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Merecido El Amor Màgico...

Proyecto mi mente al punto exacto en el que pisé el escalón, ese que miraba de reojo cada cierto tiempo. Yo era yo en el descansillo donde la bombilla no temblaba, y es ahì donde el lujo se transformaba en simple, sencillo y correcto.
El peso del bolso siempre era un impedimento, por mucho que intentara meter menos cosas en él cada vez que cruzaba el pensamiento frente a ese peldaño. No parecía haber forma de ir sin él a ningún lado, ni siquiera a mis deseos.
Hasta que peligrosamente se aflojò el nudo de mi zapatilla el dìa que pasò todo ; eso me supuso tener que soltar el bolso porque necesitaba ambas manos para volver a juntar los cordones en un apretado lazo.
Dar un paso màs en esa situaciòn parecìa una locura, aunque fuera para entrar en el ascensor y subir los cinco pisos hasta mi planta, la decisión estaba clara y pasaba por agacharme soltando mi peso para tener libertad de movimientos.
Al rozar los cordones con la yema de mis dedos saboreé la ligereza de forma consciente. Era tan agradable como la sensación de una primera vez.
Con el doble nudo hecho levanté la mirada, ahì estaba el escalòn, negro y brillante, casi parecìa recién pulido para que dejara mi huella impresa, mi peso y mi perfume.
Me levanté lentamente sabiendo que mis manos se negaban a tomar el bolso, sin obligarlas me erguí del todo sintiendo una fortaleza nunca antes sentida.
Di un paso, de pronto recordé algo al mirar mi pechera y tomé una decisiòn. Botòn a botón fui desflorando ojales y al llegar al último me desprendí del abrigo.
El brillo que recorría la mitad de mi cuerpo de cintura para arriba me cegò por un instante. Me llevé la mano izquierda a la boca para dar calor a los dedos con mi propio aliento. Mi mano derecha se colocò precisa en el borde del cuello sujetando con firmeza la tela, los dedos de la izquierda, ya suficientemente calientes, tomaron la empuñadura que descorría los dientes, unos de otros iban alejandose con sonido metálico mientras bajaba a toda velocidad.
El silencio fue compañero al quitarme la chaqueta del chándal.
Ahora sì, pensé, ahora puedo posar mi pie en el principio.Sin mirar el suelo y todo lo que en él quedaba, pues mis ojos sólo podìan mirar en una dirección; el tramo de escaleras.
Apoyé la mano con cariño en la barandilla, su tacto era maravilloso.
Levanté la rodilla y dejé suspendida una milésima de segundo la sombra de mi zapatilla en el escalón, no temblaba.
Miré hacia arriba y comencé a subir....
Ther28 de enero de 2016

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4 Comentarios

  • Hereticprincess

    Muy bueno la forma en que redactas los detalles y dejas que el lector vea y sienta lo mismo que el narrador. Felicitaciones! Me gustaría algún día llegar a eso.

    29/01/16 02:01

  • Ther

    Mi esperanza es precisamente el transmitir y hacer vivir de alguna manera mi forma de expresar. Un inmenso Gracias por tus palabras, tu felicitaciòn, y la sensaciòn que me ha quedado al leer tu opiniòn.
    Agradecida quedo,Hereticprincess!!
    Saludos,

    29/01/16 08:01

  • Pbmaria

    Todo tan metafórico y tan real al tiempo. bella forma de hacer que el "otro" se identifique con todo lo que dices. Ansias de libertad contadas porque a tu zapatilla se le ocurrió desatarse el cordón. Tu estilo es muy fluido. Transmites!

    29/01/16 08:01

  • Ther

    Muchas gracias PbMarìa por tus palabras.
    Eso intento en la escritura,hacer sentir mis palabras, que palpiten al leerse, que transmitan.
    Gracias por hacerme ver que al menos lo consigo con alguien!
    Saludos,

    02/02/16 12:02

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