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Persiguiendo la Verdad: Parte 3

No había otra opción más que admirar la bella Cromeldi; abordamos un taxi pidiéndole nos llevara al hotel más cercano; conforme el taxi avanzaba Dani y yo estábamos atónitos al ver las hermosas calles de Cromeldi acompañadas por grandes y poderosos edificios, áreas verdes inmensas y concluyendo su imponente y también tranquila playa.
Finalmente llegamos al hotel y cansada me tumbé en mi cama dispuesta a realizar una pequeña siesta.
Soñé con mamá, estaba en nuestra casita, sonreía bajo un sol radiante, acariciaba las flores de nuestro jardín con sus tiernas manos, al verme sonrió aún más y abriendo la puerta me invitaba a entrar. La voz de Dani y el golpe en la puerta de mi habitación me despertaron.
- ¿Grace?
Refregándome lo ojos y sentándome en mi cama respondí
- Entra Dani, está abierto
Dani entró cautelosamente y al verme se echó a reír diciendo
- Perdóname Grace, no quería despertarte pero debes cenar.
- ¿Estuve dormida por tanto tiempo?
- Totalmente dormida, pero no te preocupes, ya averigüé un restaurante que queda a unas pocas cuadras.
- Está bien, solo dame un minuto.
- No te importa si me quedo aquí ¿o sí?
- No, solo quiero arreglarme un poco el pelo
- Genial, porque hay mujeres que exageran con eso de arreglarse
- ¿Te refieres a las chicas de ciudad?
- ¡Esa es mi chica de Bello monte!
- No soy tu chica Dani
- Vamos Grace, es solo un decir
- Pero no lo hagas en frente de otras personas, porque podrían malinterpretarlo, Eric creyó que éramos pareja.
- ¿Y qué importa?, que importa lo que crean los demás
- Importa Dani
- Está bien- dijo alzando ambas manos en signo de inocencia.
- Listo, ¿nos vamos?
- Después de usted chica de nadie- dijo abriendo la puerta y sonriendo.
Al pasar por su lado le sonreí y comprendí que tal vez había exagerado.
Nos sentamos a cenar en un restaurante que tenía una bonita vista a un parque cercano; toda la cena estuvimos entretenidos riendo con las historias de sus viajes, también comentamos algo acerca de nuestras madres y regresamos satisfechos con la cena y la bienvenida con la que Cromeldi nos recibió.
Dormí plácidamente pero no volví a soñar con mamá.
A la mañana siguiente decidí ser yo la que despertara a Dani, me dirigí a su habitación y toqué su puerta tres veces, adentro una voz ronca se quejó
- ¡Media hora más!
- Dani soy yo
- ¡Grace!- dijo algo asustado; supuse que entre sueños pensó que estaba en otro lugar hablando con otra persona
- Dani ábreme la puerta
- ¿Y dejar que me veas sin arreglarme? Ni loco Grace
- Me la debes Dani
Después de unos segundos contestó
- Está bien, pasa
Al entrar lo vi y me eché a reír; su cabello rizado estaba aún más alborotado que de costumbre y su pijama con cohetes y astronautas delataban el aún “niño de mamá”.
Levantándose y dando un gran bostezo dijo
- ¿Qué te pasa?, ¿nunca habías visto una pijama tan genial como esta?
Aun riendo le contesté
- La verdad que no, no sabía que pudiesen existir pijamas tan creativas como esa.
- Admira el arte en una pijama- dijo antes de entrar al baño y cerrar la puerta detrás de él
Me tumbé en su cama dispuesta a esperarlo, Dani me habló desde dentro del baño
- Deberías aprovechar de buscar la dirección de tu padre en el mapa que compré.
Se me hizo un nudo en la garganta y la culpa volvió, mientras que él continuó hablando
- Está en el bolsillo izquierdo de mi maleta
Saqué el mapa y lo miré fijamente pensando en cómo y cuándo se lo diría, pero no encontré la mejor forma ni el lugar, o más bien no encontré el coraje para decírselo.
Salió del baño y mientras se peinaba dijo
- ¿Lo encontraste?
- Aún no, pero sé cómo llegar al castillo
- ¿Y quién no?
Sonrió y salimos del alojamiento, una vez afuera me preguntó
- ¿Aproximadamente con cuánto dinero cuentas?
En ese momento me di cuenta que al salir de Bello monte tomé lo que tenía ahorrado y no había previsto una posible vuelta.
- No mucho
- Entonces tomaremos el bus
Así lo hicimos y volvimos a admirar las bellas playas de Cromeldi con sus imponentes edificios; de pronto vimos una enorme meseta elevada ante nuestros ojos, el bus ingresó por lo que parecía una enorme puerta enrejada de entrada, subimos por una carretera curveada que nos guiaba al gran castillo real situado en la poderosa meseta; finalmente paramos en una hermosa entrada, las puertas del bus se abrieron de par en par y una elegante guía nos esperaba sonriente en la hermosa entrada; bajamos y la señorita extendiendo su mano en dirección al castillo dijo
- Sean bienvenidos al castillo real de Cromeldi de la familia Pierre, con el reinado de Alberto II.
Aquella frase hizo que sintiera un escalofrío mientras pensaba: Ahora sé por qué te enamoraste mamá; tan solo la vista ya prometía y enamoraba a cualquier persona que pisara aquellas tierras reales; Dani interrumpió mis pensamientos diciendo
- Bienvenida a mi humilde morada
- Aún no Dani, aun no
Mientras la señorita guía empezaba el relato de la historia del castillo yo me dirigí hacia Dani
- Y ¿cuál es el plan? ¿Cómo llegaremos hasta el rey Alberto II?
Una voz interior gritaba en mi mente: ¡Debes decírselo ahora!
- El mapa turístico dice que la parte que nos muestra la guía no es más que los exteriores y unas salas comunes; así que debemos buscar las áreas restringidas para los turistas.
- Está bien, pero primero sigamos a la guía- dije mirando alrededor.
Fuera del castillo parecía existir una pequeña ciudadela, todas las casas tenían un aspecto similar, eran simples pero al mismo tiempo tenían un lujo similar al del castillo real.
Mientras nos acercábamos por aquella lujosa entrada el lujo y la belleza del castillo se hacían evidentes, tan solo la entrada poseía pequeños pilares que delimitaban el camino a la puerta y los espacios a los costados alfombrados con pequeños cantos rodados, uno que otro asiento de madera reluciente y otros pequeños árboles de un verde brillante todos de un tamaño y forma similar; la primera vista al castillo poseía colores entre blanco, un color amarillento y hueso; a lo lejos torres de piedra bien conservadas, ventanas perfectamente limpias con marcos blancos y la entrada con la puerta parecía brillar gracias a los pilares de mármol, además de figuras elegantes en lo alto también talladas en mármol, la puerta era bastante gruesa de madera algo gastada con manijas y otros detalles tallados en bronce.
Entramos y un patio enorme se abrió ante nosotros con una hermosa fuente que contenía ángeles de piedra sosteniendo cántaros, de los cuales salía el agua delicadamente; los jardines llenos de flores de colores trajeron a mi memoria la carta de mi padre, casi podía verlo ahí recogiendo una flor y mirándola nostálgicamente. Posteriormente nos dirigimos por un costado y una subida que parecía dirigirnos a una enorme torre de piedra en la que en lo alto sostenía flameante la bandera de Cromeldi, aquella subida tenía faroles en cada lado que parecían antigüedades pero brillaban como nuevos.
En lo que subíamos Dani me sujetó por el brazo
- Es ahora, no notarán que nos fuimos
- ¿Por qué contigo todo es ilegal?
Sonrió y dijo
- Andando Grace
Volvimos a bajar rápidamente hasta llegar al enorme patio con un jardín llenos de flores, Dani sujetó mi mano y me llevó hacia un pasillo con un techo semicircular que contenía hermosas pinturas religiosas, al pasar ese pasillo salimos hacia otro jardín, solo que a diferencia del anterior éste se encontraba totalmente al aire libre; nos detuvimos un instante mientras admirábamos el pasto fresco verdoso y los árboles medianos combinados con una que otra palmera, seguimos recto pasando por un pequeño puente color blanco con las barandas y la base de piedra, frente a nosotros se erguía una enorme construcción que poseía detalles parecidos al de una catedral, la entrada poseía una gran puerta de vidrio y encima estaban cuatro majestuosos ventanales, toda la construcción tenía un color hueso adornado con muchos detalles, excepto por el techo de aspecto curvilíneo que era de color verde opaco; la entrada poseía múltiples gradas extendidas.
Dani atónito al igual que yo, me dijo
- Éste tiene que ser un lugar restringido
Nos acercamos a la entrada y nos miramos uno al otro antes de subir las enormes gradas. Llegamos a la puerta de vidrio y un hombre de traje nos abrió la puerta, en seguida un guardia bastante corpulento vestido de negro se apareció frente nuestro y pidiéndonos documentos de identificación nos habló
- ¿Qué es lo que ustedes jóvenes vienen a hacer aquí?
Dani estaba algo nervioso pero contestó naturalmente
- Tenemos asuntos pendientes con la familia Pierre
En seguida lo ojos del guardia saltaron al rostro de Dani diciendo con voz enérgica
- Qué clase de asuntos
- Disculpe, no quise decir eso, yo…
- ¿Programaron su visita?- dijo el guardia con los ojos fijos devolviéndonos los documentos.
- Claro que sí, por eso estamos aquí
Dibujando una ligera sonrisa en el rostro nos dijo
- Lárguense de aquí muchachos, no estoy de humor para bromas.
- ¡Pero qué le sucede!- dijo Dani algo alterado, mientras yo jalaba de su brazo para evitar problemas. El guardia simplemente nos miró seriamente y nos abrió a puerta.
Mientras volvíamos por donde llegamos Dani se quejaba
- ¿A qué se refirió con broma?, ¿que acaso no sabe quién soy?
- Quien podrías ser, no lo olvides Dani
- De todos modos no nos puede tratar así
Regresamos al grupo quienes ya bajaban de la torre y se dirigían a otro lugar, en eso Dani me susurraba
- Debemos encontrar la manera de entrar
- Pero cómo, si apenas llegamos a la puerta
La guía nos mostraba una enorme sala de un suelo reluciente, cortinas de seda, grandes sillones de lino y almohadones tejidos; en eso un niño exclamó con asombro
- ¡Mira mamá, el rey estuvo aquí!- dijo apuntando una mesa que tenía una taza vacía y un libro al lado.
Todos rieron y la guía respondió
- Lo siento pequeño, eso no es posible ya que el rey no se encuentra en Cromeldi.
Dani y yo nos miramos uno al otro cayendo en cuenta del por qué el guardia se había reído de nosotros.
Para la vuelta a la ciudad decidimos en el bus que antes de ingresar teníamos que averiguar más de la familia Pierre y el castillo real.
Romivi28 de junio de 2015

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