Haciendo El Amor Con Ellas Dos
Ser, pensar, sentir, amar, odiar… tenerlo todo y al mismo tiempo desear nada. Conflictos, ganas, pasiones, obligaciones y ocupaciones.
Esto de ser mujer no es tan sencillo. No es sólo tener una piel apetitosa que forre atributos que los enloquecen, es saberlos usarlos y tener la inteligencia suficiente para no ser usada.
Es disfrutar cada instante, pensando en el que viene, para adelantarse y no perder la jugada.
Fingir placer cuando es necesario, ocultar placer cuando es conveniente.
Es complicado ¿sabes? Cómo te explico eso de tenerte dentro de mi piel, anhelando sentir algo que nunca llega, quedar incompleta, insatisfecha y con ganas de más, pero, que más pido si no me das nada…
Quizás soy masoquista, y disfruto eso de tener que terminar con mis manos lo que las tuyas comienzan. Al principio se me hizo difícil, pero te cuento que la práctica hace al maestro.
Ser yo la que mande sobre mi cuerpo, la que logra humedecerlo y llevarlo a ese lugar, al que tú eres incapaz de llegar, me eleva, me hace sentir mujer.
Fantasear con otros cuerpos, con otras maneras de entregarme, con otros olores y pasiones, pensar en todo lo posible, en lo imposible, en caricias, besos, lenguas y manos que entran y sale de cualquier orificio de mi cuerpo, me brinda la oportunidad de ser libre, de no pedirle nada a nadie, no necesito a nadie, pues con mis manos tengo.
Ellas me poseen toda. Tocan, como tú no puedes. Mis senos, los acaricio suavemente y el pezón toma forma entre mis yemas… bajo, y mi vientre se estremece, es allí cuando empiezo a sentir que mis manos no son mías… son de otro cuerpo que sí sabe amar, que sí me sabe penetrar.
Cuando llego a ella, ya está húmeda y no necesita mucha ayuda. Me volteó y me acuesto encima de mis manos. El peso de mi cuerpo ejerce presión en el lugar indicado. Imagino que tengo a un hombre, con su virilidad a mil, y que estoy sobre él, en esa posición que tanto me gusta y me excita… me muevo, una y otra vez, una y otra vez.
Mis caderas son expertas en ello, ya lo hacen prácticamente solas, y en el preciso momento comienzan con su movimiento circular… después de eso, no sé más de mí… sólo amanezco feliz y tranquila, porque hago el amor con ellas dos.
Yei16 de agosto de 2008-
Dama
No hay que avergonzarse nunca por gozar una misma con sus manos, el cuerpo es tuyo y puedes hacer con el lo que desees y si encima te das placer ....??bien hecho ???.
Un abrazo y encantada de haberte leido , me gust? y goc? con la lectura.
16/08/08 04:08
