Un gran puzzle que poco a poco y con paciencia iba encajando y en cada una de esas piezas en el mi cara me iba mostrando:
al nacer, mi llanto; al andar, mis caidas; al crecer mis golpes y con ellos mis primeras heridas; y al empezar a hablar mis primeras palabras, mi imagen en la porción del plano destacaba, porque sonreia, era mi arranque de la comunicacion hacia los demas, que junto a ver, oir y escuchar hoy soy quien soy, entre vosotros uno mas, que mucho tiene que aprender, que mucho tiene que callar, que bastante tiene que aguantar para no hacer daño a los demás.
