TusTextos

Tulipanes Azules, Beethoven y Einstein.

https://www.youtube.com/watch?v=5-MT5zeY6CU
Me gustas, y hoy me concedo el lujo de decirlo, de decírtelo, a ti y al mundo entero, que en definitiva, sois lo mismo.
Esto no es una carta de amor, ni mucho menos una declaración, es romanticismo en estado puro; porque como siempre digo, romanticismo no es sólo una cena con velas y música clásica, ni un viaje a París o Venecia, romanticismo, también es pornografía, romanticismo es sexo salvaje, romanticismo es que me masturbes, o me masturbe pensando en ti, que es lo mismo, romanticismo es cenar hamburguesas quemadas y dormir piel con piel uno sobre el otro. Romanticismo somos tú y yo.
Y si, déjame decirte que me gustas, me gustas tú y todo lo que esto implica; me gusta esta sensación de no querer nada más que el contacto de tu lengua contra mis dientes, me gusta el invierno, el frío, son la excusa perfecta seguida por tus brazos, sentir que nuestro cuerpo encaja con el cuerpo del otro, que mi cabeza está a la altura de los latidos de tu corazón. Sentir que todo está hecho para nosotros, como si el mundo ordinario se hubiera inventado por exclusividad de nuestra existencia. Y digo mundo ordinario porque nuestro mundo es indescriptible e incomparable.
Me gusta la lascivia con que tus labios me miran, me gusta la lujuria de tus ojos en arañar mi alma, me gusta la alevosía de tus manos en morderme el hombro, me gustan tus pies fríos, y tu dedo meñique de la mano derecha.
Me gusta cuando me miras a los ojos, no sé porque, pero la brutalidad que posee cada crepúsculo, la brutalidad del olor a café recién hecho, la brutalidad del mar en calma, en resumen, todas las brutalidades universales, son tan minúsculas como un átomo ante tu mirada; me deslumbras el alma con una vela que desprende luz y calor al mismo tiempo, y esto, es espectacular.
He dejado de dormir, porque la realidad es mi sueño, y mis sueños son la realidad de aquel que no ama.
Sé que nada es eterno, que no eres el amor de mi vida y que somos una lágrima en el desierto, pero déjame decirte que mis párpados nunca olvidarán el lunar que tienes bajo la oreja.
Puedo decir incluso, que desde que me arañaste la mano izquierda, mis años de vida han crecido considerablemente, y es que dicen, que con cada sonrisa, el alma se revitaliza, y que con cada caricia, el corazón se peina. Porque desde que me miro en tus ojos, el pelo se me despeina y las pestañas erizan; ando sin necesidad de correr y lucho sin lágrimas, respiro con cada paso y con cada paso estoy más cerca de ti, o de mi, más cerca de la libertad, que es la unión de ambos. Porque somos libres sin serlo del todo; amarte es como vivir en una prisión sin barrotes ni guardias, una celda llena de tulipanes azules con Beethoven tocando el piano y Einstein hablando de la relatividad del tiempo; una hora contigo que es como un minuto, y un minuto sin ti que es como una hora.
No hace falta que me escribas cartas de amor, ni que me regales un ramo de rosas rojas cada 23 de Abril, tampoco hace falta que cada sábado el amor nos haga o que nosotros hagamos el amor, no hace falta ni que me llames para darme las buenas noches, aunque cada noche sea buena sabiendo que al otro día te veré, no hace falta viajes ni cenas, sólo te pido que me mires un segundo al día, que yo me sentiré deseada toda una semana.
Solm17 de mayo de 2015

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