Impulso
¿Qué me mueve a seguirte? Dame esa respuesta, yo no la sé con precisión. Hay cosas de las cuales no sé nada. Carece de sentido que te siga amando tanto si tú no me demuestras siquiera una fracción del amor que yo te tengo. Así soy yo de absurdo. Tú me has convertido en un ser absurdo. Bueno, en realidad, es el amor que siento por ti el que me ha hecho descender a este nivel de humillación y desconcierto. Tú eres como un objeto adorado, simplemente permaneces distante y yo insisto en buscarte día tras día. Por mi parte, parezco cada vez más inane, no encuentro la autonomía que disfrutaba antes de caer rendido ante ti y mi senda no tiene dirección, antes bien camino sin lógica, desorientado, si no te veo, te escucho, te toco o te beso.
Este impulso me agota. Es una fuerza imponente que me arrastra tras tus pasos. Me desdibujo, me vuelvo un espectro, un espejismo. Dejo de ser yo, mi escala de valores es sustituida y menospreciada y se imponen los tuyos, tus ideas y tus deseos. Me he convertido en un hombre desprovisto de orgullo y autoestima. Casi parezco un vegetal, que no tiene ánimo alguno para moverse, para decidir, planear lo que le conviene. Me he convertido en un ser residual, dependiente. Pero yo sé que eso es culpa mía y que tú sólo ves mi caída libre, como si fuera una piedra enorme y pesada que es inútil tratar de detener mientras se precipita ladera abajo.
Si tuviese ese ímpetu para otras cosas más firmes, tal vez tú no tendrías el valor que te atribuyo. Mas este deseo compulsivo siempre se impone, te conviertes en el principio y el fin. Entonces, cuando la luz interior se apaga, robo la tuya, la introduzco en mi mente y en mi corazón. Sí, desaparezco, dejo de vivir mi vida para asumir la tuya y convertirme en tu sombra, en tu guardián.
La recompensa es insuficiente, por supuesto. Nunca recibo el consuelo de una caricia sincera, sino que me relegas a la categoría de ser satelital, periférico, de animal útil, una entidad aprovechada con fines siempre variables. Los sentimientos son postergables en esta relación en la cual el que siente bullir la lava volcánica del amor no correspondido soy yo, mientras que tú ignoras o finges ignorar el padecimiento que arrastro desde hace tanto tiempo.
Pero todo impulso cede ante la fricción y los obstáculos, es cosa de física elemental. Tanta indiferencia y subestimación acabarán disminuyendo, anulando la fuerza que me empuja minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día, años ya. La idea no era ésa, que la energía inicial se apagase así como sospecho que se apagará, sino que trascendiese los problemas y los inconvenientes. Tú serás mi faro guía mientras la tormenta interior que padezco desde hace tanto tiempo persista, pero cuando amaine, entonces ya no responderé de mis sentimientos y decisiones y no sé si mi bajel continuará este derrotero suicida que me desgasta y me consume.
Wim22 de marzo de 2012-
Endlesslove
El amor no hace a este personaje absurdo, está cargado de sentimientos, desborda pasión y eso lo hace un ser bello. Algunas veces sentimos que amamos más de lo que nos aman y esto no debería ser motivo para dejar de amar, solo cuando sentimos que ese amor nos desgasta, ahí sí debemos detenernos y amarnos a nosotros mismos.
Un abrazo
05/05/12 04:05
