Elogio Del Noble
Marco Antonio
¡ He aquí, ciudadanos, la espada certera que evitó un rey y permitió un dios! Lloro su pérdida, pero sé que cuantos supieron hallar el punto exacto, encontrarán una muerte a su medida. Seamos parte del inicio del caos. Llamad con voces justas a las puertas de quienes son poder, quienes amasan el injusto latrocinio de tierras y esclavos. Así será mil veces, porque el pueblo reconoce su prioridad sobre la falsa benevolencia de los poderosos. Ahora, César cierra sus ojos, aterido de frío. Y la sangre corre. Y las escalinatas se llenan de sus palabras, que jamás persiguieron república alguna. Muerto el pretendiente a rey, sea el pueblo quien declare la república. Llevaremos el cuerpo para honrarlo, y exclamaremos en la noche que los designios de los dioses sabe señalar quiénes se verán limpiando sus nombre de sangre en cada peldaño de escalera de una democracia violada.