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Nefersí

Nefersí

En la tierra de Nefersí una niña nació, piel tersa, blanca, era hermosa como se le mirara, no había rencor hacia tal cuerpo y tal alma, solo una obsesión de poseerla, de tenerla para uno, pero a la vez la protegía y cuidaban para que no fuera envenenada con el sudor de otra piel, mas que la de si misma...
Su vida le fue entregada en una bandeja de oro y adornos de plata, un palacio fue creado con su nombre, y fue pintado tan blanco como lo era su piel, esta fue cuidada por guardias hasta su juventud, cuando quiso conocer a un hombre, no lo podía hacer, solo podía sentarse al lado de un gran altar, a rezar por el bien estar de la gente de aquel lugar, pero imposible le fue con el tiempo lograr aquel propósito, sus rezos se volvieron a sus deseos, conocer a su legitimo amor, y entre rezos desesperados él hasta ella llego...

El impacto de su inmune belleza fue mas allá de la resistencia de aquel príncipe, nadie lo quiso aceptar, solo ensuciaría el cuerpo de Nefersí y esta perdería su pureza con el tiempo...
Una noche de lluvia, el príncipe fue donde Nefersí, los guardias lo vieron entrando por la ventana Este de la habitación, los gritos fueron incesables, la alarma en aquel casi paraíso se desato, donde todos Vivian maravillados por la belleza inmune de su princesa, todos corrieron al castillo a sacar al príncipe de la habitación, pero la puerta de plata estaba trabada, no se podía acceder, mientras que adentro, a ventanas y cortinas cerradas, un amor imposible se quiso unir, la unión de sus cuerpos fue rápida, ambos llenos de pasión, el deseo de poseerse, de tener al otro, de sentir su cuerpo cada ves mas cerca de su piel, en un acto caníbal se convirtió, la belleza de Nefersí convirtió en locura la mente del príncipe, no soporto ver esos senos ir y venir, tan blandos y blancos que ante el se posaban mientras uno sobre el otro se revolcaban sobre la amplia cama que era la única vida de la Princesa... Pasaron los minutos, fuera de la habitación no se podía oír ni el mas leve gemido, y todos intentaba la puerta abrir, pero antes de poder hacerlo, la princesa había muerto, la locura poseyó al príncipe Darion que en un acto caníbal desato sus deseos por la princesa, todo quedo ensangrentado, su cuerpo, la habitación, el cuerpo había desaparecido. El príncipe Darion la asesinó, acabo la vida de la más bella con su deseo impotente de comerla...

Acto caníbal y despreciable, acabo la paz en los dominios de Nefersí, una guerra incesante comenzó, otros reinos entraron a Nefersí, en busca de paz, pero solo la inestabilidad lograron encontrar, pues la princesa de los mil rezos había desparecido, se había muerto, ido a otro mundo, otro lugar, a dormir entre los brazos de los Dioses, de los suyos, y total inestabilidad y discordia había dejado en el país nombrado como la Paz...
Los Dominios de Nefersí fueron atacados, todo se destruyo, se comían unos a otros en noches de lluvia, ya nadie se atrevía a cruzar por aquel pueblo fantasma, donde todo estaba destruido, donde alguna vez habito la mas estable paz, y ahora todo estaba muriendo, devastado por la falta de la belleza inmune, que daría esperanza e ilusiones falsas a los habitantes del lugar...

En el país de Nefersí, el pasado es la condena de los convivientes...

Nadie jamás entro al paraíso de Nefersi
Entre sus muros una princesa se ocultaba, su canto
Fascinaba a los habitantes, y tan deseada
Era por los demás, que su vida acabo entre las manos de su amor,
Rezo noche y día para poderlo encontrar, el deseo fue tal que
Sin darse cuenta entre los brazos de quien la amaba se encontraba, pero ya no respiraba,
Insana fue la obseción de aquel amor, que en un acto más que caníbal se volvió...

Han pasado los años, aun el olor a sangre se siente en la habitación. Los muebles tienen el recuerdo, las imágenes de aquel acto despreciable que entre ellos se desató...
Los labios de Darion recorrían los senos de la blanca y hermosa Nefersí, llegaba a su delgado y fino cuello, tan perfecto y suave. Su mente entre el va y ven del cuerpo de su amada se perdió, dejo de ser él, en una bestia se convirtió, su boca dejo de jugar con su cuerpo, fue directo a su cuello y este mordió, con tanta fuerza y determinación que un pedazo le saco, Nefersí entonces cayo desmayada en los brazos de Darion mientras se desangraba. La sangre dulce, la carne roja, impulso a Darion a querer más. Aquel pedazo del cuello que a Nefersí le arranco, fue masticado y saboreado hasta que al estomago llegó, el deseo fue demasiado, nuevamente al cuello llegó, comenzó a beber la sangre dulce como bestia desesperada, y otro pedazo le saco, nuevamente lo disfruto. Sus manos le tomaron lo que le quedaba de cuello y su cabeza, con fuerza los separó, y dejando la cabeza sobre la cama, se dirigió al cuerpo donde lo comenzó a comer como un vagabundo después de meses sin comer...
El cuerpo ya no tenia cuello, Darion no sabía por donde continuar, estaba excitado y a un cuerpo sin alma, sin emociones violó, mientras su boca recorría nuevamente sus senos, ahora en un acto desquiciado, pues les arrancaba de a pedazos, los comía, estaba desesperado, todo era una locura. Cuando termino, no se separo, siguió comiéndola, por sus delicadas manos, sus finos dedos, sus brazos blancos y sensibles, sus hombros de tamaño tan perfecto, luego solo le quedo del tronco hacia abajo... No se quería separar, su excitación era saciada, y su acto despreciable también, no hallaba como continuar, no lo sabia, y no quería pensar, entonces tomo las piernas y las corto, y mientras saciaba su sed de excitación de un cuerpo el cual estaba incompleto, comenzó a comerse las piernas, sus pies delicados y blancos, sus muslos, y sus huesos tan sensibles que no le costo romperlos y comerlos... Se enveneno con una sangre dulce, vino de dioses, un vino tan dulce y enloquecedor como lo era la sangre de Nefersí. Pasaron los minutos, tras la puerta no había anda que se pudiese escuchar, Darion se separo de lo que quedaba de cuerpo, y no dudo en continuar, su acto repugnante continuo entre aquella habitación teñida de sangre en todo su esplendor. Al final, solo quedo la cabeza y Darion volvió a hablar.

- Mi querida Nefersí, tan bella eres aun sin tu cuerpo aquí, tus mejillas tan pálidas, tus ojos púrpuras, eres hermosa, aun sin tu alma en esta bella habitación... Tu pelo largo reposara tranquilo en esta habitación, pero tu rostro me es deseado, es una locura que no puedo, que no quiero detener...

Sus manos caníbales, partieron la cabeza en dos, el cerebro cayó sobre la cama y lo dejo junto al corazón, mientras su boca manchada de sangre continuo comiendo, continuo saciando esa repulsiva sed de sangre hasta que solo le quedaron dos cosas, el corazón de Nefersí y su cerebro...
No se sabe que hizo con ellos, la puerta se abrió atrás de el y tomando ambos órganos se lanzo por la ventana como un águila con su presa, y de hay nadie lo siguió, el impacto por la desaparición del cuerpo de la hermosa princesa Nefersí, fue tal entre los habitantes que solo dolor y confusión hubo entre si, intentando una combinación perfecta para remplazar el hermoso pilar que les iba a regresar su antigua paz, pero nada de eso sucedió, y en una guerra civil, todo terminó...

Saiuru
Saiuru27 de febrero de 2008

2 Comentarios

  • Oxipital

    ^.^

    01/03/08 06:03

  • Saiuru

    que paciencia!! lo leiste!!

    02/03/08 03:03

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