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Ojos que No Ven

Cuando miramos un árbol, ¿qué vemos? Solemos mirar hacia su copa, observamos sus hojas, buscamos el colorido de sus flores, intentamos descubrir algún fruto suspendido de sus ramas…y a veces, miramos el tronco: si es grueso o no, el color que tiene,….pero el tronco suele llamar menos la atención, y no empleamos tanto tiempo en admirar su belleza…pero, ¿eso es para nosotros un árbol?

Cuando miramos un edificio, nos suele llamar la atención la altura, la forma, el color de la fachada, la decoración de las ventanas, las flores que adornan los balcones…, pero, ¿eso es para nosotros un edificio?

Cuando miramos a una persona, lo primero en lo que solemos fijarnos es en la cara, y luego, inconscientemente, estudiamos su cuerpo, nos fijamos en el color de sus ojos…, pero ¿eso es para nosotros una persona?


Mirando un árbol, no somos conscientes de que, debajo de tanta belleza, escondidas, tímidas pero fuertes, se encuentran las raíces, que completan la estructura de un árbol. Esta parte “invisible”, sin llevarse los halagos del resto del árbol, es sin duda, la parte fundamental. Sin unas buenas raíces, no habría un hermoso árbol. Pero es curioso cómo, siendo la parte primordial, la que da origen al árbol, no se encuentra a la vista, y además, no es especialmente bonita.

Cuando miramos un edificio, cuesta pensar que debajo del mismo, excavados en la tierra, enterrados y ocultos, se encuentran los cimientos, parte fundamental de edificios impresionantes, que soportan todo el peso de verdaderas obras de arte, pero que no son causa de admiración, ni de alabanzas, y que sin embargo, hacen posible que se mantengan en pie.

Cuando miramos a una persona, no sabemos todo lo que su interior encierra.
No solemos ser conscientes de que, cada persona, también cuenta con cimientos y raíces, que sostienen y levantan a cada ser humano, y que en función de su naturaleza, hacen que sea de una forma o de otra. La particularidad del ser humano es que nuestras raíces y cimientos no sólo son físicos: huesos, músculos…, contamos también con otro tipo de raíces y cimientos que son las emociones, los sentimientos, los valores….

Las raíces y los cimientos son imprescindibles para el crecimiento de una planta o para la construcción de un edificio, y poco a poco, van perdiendo protagonismo, a medida que la planta o el edificio van adquiriendo forma y tamaño, hasta terminar enterrados y permanecer fuera del alcance de la vista, desempeñando igualmente su función de soporte.

Para ver, hay que saber mirar. Hay que ser conscientes de que muchas veces se ve mejor con los ojos cerrados. La esencia del ser humano no se ve a simple vista. Los sentimientos, no se ven, al menos, no con los ojos abiertos.
Creo que la mayoría de las veces, se ve mejor con los ojos cerrados. ¡Cuántas veces cerramos los ojos para recordar algo, al escuchar una canción, al oler un aroma, al dar un beso…!

Hay que crecer desde el interior, poco a poco. Es mejor empezar despacio, pero consolidando una buena base. Cuanto mejores raíces se formen, más fuerte será la planta que crecerá a partir de ellas. Los cimientos tienen que ser firmes, para poder soportar todo el peso que aguantarán.
Lo importante no es lo que se ve, sino lo que sabemos que está. A veces lo que vemos nos lleva a engaño, porque las imágenes pueden distorsionar la realidad. Prefiero descubrir qué hay dentro de cada persona, aunque eso lleve tiempo, antes que quedarme con una primera imagen, que a menudo, suele ser diferente de la que, con el tiempo, tenemos de alguien.

Lo más importante no tiene que ser fácil de ver, ni tiene por qué ser evidente. Es mejor disfrutar de la aventura de descubrir qué se esconde dentro de cada persona y, durante ese tiempo, seguro que también descubrimos sensaciones, sentimientos y pensamientos que surgen en nuestra interior, de los que, a lo mejor, no éramos conscientes hasta este momento.



Uca18 de abril de 2008

5 Comentarios

  • Verseau

    Buena reflexión.

    Pero a mi me gusta mas que hayan cosas que no se puedan ver. Le da a la vida algo de misterio

    18/04/08 10:04

  • Adriel

    Imagino que alguna vez leíste "El Principito": "lo esencial es invisible a los ojos."

    O si no: "Aquellas cosas que la naturaleza le negó a la vista humana, se las reveló a los ojos del alma." (Ovidio)

    Saludos.

    18/04/08 07:04

  • Uca

    El Principito es uno de mis libros preferidos, imposible no leerlo y menos olvidarlo. Me encanta!

    18/04/08 07:04

  • Uca

    Verseau: estoy de acuerdo, la emoción de descubrir lo oculto es apasionante

    18/04/08 08:04

  • Adriel

    A mí también me encantó el Principito cuando lo leí, pero años después entendí que se muere y me dejó de gustar. Y más años después entendí que se muere para ser libre, y me gustó otra vez.
    Me enrosqué tanto que ahora no me acuerdo si me gusta o no. Me parece que lo voy a releer.

    18/04/08 08:04

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