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AdiÓs

Hoy es el último día. Se nota en el aire, se nota en cada fibra de mi ser, en cada persona que miro. Hoy toca la despedida, toca decir adiós, ese nos veremos pronto que deja corazones rotos, dolidos. Pero para mí no es lo mismo. Esta vez sí que sí, es una despedida definitiva.
Miro a mí alrededor, recorriendo las salas de grupos y un millón de recuerdos llegan a mi mente, retrocediendo en el tiempo, llevándome 11 años atrás, a esa niña que llegó a esta casa ilusionada pero a la vez aterrada, esa niña que quería encajar.
Durante 6 años me fui construyendo como persona, pasando por barcos piratas, retrocediendo a épocas históricas, conquistando el Risk, provocando la revolución independiente de mi casa o viajando al país de Nunca Jamás. Año tras año, semana a semana fui conociendo partes de mí que no sabía, dándome cuenta de quién soy realmente y de lo que quiero en mi vida. En saber si estoy haciendo lo correcto o en cambio, solo doy pasos erróneos. También aprendí a perdonar, a querer y entender que la vida, mi vida, está en mis manos, solo en las mías.
Y es que se suele decir que esta casa tiene magia, pero la verdad, es que no es así. La magia la tiene cada una de las personas que van. Lo sé porque lo he comprobado. He tenido la suerte de poder compartir esta aventura con mis mejores amigas y con gente que pase el tiempo que pase, tengamos miles de kilómetros de distancia, están ahí para mí como yo para ellos. Ellos son la magia, el compartir sin conocer, en dar a los demás, en ser nosotros mismos.
Así que sí, esta casa me ha aportado un sin fin de aventuras y experiencias, me ha dado grandes amigos pero sobre todo me ha dejado llevarme a grandes animadores. Esos que pase el tiempo que pase, sé que cuando acuda a ellos van a estar ahí para mí, sea cuando sea. Pero también sé que no aproveché al máximo está experiencia, ahora de mayor lo sé. Siento que tenía que haberme abierto más a los demás, entregar más de mí y de esa manera, puede que de esa forma no hubiera llevado tanto tiempo mi armadura puesta. Pero las cosas suceden de una manera porque tienen que ser así.

Sigo andando, caminando entre estas paredes a las que ya puedo llamar hogar, encontrándome con el lugar más gris de la casa, esa fue mi primera impresión la primera vez que lo pise, pero que después se convirtió en uno de mis lugares favoritos. Me siento en el banco y los recuerdos golpean con fuerza. Nervios del primer día por conocer el grupo que te toca, la canción de llamada, un sin fin de videos y veladas que acaban con dolor por pasarte horas sentado en las piedras, horas de charla, refugio al llover... Pero el mejor recuerdo de todos los que tengo en este hall sin duda alguna, es la última vez que lo pisamos todos juntos, abrazados y cantando, esos 100 corazones latiendo al son de uno, despidiéndonos de la casa que nos vio crecer.


Cuando tenga valor para ver que Somalo ha acabado.
Lloraré por cada recuerdo que aquí se ha formado.
Somos el resultado de todo lo que hemos vivido.
Somos todo lo que en esta casa hemos compartido.

Cuando tenga que hacer la maleta y me haya marchado.
Lloraré con todos los platos que tú me has firmado.
Somos el resultado de todo lo que hemos vivido.
Y el final de una etapa que juntos hemos compartido.
Y el final de una etapa que juntos hemos compartido.


Y después de aquello... Entendí una cosa que mis monitores nos dijeron en su despedida: Ahora es el momento. Toca regalar a los demás lo que gratis me dieron de chavala.

Eso hice, me embarqué en otra aventura que me ha llevado hasta el día de hoy. Hasta este mismo instante sentada frente al Chafariz, sola, respirando el aire fresco y escuchando el agua caer. Cuantos recuerdos me trae este lugar, cuantos sentimientos encontrados, cuantas fotos y pulseras he llevado a cabo. Cuántas risas y charlas de cualquier cosa.
Ahora sí puedo despedirme de ti, con una sonrisa puedo decirte adiós, adiós al lugar más mágico de toda la casa, puedo hacerlo, porque ahora sola, sin nadie junto a mí, siento que el mundo me ha regalado un momento especial, solamente para mí, para el chafariz y para mí, para mis recuerdos. Y aunque debería de tocar el agua por última vez... No quiero hacerlo, quiero dejar ese momento único para cuando todo haya terminado definitivamente.
Por lo que me levanto, te miro por última vez y subo las escaleras. Para despedirme por última vez del lugar donde se comparten sueños e ilusiones, donde cada semana todo cobra sentido. Donde hemos reído y también llorado. El patio donde juntos hemos formado una familia.

Estoy orgullosa de todo lo que aquí he vivido, de la persona que me he convertido gracias a esto y aunque intento retener mis lágrimas, no puedo evitarlo. He sido tan feliz aquí... Que no puedo sentirme más afortunada por vivir esto, no una vez, sino dos.

Y a pesar de que sé que nos volveremos a ver. Algún día estoy segura, nada volverá a ser lo mismo.

Miro por última vez las cuatro paredes de esta casa. Respiro profundo y me doy la vuelta para dejarlo atrás, mientras las puertas de Somalo se cierran tras mis pasos.

Hasta siempre.

Te llevaré siempre en mi corazón.
Sweet_dreams04 de junio de 2020

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