Aprecia Sagutri, tu reflexión apunta directamente al corazón del orgullo o de lo estúpidos que somos. Tuve la mala suerte de ver morir muy joven a mi madre y fue en ese momento en que juré no dejar nunca más expresar mi amor a los que me quieren. Fue un 29 de agosto y durante diez años viví a solas con mi padre; te puedo decir que en ese tiempo le dije muchas ceces "papá, te quiero mucho"; a mi padre le resultaba incluso embarazoso, pero un día que fuimos a pescar, cuando estabamos ya recogiendo las cañas para regresar, me dijo: quería que supieras que yo también te quiero. Esas Navidades falleció en un accidente, y te aseguro que su muerte no fue tan dura...los dos al menos nos habíamos dicho lo que más queremos que nos digan.
Se lo digo a mis hijos y ellos me lo dice. No tuve suerte en mi matrimonio, pero como tu dices encuentras personas increíbles que te quieren sin enterarte y otras en cambio que creías amigas te dan la espalda.
Hoy, te escribo este texto largo ya que esta mañana(no te había leído), tenía un mensaje de una compañera que ya no trabaja conmigo y se enteró que yo estaba muy bien y había superado una dura etapa...me decía la alegría que sentía al saber la noticia, y lo decía una persona con la que apenas tená trato, pero me expresó ese afecto sin interés que tanto agradeces; le contesté que la quería, y que contara conmigo para siempre.
Gracias por este texto que hace reflexionar sobre la necesidad de no cerrar el corazón al orgullo .
Un abrazo
14/08/15 10:08
Se me olvidaba, este rincón está lleno de falsos afectos, pero merece la pena estar aquí para dar las gracias a los que se han liberado de pequeñas vanidades y saben decir gracias aunque sea un segundo. Aprecio ese intento de mover las conciencias en tus textos y te iré siguiendo. No sabría darte otro consejo que sigas escribiendo, siendo tu misma...piensa que no has venido a gnar amigos sino a compartir con los demás las letras, y al que no le gusten, respeto, pero ni una palabra gastes en afecto.
Saludos
Carlos
14/08/15 11:08
