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Persiguiendo la Verdad: Parte 2

Cromeldi es conocida por su hospitalidad, su arte, cultura y por supuesto por la residencia de la familia real Pierre.
Salir del pueblo en el que fui criada se siente abrumador y al mismo tiempo fascinante, bajé del tren en mi primera parada para toparme con mucha gente yendo y viniendo; colgando mi mochila al hombro me dirigí a la boletería para comprar el boleto a Cromeldi, una fila larga me retrasó de modo que tuve que correr para subir al tren que me dirigía a la ciudad. Una vez adentro, recorrí los pasillos por 2 vagones hasta encontrar mi asiento en el tercer vagón, observé a un muchacho sentado al lado de mi asiento, él me miró y luego desvió su mirada para poner la mano en su mentón de manera pensativa; caí pesadamente en mi asiento lo que hizo sobresaltar al muchacho, puse mi mochila en mis pies y luego miré por la ventana; en seguida una voz me habló:
- ¿La vas a dejar ahí?
- Sí, ¿por?- dije volteando para mirarlo
- Hay un lugar aquí arriba para dejar las maletas
- No confío en ese estante, las cosas se mezclan y alguien podría tomar mi mochila- dije recordando las cartas de mi padre.
- Mm…tal vez tengas razón pero las probabilidades son pocas. Soy Daniel, Daniel Fleder- dijo extendiendo su mano.
- Grace Leconi
Daniel era un muchacho de mi edad o tal vez un año más, de tez blanca, ojos marrones, cabello rizado y algo alborotado; su vestimenta casual y relajada insinuaban que él no estaba acostumbrado a estar preocupado, más bien parecía ser alguien relajado y al mismo tiempo aventurero, por lo que me interesaba saber qué era aquello que tanto le preocupaba y estaba dispuesta a obtener dicha información.
- Dime Grace, ¿Qué hay en tu mochila de tanto valor que no quieres perderlo?
- Pues…las respuestas a mis preguntas.
- Quisiera tener eso que tú tienes, porque ahora mismo me encuentro lleno de preguntas- dijo llevando nuevamente la mano a su mentón.
- Yo creí que las personas de ciudad tenían las cosas muy claras.
- ¿Tú no eres de la ciudad?- dijo intrigado
- Soy de Bello monte, un pueblo pequeño pero pintoresco.
- ¿Y qué te trae por aquí?...espera, ya sé, un gran sueño y anhelos de éxito ¿verdad?
- No en realidad…estoy en busca de mi padre
- ¿Se reunirán en algún lugar?- dijo algo confundido.
- Él no sabe que yo existo, nos conoceremos en Cromeldi.
- Pues ya somos dos, yo también voy a Cromeldi.
- Genial, seremos compañeros de viaje todo el camino.
- Te aseguro que conmigo no te aburrirás, he viajado a muchos lugares y tengo para contarte las mil y un historias.
- Entonces cuéntame de Cromeldi.
- Nunca he ido pero dicen que hay lugares geniales para divertirse, desde discotecas hasta grandes castillos…
Se detiene por un momento y un rostro serio se apodera de él.
- ¿Qué pasa?¿Te asustan los castillos?
Vuelve en sí y me mira con una sonrisa.
- No, no es eso, es que tengo que ir al castillo de Cromeldi para atender ciertos asuntos.
- ¿Te enamoraste de una princesa o algo parecido?
- Si crees que te voy a contar, sigue intentándolo- dijo sonriente.
- Dijiste que me contarías muchas historias, ¡quiero oír esa!
- Eres astuta Grace…pero ¿qué tanto?- dijo con una sonrisa pícara, mientras se levantaba de su asiento tirando de mi mano.
- ¿Qué haces?
- ¿Quieres cenar?, entonces sígueme.
- ¿De qué hablas?, no dan comida a los de tercera clase.
Caminó por los pasillos algo acelerado y delante de mí, pasamos cuatro vagones hacia adelante y finalmente llegamos al quinto vagón con gente de mandil blanco y atareada; era la cocina. Mientras observábamos por la pequeña ventana instalada en la puerta, Daniel me susurró
- No te separes, sólo esperamos su distracción.
Ingresamos sigilosamente a la cocina abriendo la puerta. El chef nos vió y dijo
- ¡Este no es su lugar, vuelvan a sus vagones!
- Lo sentimos, creo que nos confundimos.
El chef se dio la vuelta para atender las ollas y Daniel tiró de mi brazo fuertemente para cruzar las puertas de vaivén hasta llegar al comedor. Yo me sentía ilegal pero en cambio Daniel tenía una cara triunfante. Nos acercamos a una mesa y él recorrió la silla para ofrecerme el asiento guiñándome el ojo; sonreí, estaba impactada por la forma que aquel muchacho pensativo ahora parecía tan despreocupado y activo, lo que hizo intrigarme aún más por la situación que tanto lo atormentaba.
El mesero se acercó a nuestra mesa, la cual estaba decorada por un florero y un mantel de color pálido.
- Los platos de hoy son pasta boloñesa y sushi.
- Tráiganos uno de cada uno, estamos hambrientos.
Yo no podía hablar del nerviosismo, así que suspiré aliviada cuando Daniel ordenó por ambos.
- Relájate Grace, nadie está sospechando.
- Sabes que esto está mal ¿verdad?, nos podrían bajar del tren.
- Solo el chef nos notó, y está demasiado ocupado preparando tu sushi.
- Ja ja ja, eres divertido cuando no estás preocupado.
- Soy así todo el tiempo cuando la vida no me arruina el día.
- Puedes confiar en mí, cuéntame que te preocupa.
- Mejor cenemos tranquilos.
- Yo te confié información que tal vez no debía. Es hora que confíes en mí también.
- Pff…está bien señorita perseverancia…vivo en la capital, mi madre Estefanía se encuentra ahí, está muy enferma, le hicieron miles de exámenes y nadie nos puede decir qué tiene…
- Lo siento mucho.
- Todo lo que teníamos ahorrado ya fue gastado, a mi madre nunca le gustó pedir ayuda pero dada la situación me dio dos nombres que podrían ser mis padres; al primero lo busqué y prácticamente me echó de su casa, no insistí porque al parecer estaba en peores condiciones que nosotros…al segundo lo conoceré en el castillo de Cromeldi.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no puede ser posible.
- Es el rey Alberto II. Sabes Grace no me importa si es él o no, solo quiero ayudar a mi madre, y si tengo que fingir ser su hijo así lo haré.
No pude decir ni una palabra.
- ¿Qué sucede? No estoy jugando, es cierto lo que te dije…
Nos trajeron los platos, Daniel parecía más aliviado y dando el primer bocado dijo
- ¿Y cómo es tu padre? ¿También es el rey Alberto II?- dijo en un tono bromista.
- Claro que no. La verdad no tengo ni una sola fotografía, solo una dirección que mi madre me dio antes de morir.
No pude decirle la verdad, ese momento pensé que un segundo hijo del rey arruinaría sus planes y su madre no podía esperar más. Éramos hermanos y eso explicaba lo bien que habíamos congeniado desde el principio, estaba dispuesta a no perjudicar ni a su madre ni a Daniel.
- Lo siento Grace no sabía.
- Está bien, se fue habiendo cumplido su sueño.
- ¿Es por eso que cuidabas tu mochila? ¿Ahí está la dirección de tu padre?
- ¡Mi mochila!- dije recordando haberla dejado en mi asiento.
La puerta sonó y entraron 2 jóvenes con vestimenta semiformal, ambos casi de la misma altura pero en uno de ellos se notaba la inmadurez en su rostro delatando sus 14 a 15 años; en cambio el otro tenía una mirada seria con más cuerpo que su acompañante parecía 3 años mayor que yo. Al ver las mesas todas ocupadas se dirigieron a la nuestra viendo las dos sillas sobrantes, en seguida desvié la mirada y noté que Daniel me había estado hablando, algo de no preocuparme y un tren seguro.
- Buenas noches, ¿podemos sentarnos?- dijo el mayor.
Sus ojos plomos se toparon con los míos, su tez era solo un poco más morena que la de Daniel, de mirada penetrante sus cabellos cortos y negros complementaban su porte rudo y a la vez propio de un caballero. Daniel volteó rápidamente.
- Claro, nosotros ya nos íbamos- respondió algo nervioso.
- No por favor, lo último que queríamos era molestarlos- dijo el menor con una apariencia similar al del otro joven, por lo que supuse eran hermanos. Nuevamente sus cabellos más largos y desordenados, que los de su hermano, delataban su edad. Daniel me susurró
- Tanta cortesía me hará vomitar.
Le di una leve patada en su pie. El mayor al ver nuestra incomodidad extendió su mano a Daniel diciendo
- Eric Coste, y este es mi hermano Austin. Somos de la sección B, ¿y ustedes?
- Soy Daniel Fleder y ella es mi amiga Grace Leconi, somos de…
Lo miré y casi podía ver el sudor recorrer su frente, como un escape ante su bloqueo mental dije
- ¡Lo sabía!
Todos voltearon a verme; aquella mirada penetrante me ponía nerviosa, no sabía si era su clase, el color de sus ojos o el hecho que estábamos ilegalmente cenando.
- Sabía que eran hermanos, se parecen mucho ¿lo sabían?- dije poniendo un bocado de sushi en mi boca. Daniel casi no aguantaba la risa.
- Gracias por el cumplido- dijo Eric algo extrañado por nuestro comportamiento.
Ambos ordenaron pasta y un silencio incómodo se apoderó de la mesa, Daniel y yo comíamos callados.
- Y... ¿hacia dónde se dirigen?- dijo Austin.
- Vamos a Cromeldi- respondí mientras Daniel me pateaba esta vez.
- ¡Qué bien! Nosotros también vamos para allá.
Daniel me miraba con cierto enojo por compartir la información, hasta que interrumpió en la conversación.
- Entonces les deseamos un feliz viaje, nosotros ya nos retiramos…Grace.
- Un gusto conocerlos, adiós.
Mientras me levantaba de la silla Eric me miraba con una expresión de confusión, y yo me preguntaba si habíamos hecho o dicho algo contrario a sus modales. Daniel tiró de mi brazo repentinamente mientras me decía entre dientes.
- No viajamos en la cocina Grace.
Ni bien cruzamos las puertas hacia la sección de los de primera clase aceleramos el paso, el pasillo estaba alfombrado y al costado estaban las puertas de acceso a los asientos. Casi al final del pasillo Daniel me detuvo
- ¿Por qué les dijiste que vamos a Cromeldi?
- Lo siento, se me escapó.
- Ahora podrían buscarnos y si no nos encuentran les avisarán a los encargados y ellos al saber de nuestro verdadero lugar nos botarán del tren.
- Tranquilo Dani, ya pensaremos que hacer.
- Espérame aquí, iré a ver si hay alguna forma de escapar de aquí; luego nos bajaremos en la siguiente parada para subir a otro tren que nos lleve a Cromeldi, ¿entendiste?
- Tranquilo Dani, no iremos a la cárcel por esto.
Después de la cena yo me sentía extrañamente tranquila o tal vez distraída, obviamente Dani lo notó.
- A veces me das miedo Grace- dijo mientras se alejaba.
Estuve unos minutos pensando si habían atrapado a Dani, la preocupación volvía a mí mientras minuto a minuto la calma aparente desaparecía. De pronto escuché unos pasos provenientes del inicio del pasillo y voces varoniles, o supe qué hacer y decidí arriesgarme abriendo la última puerta del final del pasillo para entrar en la habitación. Para mi buena suerte se trataba de una pequeña sala común, la elegancia del lugar era acogedora, unos cuantos libros adornaban un estante de madera junto al juego de sillones de cuero adornados con almohadones de algodón, una pequeña sección con refrigerios completaban aquel lugar de ensueño, además de la vista observable a través de las ventanas espaciosas. Mientras admiraba aquel lugar los paso se acercaron cada vez más hasta que la perilla de la puerta viró y no supe qué hacer más que sentarme en los sillones de cuero.
Aquellos ojos de mirada penetrante volvieron a toparse con los míos.
- ¡Grace!, lo siento no sabía que estabas aquí…
Esa reacción nerviosa era algo que no esperaba después de tanta cortesía calmada en la cena.
- Solo quise venir para relajarme, pero no me molesta tu presencia.
- Vamos, no tienes que esforzarte tanto…tu amigo no aguantaba la risa en la cena…- dijo mientras se sentaba en el sillón cerca de mí, yo solo podía pensar que ya nos había descubierto.
- yo sé que no les caemos bien, Austin no lo notó pero yo sí. Si quieres que me vaya solo tienes que decirlo, no es necesario tanto protocolo.
No sabía si estar aliviada porque no nos descubrió o preocupada por el malentendido.
- Dani es siempre así…
Me miró interrumpiéndome para decirme
- Prácticamente salieron corriendo ni bien terminaron su cena.
- Eso fue por otra situación…
De pronto Dani entra
- Grace ya encontré… ¿Eric?
- Un gusto nuevamente Daniel.
- Dani que bueno que viniste, Eric tiene una idea equivocada, cree que nos fuimos rápidamente porque no nos caen.
Dani se acercaba tratando de fingir tranquilidad mientras que me susurró
- Tal vez no esté tan equivocado.
Se sentó en el poco espacio entre Eric y yo, mientras decía
- Claro que no, solo queríamos hacer un poco de digestión.
Eric lo miró extrañamente diciendo
- ¿Digestión?, no hablas en serio ¿verdad?
- Claro que sí, ¿Qué pasa, tú no haces digestión?- dijo dándole unas palmadas en la espalda.
Un silencio se produjo mientras yo deseaba ahorcar a Dani y largarme antes que nos sacaran.
- En qué sección se encuentran
- Pues estamos en la última…- dije tratando de remediar el daño causado por Dani.
-De qué familia provienen, es que no conozco a ningún Fleder ni Leconi.
-Es hora de irnos Grace- dijo Dani agarrando mi mano mientras se paraba y mantenía los ojos en Eric.
- Ustedes no pertenecen aquí, debí imaginarlo por su falta de cortesía y educación- dijo al mismo tiempo que se paraba.
- ¿Nos estás diciendo vulgares?- dijo Dani algo alterado.
- No es eso lo que quise decir…- dijo Eric mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro; lo que molestaba a Dani provocaba en mí la inevitable necesidad de mirarlo, antes rudo ahora parecía una persona totalmente amable.
- Por favor, siéntense díganme las condiciones que los obligó a tomar un tren ilegalmente; estoy seguro encontraremos una solución.
Ambos tomamos asiento, pero yo sabía que Dani aún estaba alterado.
- No necesitamos de tu caridad si a eso te refieres, y no tomamos el tren ilegalmente- dijo Dani algo molesto.
- Fue una estúpida travesura, eso es todo- dije para calmar las cosas.
- Pueden estar tranquilos, no le diré nada a nadie.
-Perfecto, vámonos Grace- dijo mientras estiraba de mi mano, Eric nos veía alejarnos con una sonrisa, y yo no entendía por qué.
Pasamos la cocina en ausencia del chef y una vez sentados en nuestros asientos, empecé la conversación.
- ¿Por qué te comportaste así? Ni siquiera le agradeciste.
- ¡Ese tipo creía que le pedíamos caridad! ¿Qué querías que le agradeciera?
- Solo entendió mal, de todos modos debimos agradecer.
- Pero no lo hicimos, ya duérmete Grace.
El comportamiento cambiante de Dani era confuso, o tal vez solo los ricos le ponían de mal humor; de todos modos la idea de agradecer a Eric seguía rondando mi cabeza.
A la mañana siguiente Dani aún dormía profundamente, y aproveché de retirarme para evitar las preguntas. Caminé nuevamente los pasillos hasta la cocina, todos estaban atareados preparando el desayuno, llegué a un comedor casi vacío, un hombre mayor leía el periódico y unas damas tomaban el té entretenidas. Cruzando hacia el pasillo caí en cuenta que no sabía el asiento de Eric, solo me quedaba esperarlo en la sala común rogando que se le ocurriera dirigirse al lugar. Esperando decidí disfrutar de un café y observar la maravillosa vista; un hombre entró, agarró un libro para luego retirarse mirándome de manera altanera y confusa. Como si de telepatía se tratase, Eric fue el siguiente en entrar, en cuanto me vio una sonrisa se dibujó en su rostro mientras me decía
- Buenos días Grace. ¿Qué te trae por aquí, no te resistes a la comida?
- Tienen un buen café
- Dije que no diría nadad, no que eran bienvenidos cuando quisieran- dijo sonriendo.
- Lo sé, solo quise venir a darte las gracias, si no fuera por ti ahora estaríamos en otro tren.
- No fue nada, para mí estas divisiones son innecesarias- dijo mientras se servía un café para pararse junto a mí.
- ¿Y tu hermano?
- Aun durmiendo
- ¿Y tu novio?
- También está… ¡Dani no es mi novio!- dije sorprendida por la suposición.
- Por la reacción de anoche creí que lo era.
- Nosé que sucedió, pero solo somos amigos.
- Está bien, validaré tu aclaración.
- Este lugar es bastante cómodo, ¿por qué nadie viene?
- La aislación no es bien vista
- Pero a ti no parece importarte
- Para mí esto es un respiro a todos los modales, un espacio para mí.
- Si claro, es que vivir cómodamente debe ser agotador- dije sarcásticamente.
- Es más difícil de lo que crees
- Voy a suponer que te creo
- No lo supongas créelo. Hacer siempre lo que digan los demás es agotador, a veces te olvidas de pensar por ti mismo y con el tiempo te conviertes en lo que todo quieren que seas, sin importar lo que te diga tu corazón o lo que te grite la razón.
- Jamás lo vi de esa manera.
- Ser como ustedes tiene más libertad, es más divertido y emocionante, un día deciden ser científicos y al día siguiente grandes escritores románticos.
- No es tan sencillo. Las decisiones cuestan, y siempre son fuente de preocupación; mientras que ustedes tienen una vida resuelta nosotros no sabemos qué nos depara la vida, más tristezas o más alegrías.
- Eso es lo que quiero, quiero ser capaz de decidir por mí mismo
- Entonces deberías empezar a hacerlo, nada te detiene.
- Me agrada tu actitud Grace.
- A mí me agrada tu café
- Ja ja ja, en serio, siento que contigo puedo ser libre, libre de todo protocolo, libre de miramientos y prejuicios.
- Puedes hacerlo, solo tienes que quererlo.
Una voz se oye a lo lejos: ¿Eric?
- Es Austin, debo irme, seguro ya está hambriento…la vista por la tarde es más bonita, el sol no refleja tanto como ahora…- su voz nerviosa se hacía presente una vez más.
- Seguro que sí, quizá hasta el café mejore.
- Adiós Grace, gracias por la charla.
- Adiós
La vuelta hacia mi asiento fue más sencillo debido a la hora pico del desayuno; cuando llegaba a mi asiento noté que Dani ya estaba despierto.
- Grace ¿Dónde anduviste?
- Fui a tomar un café
- Espero hayan mejorado ese servicio
- Pues… no estaba mal
- Genial, iré por uno
Esperaba que el café de la tercera clase estuviese aceptable.
Volvió Dani con una expresión de quien fue engañado.
- Ni siquiera hay café Grace, apenas agua.
- No me culpes de tu tardanza, hace unos minutos aún quedaba.
- Maldición, no me queda de otra que comprar algo en la siguiente parada, o morir de hambre.
- ¿Qué sucede Dani? Tuviste una cena de primera clase y aun así ¿te quejas?
- Que quieres que haga, sangre real corre por mis venas, la primera clase es donde pertenezco- dijo sonriendo.
- Ja ja ja, aun no Dani
Suspiró y echando la cabeza hacia atrás dijo
- Espera un poco mamá, ya casi llego
- No te preocupes, ella sabrá esperar, es fuerte- le dije poniendo mi mano en su hombro en señal de apoyo. Me miró fijamente y dijo
- Gracias Grace
No dejó de mirarme y me sentí muy incómoda, de modo que tuve que retirar la mirada para cambiar de tema
- Dime Dani, ¿Cuáles son los planes a la llegada a Cromeldi?
- Te ayudaré a encontrar a tu papá y luego iremos al castillo- dijo sonriendo y poniendo las manos detrás de la cabeza.
- Eso no es necesario
- Lo sé pero quiero hacerlo
- Dani tu mamá te necesita, primero iremos al castillo.
- Está bien, pero no me iré sin antes verte reunida con tu padre
- Trato hecho- le dije sabiendo que eso no ocurriría
Toda la mañana Dani me tuvo entretenida con sus historias de viaje, sus ojos brillaban como si hubiera nacido para la aventura, sin embargo se sentía culpable porque la extraña enfermedad de su madre había aparecido cuando él estaba en una de sus aventuras. Yo solo pensaba en que sería de él después de Cromeldi, le diría que éramos hermanos después que lo tuviera todo resuelto, tenía que hacerle saber. Después del almuerzo había una última parada antes de la llegada a Cromeldi y yo empezaba a preguntarme cómo distraer a Dani para asistir al encuentro con Eric; de modo que lo convencí de bajarse en la parada del tren.
- Dani ¿bajarás en esta parada?
- No, ya conseguimos suficiente comida en la anterior
- Creo que sería muy útil un mapa de Cromeldi, ya que ninguno conoce la ciudad.
- No será difícil encontrar un gran castillo Grace- dijo dándole un mordisco a su manzana.
- Aunque serviría para encontrar a tu padre…de acuerdo, iré por él.
Cuando bajó del tren me dispuse escapar para verme con Eric como habíamos quedado; mientras cruzaba los vagones me sentí mal por mentirle a Dani y decidí que ya no le mentiría. Llegando a la cocina me di cuenta que a esas horas de la tarde ni el personal ni el chef estaban atareados, al entrar nadie me notó pero si cruzaba se darían cuenta, me escondí de tras de un estante dándome cuenta de mi error. Nuevamente la extraña telepatía o suerte se hizo presente y frente a mí veía a Eric a través de la pequeña ventana del otro lado de las puertas de vaivén, al verme yo hice una señal de auxilio y él entendió mi apuro, entró y pidió hablar con el chef y el poco personal presente para una supuesta observación de la comida, inteligentemente logró poner a todos de espaldas a mí, me hizo una seña con la mirada y yo sigilosamente crucé la cocina hasta llegar a un comedor totalmente vacío; continué caminando con toda la normalidad posible hasta llegar al pasillo alfombrado, en eso sentí pasos detrás de mí, Eric pasó por mi lado susurrándome al oído
- Hola Grace
Provocándome que se me erizaran los pelos, al estar delante de mí me sonrió y se dirigió a la sala común, yo correspondí a la sonrisa y apresuré el paso hasta llegar a la sala común, cerrando la puerta y con una sonrisa le dije
-¿Qué jueguito fue ese?
- Nada yo solo estaba feliz de verte nuevamente- dijo acercándose a mí para darme un beso en la mejilla para luego decirme
- Buenas tardes señorita Leconi
- Buenas tardes señor Coste, ¿Cómo sabías que estaría en la cocina?
- Simplemente lo supuse
- Bien supuesto- dije sentándome cómodamente en el sillón.
- Grace, ¿qué harás en Cromeldi?
- Tengo que atender unos asuntos y ayudar a Dani a llegar al castillo real.
- Entonces supongo es un viaje de turismo
- No, Dani no va al castillo por turismo
Su rostro expresó confusión y dijo
- ¿Qué es lo que Daniel debe hacer en el castillo real?
- No puedo decírtelo, nosé si podría molestarle el que te lo diga.
- Lo entiendo
- Y tú ¿qué harás en Cromeldi? ¿Reunión familiar de primera clase?- dije sonriendo
- Algo parecido
Ambos miramos a la puerta cuando sentimos girar la perilla
- Austin
- Supuse que estarías aquí Eric, pero no con compañía- dijo dirigiéndose a mí.
- Hola Austin
- Buenas tardes Grace, qué bueno verte nuevamente
- Ven siéntate con nosotros
Tomó asiento y mirándome con confusión dijo
- ¿Dónde estuvieron tú y tu amigo hoy, es que no desayunan?
Miré a Eric en busca de respuestas, pero él solo escapó a mi mirada mirando bruscamente a otro lado; volví a mirar a Austin y dije nerviosamente
- Bueno, es que nosotros preferimos desayunar aislados.
Austin estalló en risa y dijo
-Tranquila Grace, solo bromeaba, Eric ya me contó de su ilegalidad, no te preocupes que no diré nada
Miré a Eric y también sonreía, le empujé suavemente con mi codo y le dije
- Si, que graciosos
- Lo siento Grace, a Austin le gusta hacer bromas
- Sí, ya me di cuenta
Austin dejó de reír y habló
- Me gustaría que nos encontráramos en Cromeldi, los demás se enfadan con mis bromas pero tú y tu amigo son diferentes.
- A mí también me gustaría, ya veremos la forma de encontrarnos todos otra vez.
- ¿Qué pasó con tu amigo, por qué no está aquí?
- Pues la verdad es que no le dije que venía- Eric me miraba fijamente, continué hablando
- Creo que hice mal, me tengo que ir, ya debe estar preguntándose donde estoy.
- Antes prométeme que nos encontraremos en Cromeldi
- Promételo Grace- dijo Eric apoyando a su hermano.
- Está bien, se los prometo
Me paré y me dirigí a la puerta, Eric me siguió, me besó en la mejilla y dijo
- No olvides tu promesa
A lo lejos Austin dijo emocionado
- Nos vemos en Cromeldi
- Adiós chicos, nos vemos.
De vuelta a mi asiento estaba nerviosa, no sabía cómo decírselo a Dani; me vio y dijo
- Grace dónde estabas, conseguí el mapa
Me senté, di un suspiro y empecé a hablar
- La verdad es que esta mañana y hace unos minutos estuve en primera clase
- ¿Qué?
- Quería agradecer a Eric y luego nos quedamos a charlar
- ¿Cómo puedes hablar con ese niño rico?
- Ambos son buenas personas y, les prometí reunirnos en Cromeldi…todos incluyéndote.
Dani expresó molestia y dijo
- ¡Grace!...está bien, te cubriré en esta
- Dales una oportunidad, son buenas personas
- Grace Grace, los líos en que me metes
- ¡Gracias Dani! Sabía que entenderías- dije abrazándole.
- Si, si, pero que quede claro sólo nos reuniremos una vez.
- ¡Dani!...está bien, tienes razón, debemos apresurarnos por tu mamá.
- Y también por tu papá Grace, no lo olvides
Sentí una culpa incómoda y sentí que debía decírselo.
- Dani... tengo que decirte algo
Un fuerte rechinido me interrumpió, era la última parada…Cromeldi.
Recogí mi mochila y Dani su maleta, me miró y sonriente dijo
- ¿Lista?
Asentí con mi cabeza y al bajar del tren vino a mi mente la pregunta: ¿Cómo no reuniríamos si ni números ni direcciones compartimos?, en seguida otro pensamiento de resignación asaltó mi mente: Lo siento Eric, lo siento Austin.
Romivi25 de junio de 2015

2 Comentarios

  • Indigo

    Hola!
    Me he leído los 3 textos, la historia tiene un desenlace aceptable hasta ahora. De corte juvenil, fresco.
    Buenos recursos, escritura sin mucha complicación, claros los diálogos. Se percibe ganas en ti de hacer las cosas bien.
    Adelante con ánimo.
    Saludos.

    26/06/15 02:06

  • Romivi

    Gracias por el comentario, la verdad me gusta escribir y hacerlo sencillo es la manera en que me gusta... gracias

    26/06/15 04:06

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