de su cabeza y dijo
- Me gusta
Aquella respuesta me hizo sentir aceptada por primera vez, mientras más lo miraba más me gustaba, parecía ser un chico deportivo a juzgar por su forma robusta pero bien contorneado, sus manos y sus brazos parecían ocultar un poder, el poder que yo deseaba obtener para mi venganza.
- Puedo ayudarte en tu venganza
- No, esto es algo mío
- Una chica valiente, ruda y bella, sigue así y lograrás que te bese ahora mismo.
En cuanto pronunció esas palabras mi cuerpo se tensó pensando que jamás había besado a un chico o estado tan cerca de alguien, la idea me aterraba y empecé a entrar en pánico
- Debo irme, tengo clase- dije poniéndome en pie.
- ¿Te pusiste nerviosa por lo que dije?- dijo parándose.
- No te creas un dios, te dije que tengo clase
- Ja ja ja, está bien, te acompañaré
Me acompañó hasta la entrada de mi clase y al momento de despedirse se acercó bastante y me dio un beso en la mejilla, que logró ponerme nerviosa por la duración prolongada del mismo.
Toda la noche no paré de pensar en nuestra conversación y en aquel provocativo beso, no sabía cómo tratar con chicos pero decidí que ya no lograría amedrentarme nuevamente.
Los siguientes días continuamos viéndonos y logré manejar mejor sus indirectas, para despedirse siempre repetía aquel beso en la mejilla y me sujetaba con una mano en mi cintura. Aunque los rumores de mí y el supuesto docente cesaron, otros falsos rumore se esparcieron, descubrí que todos habían sido iniciados por la rubia, lo cula me provocó risa ya que era obvio que ella no soportaba verme junto a uno de los chicos más codiciados; por supuesto no logré amigas, todas me juzgaban por los rumores o por envidia.
Una noche volvía a casa junto a Gunter y como era usual nos despedimos a 2 cuadras de mi casa, solíamos charlar de muchas cosas menos las que tuvieran que ver con la familia y otras cosas personales.
- Cuándo te entregarán tu moto, ya no soporto caminar
- Pronto, ya casi estará
- Deberías demandarlos por la tardanza
- Ja ja ja…te veo mañana- dijo aproximándome a él con su mano en mi cintura para luego besar mi mejilla.
Sonreí y no dije nada más.
A lo lejos reconocí a la rubia bajando de su elegante vagoneta, palpé en mi bolsillo la pequeña tijera y sonreí complacida que al fin se llevaría a cabo mi venganza, me apresuré y me acerqué a ella
- Hola rubia
- Qué pasa rara ¿también vas a violarme?
Sentí recorrer de pies a cabeza la furia en mi cuerpo, su último rumor ya era demasiado, en seguida saqué la tijera y me acerqué tomándola de los pelos lista para cortar su rubia cabellera, debatimos fuerzas entre manos y de pronto ella gritó. Segundos después un muchacho alto salió y al vernos me quitó la tijera de las manos tirándolas lejos para luego empujarme al suelo, la rubia sonreía mientras el muchacho empezó a gritarme
- ¡Qué tratabas de hacer! ¡Responde perra!
Segundos después unos pasos se acercaron y Gunter apareció interponiéndose entre el muchacho y yo. Permanecieron en silencio y se miraron a los ojos, el muchacho se alejó y sin decir nada más se llevó a la rubia con él.
Gunter se dio vuelta y extendiéndome la mano dijo
- Debiste aceptar mi ayuda para vengarte
- Creí que podía- dije aun furiosa por lo sucedido.
- Ven- dijo tomando mi mano y llevándome por las calles, corrimos hasta llegar a un garaje, lo abrió y entramos, tiró de una tela oscura dejando al descubierto una hermosa moto azul.
- ¿Esta es tu casa?
- No, es de un amigo
- ¿No le importa que tomes su moto?
- Me debe muchos favores
Montó en la motocicleta para luego decirme sonriendo
- Sube
Sonriente me subí a la moto, la sensación era inestable por lo cual me sujeté de su cintura, él hizo sonar la moto un par de veces para luego partir velozmente. El aroma que emanaba su cuerpo juntamente al viento en mi rostro y la velocidad me hicieron sentir que era libre, sentía que podía lograr lo que quisiera siempre y cuando lo tuviera junto a mí, empecé a sentir que mi respiración se aceleraba y mis pulsaciones se hacían cada vez un poco más rápidas, me pregunté a mi misma si aquello que sentía era amor, “¿estaría realmente enamorada del chico de la motocicleta?”. Esquivábamos autos constantemente, las lucen pasaban tan rápidamente que parecían líneas, las personas parecían más indefensas, el paisaje alrededor era cambiante y la autopista parecía pertenecernos.
Paramos en un lugar alejado con una vista hermosa de la ciudad, yo estaba encantada con el chico que me había rescatado, de pronto se convirtió en mi salvador, no soportaba la idea que se alejara de mí para conquistar a alguien más, por lo que decidí hacer algo al respecto. Me bajé de la moto y caminé hacia el mirador, me apoyé en las barandas de metal dejando que mi figura se notara, caminó hacia mí y se paró a mi lado mirando hacia la ciudad.
- ¿Por qué me trajiste aquí?
- ¿No te gusta la vista?
- Sí pero…- me acerqué un poco más de modo que él me miró a los ojos notando mi acercamiento.
- Gracias por salvarme de ese idiota- dije mientras acomodaba mi cabello dejando una parte de mi cuello descubierto.
Él sonrió y volviendo su mirada a la ciudad dijo
- De nada
Me enojó la manera en que repentinamente me ignoraba, ya había sido ignorada por mucho tiempo por mis padres, no lo volvería a permitir.
- ¿Te vas a quedar viendo la ciudad toda la noche?
- Si no te gusta, podemos regresar- dijo seriamente.
Ya no aguanté más y me di por vencida, pasé de ser su centro de atención a ser totalmente ignorada.
- Llévame a casa- dije apartándome dispuesta a volver a la moto.
De pronto sentí que jalaba de mi mano, lo vi y sonreía, poco a poco me jalaba hasta acercarme a él, me miró a los ojos y sin parpadear dijo
- ¿Crees que no noté tus provocaciones?- luego me acercó aún más a él con su mano en mi cintura para luego continuar
- tus rojos labios, tus hermosos ojos y tu bella figura- dijo seriamente analizando mi rostro.
A ese punto estaba empapada en su aroma, hipnotizada de la forma en que me observaba, sentía mi cuerpo temblar por dentro. Se acercó cada vez un poco más hasta que nuestros labios se unieron suavemente; mi cuerpo paró de temblar y en su lugar invadió el calor y sentí algo extraño en mi estómago. Se alejó después de ese delicado beso para luego con su mano izquierda sostener mi mandíbula y besarme de una manera diferente, nuestros labios se fusionaban más fuertemente y se movían a un mismo ritmo. Nosé cuanto duró el beso ni sé si se había dado cuenta de mi inexperiencia pero no dijo nada después y nos quedamos en silencio un momento viendo la ciudad mientras él me abrazaba por detrás envolviéndome en sus fuertes brazos. De pronto Gunter empezó a hablar
- Su nombre es Bryan
- ¿Qué?- dije sorprendida.
- El chico que trató de atacarte, se llama Bryan y es famoso por ser buen boxeador, tiene una buena derecha.
- ¿Cómo lo conoces?
- Es mi principal rival, él y su grupo trataron de quitarnos el territorio…no se saldrán con la suya
- De qué me estoy perdiendo- dije sorprendida por tan repentina información de lo que parecía tratarse de pandillas.
- Pertenezco a una pandilla y Bryan también, ambos dirigimos nuestras pandillas…tu amiga la rubia es muy inteligente- dijo sonriente.
- No es mi amiga
- Como sea; mañana conocerás al grupo, desde ahora ya eres uno de nosotros… Vámonos- dijo alejándose.
- Espera- dije mientras Gunter volteaba a verme.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- Tenía que saber con quién trataba.
Volvimos a casa y me dejó en la puerta indicándome que nos veríamos por la tarde del día siguiente.
Tumbada en mi cama no podía creer todo lo que había pasado, Bryan parecía peligroso y la rubia lo sabía, era por eso que lo había conquistado, era su guardaespaldas. Tenía sentimientos encontrados, por una parte moría de rabia por no llevar a cabo mi venganza, y por otra parte estaba fascinada por Gunter quien parecía ser cada vez más poderoso y misterioso, lo que solo hacía que me sintiera aún más atraída hacia él, me sentía invencible junto a él. Prácticamente desde que conocí a Gunter ya no hablaba con papá, la necesidad de su atención se vio disminuida por la presencia de Gunter quien me daba toda la atención necesaria; no era importante ya que ahora papá tendría más tiempo para mamá, es mejor así pensé. Esa misma noche mi habitual creatividad renació y volví a pintar como lo hacía antes; al terminar me di cuenta que el cuadro había adquirido la predominancia de un fuerte color rojo, tal vez ese sería el color de mis cuadros, desde esta noche Gunter estaba en mi mente, mi vida y también en mis cuadros.
Al día siguiente me sentía radiante pero nerviosa al mismo tiempo ya que conocería al grupo de Gunter. Fui a clases pero no pude concentrarme, cada vez que cerraba los ojos podía ver a Gunter y a mí besándonos, no sabía hacia dónde iba todo esto pero no me importaba, deseaba mucho ser tan poderosa como él lo era. Lo esperé en el lugar en que nos sentamos la primera vez, no podía esperar para verlo nuevamente. Escuché el rugir de una moto y supe en seguida que era él, su atuendo era el habitual, chaqueta de cuero, jeans desgastados, gafas oscuras y zapatos negros; su moto estaba reluciente, lucía un color negro con detalles en rojo, por supuesto era más grande y más bonita que la de la otra noche; se bajó y se dirigió hacia mí, sonreí y le dije
- Veo que ya arreglaron tu moto.
- ¿Te gusta?
- Sí- dije mientras él me agarraba de la cintura como era habitual para luego acercarme y besarme con la misma intensidad con la que lo había hecho la noche anterior; mis labios recordaron la agradable sensación mientras su aroma me envolvía nuevamente. Nos subimos y la sensación de poder y libertad volvió a sentirse en mi ser, la velocidad era el complemento perfecto para un chico como Gunter, él parecía vivir su vida a máxima velocidad. Nos fuimos alejando de la ciudad cada vez un poco más, hasta que las casas se veían pintadas con el arte urbano del grafiti; nos bajamos en un callejón, Gunter pareció notar mi ansiedad controlada y me tomó de la mano entrecruzando sus dedos con los míos, me besó y me tranquilizó
- Estarás bien Jaz, lo prometo.
Nos dirigimos hacia un portón, él lo abrió y frente a nosotros apareció un enorme espacio lleno de gente, todos lucían el mismo estilo de Gunter, tanto hombres como mujeres parecían intimidantes; mientras más nos acercábamos más personas nos veían.
De pronto un chico de la misma altura pero menos corpulento que Gunter se le acercó, se saludaron entre sí con un inusual choque de manos que mas bien parecía un código. El chico tenía el cabello oscuro y la tez blanca, su vestimenta era más relajada ya que no llevaba una chaqueta de cuero
- ¿Quién es ella?- dijo refiriéndose a mí.
- Ella es Jaz, ahora es uno de nosotros.
No dijo nada y me examinó con la mirada mientras Gunter me miró diciendo
- Él es Jack
Él extendió su mano y antes de corresponder el saludo noté que en su muñeca tenía una cicatriz llamativa, él al notar que observaba su cicatriz dijo
- Es una marca de batalla niña
Gunter sonrió diciendo
- Jack es un buen lanzador, esa marca lo dice
- Cállate Gun, la vas a asustar- dijo Jack dando un puño en el brazo de Gunter para luego retirarse. Gunter me miró y luego dijo
- A los demás ya los conocerás, Jack es mi mano derecha, así que si yo no estoy es a él a quién debes recurrir. Debo ocuparme de algunas cosas, te veo luego- dijo retirándose hacia lo que parecía un cuarto, en seguida lo siguió Jack.
Me quedé parada mientras algunos me miraban y susurraban, otra vez parecía estar en el colegio; de pronto un sonido llamó mi atención, un muchacho estaba frente a una pared y en sus manos sostenía un aerosol de pintura, me acerqué admirando el diferente arte que estaba desarrollando con tan solo dos colores, me apoyé en la pared y observé atenta lo que hacía; al notar mi presencia se detuvo y dijo
- ¿Quién eres?
- Soy Jaz, vengo con Gunter
- ¿Quién?
- Con Gun
- ¡Ah!, eso explica tu apariencia
- ¿Tengo algo de malo?
- No, nada- dijo para continuar pintando.
Supuse que se refirió a mi apariencia porque la de él era diferente a los demás, llevaba una gorra y un estilo más deportivo.
- ¿Eres el artista del grupo o algo así?
- Soy el grafi de los Escorpiones, si a eso te refieres.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Me dicen Grafi y no tengo nombre, mis grafitis si saben quién soy
- Sé a lo que te refieres
- ¿Lo sabes?- dijo mirándome con duda y algo de sorpresa.
- También pinto, pero no con aerosol
Relajó el rostro y continuó diciendo
- Ni se te ocurra tocar mis aerosoles, soy celoso
- Sería mucho honor para ti
- Ja ja ja, eres graciosa
De pronto noté que una mujer pelirroja de cabello corto y vestimenta provocativa se acercaba a nosotros, llevaba un cigarrillo en mano, me miró y dijo
- No te le acerques mucho, el aroma de sus aerosoles podría hacerte volar
- Tonterías Tina, no está tan mal- respondió Grafi.
- ¿Gustas?- dijo ofreciéndome su cigarrillo.
- No tengo ganas- dije disimulando.
- No eres una santa ¿o si?
- Júzgame si es lo que deseas
- Ven, te presentaré a los demás…- dijo esperando una respuesta.
- Jaz- dije comprendiendo su oculta interrogante.
Sonrió y empezó a caminar hasta guiarme a un grupo de muchachos que se encontraban conversando y riendo, ella irrumpió diciendo
- Muchachos ella es Jaz
Todos me miraban de pies a cabeza. Tina continuó
- Jaz ellos son Cloe, Dani, Nando, Tato, Cat y Tania
De pronto Cloe, quién lucía orgullosamente un cabello oscuro, largo y lacio, habló
- Dime Jaz, ¿Gun lo hace bien?
Todos la miraron y Cat reía, Cloe miró a los demás y dijo
- ¡Qué!, solo quiero saber.
Dani se acercó a Cloe y la besó para luego decir
- Cuidado con lo que preguntas.
Ella sonrió y ambos continuaron besándose como si se hubieran reencontrado después de un largo tiempo. Nando se dirigió a mí diciendo
- ¿Eres código?
Yo no supe qué responder además que estaba distraída por la forma en que usaba tantos piercings.
- No lo entiendo
Tina se rió y me explicó
- Aquí todos somos códigos, no usamos nuestros verdaderos nombres.
Tania irrumpió en la conversación
- Incluso tu amorcito es código- dijo con una voz ronca que solo podía ser parte de su porte rudo capaz de intimidar a cualquiera.
Empecé a preguntarme por qué ocultaban sus nombres y agradecí que Jasmine estuviera muerta ya que ella no lo soportaría; Tania continuó y sonriendo dijo
- ¿No lo sabías?
Tina salió a mi defensa
- Deja de atormentarla- luego se dirigió a mí.
- ¿Jaz es tu nombre?
Era hora de enterrar a Jasmine y ser Jaz por completo
- ¿Dices que conoces a alguien llamada Jaz?
Todos sonrieron ante mi respuesta y Tato dijo seriamente
- Bienvenida al club de los códigos
En seguida comprendí su código Tato, pues su piel estaba cubierta de arte delineada por agujas, poseía tatuajes aún más grandes que los de Gunter. Miré alrededor y pregunté por las demás personas
- Y ¿quiénes son ellos?
Nando contestó
- Los llamamos “los falsos”
Tina continuó
- Quieren ser parte de los Escorpiones y Gun los pone a prueba hasta que decida que están listos; tú tienes suerte, entraste con pase libre.
Jack apareció y abrazó a Tina por la espalda besando su cuello, me pareció extraño que mientras lo hacía me miraba de una forma que me incomodaba; luego Gunter se puso a mi lado y viendo a los demás dijo
- ¿Te dieron una buena bienvenida?
- Tranquilo Gun, no mataremos a tu preciosa niña- dijo Cloe sonriendo.
- Necesita un entrenamiento o una mosca sí lo hará- intervino Tania.
- Y un pulido- dijo Tato
- Tranquilos, ya la adaptaremos.
- Puedo hacerlo sola- dije sintiendo una especie de ataque en mi contra.
- Hora de irnos- dijo Gunter decididamente mientras se alejaba.
Lo seguí y me extrañó su comportamiento algo frívolo, por lo que decidí preguntarle una vez que salimos del lugar.
- ¿Sucede algo malo?
- No
- Entonces ¿por qué tu actitud?
- Nosé de qué hablas
- Actúas como si algo malo sucediera conmigo o con algo
- Escucha Jaz, eres una recién llegada y te tratamos de la mejor forma en que es posible.
- Sí ya me lo dijeron, otros deben pasar por pruebas y yo no
- No deberás hacer lo que los demás, pero sí serás sometida a pruebas
- ¿Aún no confías en mí?
- No se trata de mí, se trata de todos, todos deben aceptarte
- ¿Y qué sucede si no deseo agradarles? Jamás he tratado de agradarle a nadie y no lo haré ahora
- Ja ja ja, no sabes quiénes son ellos, créeme si lo supieras harías todo por agradarlos.
- ¿Estás amenazándome?- dije acercándome aún más a él de una manera desafiante.
Él me miró seriamente y luego cambió la expresión de su rostro diciéndome
- No fue lo que quize decir, escucha Jaz, solo deseo protegerte- dijo agarrándome de los hombros para luego continuar diciendo
- Te aceptarán, ya te acostumbrarás
Bajé la vista meditando acerca de lo sucedido y él con su mano tomando mi mentón me dirigió a sus ojos para luego besarme suavemente; tenía la intención de no aceptar sus besos pero al verlo no pude resistir la reconfortante sensación que sus labios me ofrecían, así como tampoco podía negarme a sentir la seguridad y protección que sus brazos me proporcionaban; era un hecho, Gunter era mi “talón de aquiles”.
Camino a casa, montada en la veloz moto con mis manos alrededor de su cintura empecé a pensar que tal vez Gunter tenía razón, exageré la situación y debía estar agradecida por ser parte de los Escorpiones, por ser al fin parte de algo, ya no sería más rechazada o humillada. Después de conocer al grupo Gunter decidió llevarme a un parque, nos tumbamos en el pasto y luego de varias caricias y besos sin fin, decidí preguntarle por su código
- Gunter ¿puedo hacerte una pregunta?
- Sí
- ¿Por qué todos te dicen Gun?
- ¿Realmente quieres saberlo?
- Si
- Ven conmigo- dijo levantándose y llevándome de la mano hasta un lugar lleno de escombros.
Agarró una lata y la puso enderezada sobre otros escombros, se alejó cuatro metros y luego sacó de alguna parte de su jean una pistola; en el momento que vi la pesada arma de metal sentí frío en la garganta lo que me obligó a tragar saliva con dificultad; él apuntó a la lata y disparó dándole justo en el centro de la misma. El sonido de la bala logró perturbar mi mente, de pronto el silencio de mi inocencia había sido reemplazada por el sonido de un disparo, fue como una sacudida en mi cuerpo cuyo significado ni pude descifrar. Ahora tenía sentido el código de Gun
- Tengo la mejor puntería, y soy respetado por ello- dijo sonriendo mientras observaba la lata destrozada orgullosamente.
- Te enseñaré cómo hacerlo- dijo acercándose con la pistola en mano, entonces notó la palidez en mi rostro y continuó diciendo
- ¿Qué sucede, tienes miedo?
Esta frase provocó una alteración dentro de mí y Jaz hizo notar su presencia diciendo “No volveré a temer”.
- Claro que no- dije acercándome a él para luego agarrar un extremo de su chaqueta, acercarlo a mí y besarlo fuertemente mientras el miedo se esfumaba entre sus labios y los míos. Él sonrió y puso el arma en mis manos, se colocó detrás de mí y con ambas manos me indicó la forma de sujetar un arma y de disparar
- Controla tu respiración, hazla lenta y dispara a ese trozo de madera.
Me concentré y alejé el mundo a mi alrededor bloqueando los sonidos y sensaciones, nada más existía, nada más que yo, el arma y mi objetivo, al disparar noté que se produjo una fuerza que hizo retroceder mis brazos y temblar mis manos; no logré disparar a la madera pero estuve cerca; Gunter aplaudió diciendo
- No está mal para una novata
- Gracias- dije sonriendo.
Gunter se acercó, me quitó delicadamente el arma de mis manos y dijo
- Felicidades, superaste la primera prueba.
- ¿En serio?- dije emocionada mientras Gunter guardaba nuevamente la pistola.
- Vamos, fue suficiente por hoy.
Regresamos a la ciudad y me dejó en casa cuando anochecía, los colores del sol ocultándose se hacían presentes y la figura de Gunter resaltaba, sus brazos dibujaban líneas poderosas; volví a verlo disparando el arma junto a aquel sonido estridente, aunque me producía cierto temor también se producía un calor intenso en mi cuerpo, un calor capaz de borrar los malos recuerdos, capaz de borrar a mis enemigos y capaz de borrar el color de mis cuadros de mi mente para ser reemplazada por aquella imponente figura cuyas líneas resaltaban en un diferente anochecer.
Romivi21 de agosto de 2015

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